Narra América:
Me despierto con un movimiento en mis labios.
- Buenos días bella durmiente... ¿Cómo lo pasaste anoche? - me pregunta Maxon a mi lado.
- Perfecto, ¿y tú mi Real Marido? - le contesto sonriendo.
- Igual o mejor que tú - dice sonriente justo antes de darme un beso.
Es tan increíble. Sigo sin creerme que estoy con él...
- ¿Qué vamos a hacer hoy? - le pregunto. - Ayer estuvimos todo el día en la playa. Hoy toca ir a algún sitio, ¿no crees?
- Sí, tenemos entradas compradas para un museo que hay aquí cerca. Es marítimo y según me han dicho contiene fósiles y cosas de ese estilo - comenta Maxon. Yo asiento.
- En ese caso me voy a duchar - le susurro al oído. Le beso y me enrollo la sábana alrededor de mi cuerpo cuando me levanto.
Entro al cuarto de baño y me meto a la gran ducha que hay a la izquierda del lavabo.
El agua cae por mis hombros haciendo que mi pelo quede más liso que una tabla. Por más que paso las manos el pelo continua igual: liso. Echo atrás la cabeza haciendo que el pelo llegue a la cadera y vuelvo a ponerme recta haciendo que volva a su sitio de siempre, tapando justo el pecho. Dejo que el agua caliente circule por mi cuerpo unos minutos más y después salgo rápidamente de la ducha para no tener frío.
Me pongo un albornoz tan blanco como las nubes en un día soleado que hay en un perchero de la puerta y salgo. Maxon está vistiendose, se ve que hoy no se iba a duchar, cosa muy pero que muy extraña.
- Cariño, ¿no te vas a duchar? - le pregunto con el ceño fruncido.
- Ya me he duchado. Mientras estabas durmiendo - contesta sereno mientras termina de colocarse bien la camiseta.
Sigo sin acostumbrarme a verlo así, tan informal: con camiseta, pantalones cortos y chancletas. Pero también hay que admitir que el verse tan informal lo hace mucho más sexy de lo que ya es.
- Estás vestido como ayer a la noche. No tiene sentido, ¿ponerte la ropa interior de ayer habiéndote duchado?
- No, la ropa interior ayer era gris y hoy es blanca. Parecido pero no igual. No te confundas - me responde sonriendo pícaramente. - Además sabes que yo me ducho todos los días a la mañana y a veces otra vez por la tarde.
Yo asiento entendiendo y cojo mi ropa. Como vamos a visitar el museo supongo que andaremos bastante así que me pongo un vestido negro con flores bastante suelto y unas sandalias también negras con algo de cuña. Luego me pongo unos aros plateados y un anillo aparte del de boda y el de compromiso, y me aplico poco maquillaje. Como peinado me dejo el pelo suelto en ondas imperfectas.
Miro a Maxon. Está mirándome atentamente, observa todo lo que hago.
- ¿Por qué me miras así? - le pregunto mientras me miro en el espejo para comprobar que todo esté bien puesto.
- ¿Por qué eres tan hermosa? - me pregunta él mientras se acerca a mí por detrás. Yo me sonrojo y bajo la cabeza en gesto avergonzado.
Maxon deposita sus brazos alrededor de mi cintura y me abraza mientras apoya su barbilla en mi cabeza. Yo sonrío ligeramente haciendo que él también sonría. Él baja la cabeza hacia la derecha y se inclina para darme un beso pero yo decido girarme en el último momento haciendo que él pose sus labios en mi mejilla.
- ¡Hey! - exclama falsamente afectado -. ¿Qué te he hecho?
- Nada, solo que si me besas quitarás el poco maquillaje que llevo, es decir, el pintalabios - le respondo sonriendo dulcemente.
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Después de La Elegida - Maxérica
FanficMaxon y América ya se han casado y ahora les toca empezar una nueva etapa en su vida. Habrá altibajos en el camino, pasión, discusiones, celos y sobre todo mucho amor, pero, ¿lograrán ser felices sin que nadie se lo impida? No se permiten copias ni...