Capítulo 3 - Un vuelo apasionado

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Narra Maxon:

Me despierto para ir al baño. No puede quedar mucho para aterrizar pero decido no despertar a América todavía. Se ve muy hermosa dormida, está tan tranquila, tan serena... Entro al baño del lujoso pero sencillo avión y me lavo la cara con agua para despejarme. Después me peini improvisadamente el pelo con las manos ya que está algo desordenado por haber dormido. Me aliso la camisa y vuelvo a la habitación. Me paro en el umbral de la puerta admirando la vista. Ya se ha despertado. Es increíblemente hermosa pero así vestida todavía más. A pesar de que está de perfil se puede apreciar perfectamente que está bellísima. Aunque una pregunta ronda en mi mente. Yo no le había dicho que se pusiera el bikini, le dije que lo metiera, con lo cual, ¿qué hacía con él puesto?

Se ve que estoy embobado mirándola ya que América gira la cabeza y se ríe al ver mi expresión.

- ¿Qué pasa cariño? Admirando la vista, por lo que veo... - me dice con una sonrisa pillina que dejaba a la vista unos bonitos dientes blancos.

- ¿Eh? Sí, siempre que puedo aprovecho - le guiñé un ojo y sonrío. Ella me imita-. ¿Qué haces?

- Oh, me estaba maquillando un poco el delineador. Esta mañana se me olvidó ponerme y es una de mis partes favoritas del maquillaje - yo asiento comprendiendo lo que quiere decir.

Me acerco a ella observando cómo el lápiz húmedo viaja a través de sus párpados dejando un caminito negro. ¿Cómo le puede salir tan bien? Si yo le pinto los labios y parece un payaso y ella hace eso como si fuera parpadear. Esta mujer me vuelve loco...

- ¿Cuándo llegamos, amor mío? - me pregunta mientras se termina de alistar.

- No sé, si quieres pregunto a una azafata.

- No, no, da igual. Ven, hablemos sobre nosotros - añade sonriente. Eso de hablar de nosotros no sé si me da muy buena espina, pero bueno...

- Vale. Y bueno, ¿de qué quieres hablar?

- ¿Qué pensaste la vez que me conociste?

- ¿Y eso a qué viene? - le pregunto con un gesto cómico y con una sonrisa asomando por mis labios.

- Oye, ¡dímelo! Tengo derecho a saberlo mi Real Marido.

Yo río fuertemente. No sé a qué viene eso, pero me encanta esa parte de ella: tan cotilla...

- Eh... bueno pensé que debías ser muy valiente si le conoces al príncipe y le gritas e insultas pero aún así me gustaste. Ese era uno de mis mayores miedos en La Selección. Que las chicas os hicierais pasar por lo que no sois y después, al casarme, ver que oa chica no tiene nada que ver a con cómo la vi en La Selección. Pero tú me demostraste que eras diferente. No pensabas cambiar por mi, y eso, lo creas o no, hizo que me enamorara un poco de ti - le explico con una sonrisa de enamorado. Ella sonríe estupefacta mientras me observa. - Después te fui conociendo y ahí fue cuando directamente me enamoré de ti. En serio. Tenía la necesidad de verte pero me daba miedo que después me dijeras que querías volver a casa. Por eso tardé tanto en decirte que te quiero.

- ¿Sabes una cosa Maxon? - me pregunta de repente con una ligera sonrisa. Yo asiento para instarle a que me diga lo que me tiene que decir-. A mí me pasaba lo mismo. Por eso no te dije te quiero o te amo hasta que estaba segura de que nos casaríamos. Me aterraba la idea de mostrarme a alguien como una persona que la quería y que después me mandaras a casa. Por esa razón no le dije que sí a tu padre cuando estábamos en su despacho y me preguntó si te quería - menos mal que alguien me comprende...

- Pues me alegro de que pensemos igual. Sigo creyendo que aunque hayamos pasado malos momentos, esos son los detalles que nos han hecho una pareja tan feliz. Te amo, mi vida - le digo antes de acercarme a ella y besarla con ternura y pasión. Ella me corresponde a la primera, como siempre.

- Yo también te quiero, cariño.

Esta vez ella es la que se acerca a mi y me besa. Deposito mis manos y brazos alrededor de su cintura y ella acaricia mi pelo mientras lo enreda entre sus finos dedos. A veces mueve la mano para llevarla a mi nuca y profundizar más el beso. Yo dirijo mi mano hacia abajo hasta llegar a sus glúteos. Vale, esto se está descontrolando un poco pero no quiero parar. Le agarro del trasero y la subo encima mío. Ella, por su parte, enreda sus piernas alrededor de mi cintura haciendo que su vestido deje a la vista prácticamente todo el muslo. Coloco mi antebrazo bajo su trasero para sujetarla y que no se caiga hacia atrás y con la otra mano le agarro la cintura pegándola mucho a mí. Ella tiene las dos manos en mi nuca y me besa apasionadamente. Andamos hasta la cama torpemente y me siento en la colcha. América se sienta en mi regazo lo más pegada posible a mí. Ahora se le ve toda la pierna. Nos seguimos besando por lo que me parecen horas pero que en verdad son minutos. Los besos son cada vez más apasionados. Nada que ver con los de antes. Estos están niveles arriba. De repente suena un ruido.

- Majestades - entra la azafata haciendo una reverencia. Mi esposa y yo nos separamos rápidamente. Ella se baja un poco el vestido y yo me paso la mano por el pelo para ponerlo algo más decente y presentable-. Oh, perdonen si interrumpo algo. Sólo quería avisarles de que el avión está a punto de aterrizar y que deben ponerse los cinturones de seguridad - hace una reverencia rápida y se va, avergonzada por lo que acaba de ver.

- ¿En serio? ¿Justo tiene que aterrizar ahora? Qué mala suerte cariño, lo estaba pasando muy bien... - le susurré en el oído provicativamente.

- Pues sí, justo ahora. No te negaré que lo estaba pasando estupendamente pero prefiero esperar y ahora estar a salvo. Venga... - me contesta con una bonita sonrisa.

Se levanta de mí, se alisa el vestido y va directa a los sillones. Se sienta en el izquierdo y se abrocha el cinturón.

- Venga... ven aquí... - pide dando una palmadita en el sillón contiguo.

Me levanto de mala gana y voy junto a ella. Me siento, me abrocho y le doy un ligero beso en el hombro, por encima del vestido. Ella sonríe al notar mi gesto con los ojos cerrados y apoya su cabeza en mi hombro. Así, aterrizamos. Cuando la azafata nos dijo que ya podemos marcharnos recogemos rápidamente nuestras cosas. No queremos perder más tiempo. Agarro un pequeño trozo de tela y le tapo los ojos a mi querida América para que no vea absolutamente nada del entorno. Bajamos las escaleras del avión y cuando toca el suelo exclama:

- ¡Vaya! Pero si es arena... ¿cariño, puedo quitarme la venda ya?

-No amor, no seas impaciente, espera un poco - le respondo cariñosamente. Le cojo de la mano y comenzamos a andar lentamente por la caliente arena de la playa. Nadie nos arrebataría nuestro momento.

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Holaaaa!!!!! Al fin actualizo!! Bueno este capítulo que os ha parecido? Desde la perspectiva de Maxon, os ha gustado?

Yo quiero preguntaros una cosita. ¿CÓMO HAGO PARA PONER REPARTO EN UNA HISTORIA? Lo he intentado pero no sé cómo se hace, a dónde hay que darle y todas esa cosas. Me da igual si me decís cómo se hace desde el ordenador o teléfono movil. Solo decirles que ninguno de los 2 es Apple porque muchas apps ponen ventajas o cosas y efectos especiales solo en apple.

Un besazo enorme!!!

Después de La Elegida - MaxéricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora