Capíulo 8

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Narra Maxon:

Este era nuestro último día en la isla. Llevaba dos días sin besar a América y me estaba muriendo por dentro. La muy maldita se ponía vestidos cortos, escotados, se pintaba los labios de rojo... Esas cosas que sabe que me vuelven loco. Y lo hacía para provocarme.

Hoy a las 9 de la noche montaríamos en avión para ir a París. Sí, ya sé que Daphne vive allí pero nos alojaremos en un hotel lejos de palacio. Además estaremos una semana y tres días, ¿qué puede ir mal?

Todo, ¿no te das cuenta que vas a poner a tu esposa celosa?

¡Cállate estúpida conciencia! Si se pone celosa tengo una sorpresa, con lo cual, nada puede salir mal.

- Buenos días cariño - dijo América saliendo del cuarto sonriente. Llevaba un crop top y unos shorts muy cortos. ¿Ves? ¡Me provoca!

- Hola amor, ¿no te vas a poner vestido? - la saludé mientras la seguía con la mirada. Ella negó.

- No, ayer estuve hablando con Nicoleta sobre la ropa y la moda. Me dijo que en Italia llevan mucho pantalones y que probara a llevarlos siendo la reina. Le hice caso y compré estos en una tienda aquí cerca. El crop top ya lo tenía para usar con una falda. ¿Te gusta? - preguntó dando una vuelta y metiendo las manos en los bolsillos traseros del short.

- Sí, te hacen una figura perfecta.

Ella sonrió ante mi comentario.

- Gracias. Oye, las maletas ya están hechas. Las he dejado apiladas en la entrada de la habitación.

Asentí y me levanté. Caminé hasta ella. Necesitaba besarla, sentir sus labios. Estaba muy cerca suyo. Me daba miedo acercarme porque me iba a pegar. Me quedé quieto unos segundos.

De repente sentí cómo saltaba enredando sus piernas en mis caderas. Rodeó mi cuello con sus manos y me besó. Puse el antebrazo bajo su trasero. Sé que le gustaba eso. La otra mano la deposité en su espalda acercándola más a mi.

- Créeme, los castigos también son duros para mí - dijo después de darme un casto beso. - Llevaba dos días con ganas de besart-te - tartamudeó mientras la besaba.

- Y yo también. Más que tú.

- No, yo más.

- Te aseguro que yo más - le dije señalándola con el dedo índice pero sonriendo. - Ver como mi perfecta mujer se cambia frente a mi cada día, se pone vestidos cortos, hoy shorts y encima me preguntas si estás guapa, te pones pintalabios rojo... - todo esto lo dije acercándome a ella y girando a su alrededor (se bajó de mi cadera ya). - Lo he tenido más difícil que tú. Acéptalo.

- Vaaaaale, lo acepto, lo tenías más complicado, pero te lo merecías.

- Puede que me lo mereciera pero tú también merecias que te tirara a la arena. ¿Tú sabes cómo me pusiste? - la acusé. Sonrió ante mi pregunta.

Ella deshizo el espacio que quedaba entre nosotros y me besó con ternura y pasión. Fue un beso lento y apasionado. Parece que nuestras bocas encajaban a la perfección como si de un puzzle se tratase. Esta mujer me vuelve loco. La amo tanto...

Al separarnos por falta de oxígeno los dos estábamos jadeando.

- Te amo. Muchísimo - me dijo abrazándome.

Yo acaricié su pelo, con ondas, que similaban una cascada de fuego.

- Te amo. Muchísimo - le dije sonriendo.

Ella me devolvió el gesto y me besó de nuevo. Me tiene hechizado. Mientras nuestros labios se deslizaban lentamente empezamos a andar poco a poco hacia atrás, hacia el sofá.

- Cariño - dijo pero la callé con un beso - va-vamos a llegar t-tarde a la reserva... - siguió entrecortadamente.

- Que más da la reserva...

- No da igual - y me besó. - Si comemos tarde no tendremos hambre antes del viaje - continuó hablando separándose un poco de mí. - Y ya hemos planeado todo, no quiero cenar en el avión - se quejó.

- ¡Agh! Está bien... pero cuando lleguemos a Pa... ¡a nuestro destino!, seguiremos con esto - le advertí. Lo pienso cumplir.

Ella asiente con las manos alzadas a los costados de la cabeza.

- Vamos.

Asentí.

Salimos de la casa y comenzamos a andar por la playa. Hemos reservado en un restaurante asiático, que es una comida que le encanta a mi América. Dice que en la boda de su hermana Kenna probó pato a la naranja y que le encantó, así que un día, con un dinero extra que había conseguido, llevó a toda su familia a comer a un asiático en Carolina. Desde entonces es una de sus comidas preferidas.

Observé como caminaba relajada. Nuestras manos estaban entrelazadas. Apoyó su cabeza en mi hombro.

- Esto es perfecto... - susurró. Por el rabillo del ojo pude ver que tenía los ojos cerrados. Estabamuy tranquila y serena. - Gracias...

- ¿Por qué? - pregunté confuso frunciendo el ceño.

- Por todo... Es increíble que vaya a compartir mi vida contigo... Nunca soñé con esto y en cambio es lo que sueño ahora para siempre.

- No tienes nada que agradecer, yo sí. Nunca soñé con esto.

Ella frunció el ceño y yo sonreí.

- ¿No? - preguntó confusa.

- No. Yo nunca soñé con algo tan perfecto, con una mujer tan perfecta. Yo sólo soñé con una vida bonita al lado de mi mujer, una mujer igual a como era en La Selección, pero eso no se ha cumplido. Mi vida no ha sido bonita, más bien dura pero cuando tú llegaste, por más que mi padre me azotara, por más que tuviera que trabajar en cosas en las que no estaba de acuerdo, cada cosa que hacía la hacía por ti, pensando en ti, imaginando una vida a tu lado, una vida bonita. Pero mi vida ahora no es bonita, es casi perfecta. Solo falta mi suegro y tu suegra. Y sería perfecta. Pero teniéndote a ti se me olvida todo. Tú no tienes que agradecer nada. Yo te tengo que agradecer todo. Gracias.

América estaba llorando desde la mitad de mi "discurso". Paró de andar y me miró.

- Querida, no llores, ya sabes que no tengo ni idea de qué hacer cuando las mujeres lloran.

Ella rió entre lágrimas y yo sonreí. Pasé mis pulgares por sus pómulos y por la parte de abajo de sus ojos para quitar sus lágrimas.

- Estoy horrible - dijo mordiéndose el labio.

- No estoy de acuerdo, estás hermosa, solo tienes un poco de maquillaje fuera de su lugar.

Ella rió. Me encantaba cuando reía, cuando me miraba... ¡Todo me encantaba de ella!

- Ten - y le di un pañuelo. Ella se limpió y seguimos caminando.

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Bueno, bueno, bueno... Servidora tiene una pregunta. ¿Os gusta que escriba en presente o en pasado? Dejadmelo en los comentarios.

También quería invitaros a que leáis mi otra historia: El Club De La Patata. La tenéis en mi perfil.

Besossss

Después de La Elegida - MaxéricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora