•Capítulo 25•

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Cap dedicado a ❤:

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Narra Christopher:

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Narra Christopher:

Apenas llegamos, captamos un vehículo azul afuera, confundido me estacione a unos metros alejado de la cabaña.

Yo me ofrecí en ir y ver que onda con ese auto, Zabdiel se quedó agachado en la parte trasera de mi vehículo, claramente nunca antes habíamos visto uno así, y menos de nadie conocido nuestro era. Toque dos veces levemente la puerta principal, ya que se me habían quedado las llaves encima de la mesa, estoy rogando de que haya alguien, y bueno, debería.

En eso visualice a Erick, su semblante era notablemente incómodo, y con su mirada ya entendí de que había problemas. Se hizo a un lado para yo poder pasar, miré sorprendido y confundido a la persona que se encontraba de lo más tranquila en el sofa.

—Dice que conoce a Zabdiel. —me susurró mi amigo en el oído.—Insistió en pasar, no pude hacer nada, lo siento.

—Em.. ¿hola? —me dirigí a la misma señora que anda detrás de Zabdiel, cuando fuimos a lo de mi madre. Maldije por lo bajo cuando esta me miró y sonrió.—¿Necesita algo?

—Si, a tu amigo de la otra vez, Zabdiel ¿no? —cuestionó.

—Ahh, sí. —fingí, y puse la sonrisa más forzada que pude.—Mire, él... no se encuentra ahora mismo, es más, por un buen tiempo. Está de viaje por unos familiares y de aquí a cuando vuelva, ni idea.

Ella arqueo una ceja con asombro.—Okey... y por ejemplo, ¿donde fue?

—Fuera de la ciudad, más al norte. —un intento de aclaración, mi mente quedo en blanco y no se me ocurrió que inventar. Sonreí mostrando dentadura para ver si tenía la suerte de que me creyera.

—¿Eres su amigo? —me preguntó cambiando repentinamente de tema, esta vez yo fui quien arquee mi ceja. ¿Esto es una especie de cuestionario?

—Disculpe, pero por lo que yo sé, usted conoce a Zabdiel hace bien poco, y que esté tan interesada en su vida me está pareciendo un poco raro. —dije de la forma más respetuosa posible, si fuera otra persona, cualquier insulto se me escaparía.

Asintió, quedamos en un silencio, yo esperando que dijera algo para que se fuera luego. Ella mirándome profundamente como si intentara sacar información en mis ojos. No deje que me intimidara y le devolví la mirada, tenía mis brazos cruzados.

—Son asuntos míos. —contestó por fin.—Como no está Zabdiel... Vuelvo otro día.

—Disculpe, ¿usted en si no sabe nada de él? —cuestioné, se me hace raro de que Zabdiel sea la persona más buscada en la ciudad, hace unas semanas atrás salía a cada rato en la noticias. Y con la edad que debe tener esta señora, demuestre no estar enterada de la situación de mi chico. 

Me miro confundida.—Lo principal, creo. Tu amigo me gustó, y quiero dar el primer paso, ¿que tiene de malo eso?

Qué él no está disponible, pasó aquella frase por mi mente.

Rodé los ojos con fastidio, no puede ser que me tenga que estar aguantando esto por ayudarlo.—Me refiero aparte de su nombre, no sé, quién es, que importancia tiene en el mundo...

—... No te estoy entendiendo.

—Bueno... Como él no está, es mejor que usted ya se vaya retirando. —me acerque a la puerta y la abrí, señalé hacia afuera. Ella claramente entendió, y se encamino hasta mi, me lanzó una última mirada egocéntrica y salió.

Cerré la puerta y fuí rápido hasta la ventana, ví como ella entraba a su auto y encendía el motor. Antes de que el auto azul desapareciera de mi vista, me di cuenta de una sombra en la parte de atrás, una figura redonda, como una cabeza. Abrí más mis ojos un poco exagerado, para ver si era mi imaginación o si de verdad había una persona detrás.

Salí de la cabaña apenas no había rastros del auto azul, iba caminando rápido hasta el mío, pero no llegue cuando vi unos pelos que sobresalen de un pequeño arbusto. Eran unos rizos de mi querido Zabdiel, como no identificarlos.

Toque su hombro, en eso él se levantó y me abrazo por los hombros.

—No puedo creer lo que acabo de ver. —me dijo de repente. Lo miré extrañado, sin comprender a lo que se refería.—Acabo de volver a ver a Sebastian.

—En el mismo vehículo azul, en la parte trasera, él estaba escondido. —volvió a decir, abrí mis ojos como platos, osea que no era mi imaginación y si había alguien.

—No jodas... Sabía que esa señora no era de fiar. —dije en un susurro procesando todo en mi cerebro.—Hay que tener cuidado desde ahora, tú en especial.

—¿Y los demás? —preguntó.

—Cuando llegue estaba Erick, pero los demás supongo que escondidos o no sé. —murmuró un 'okey'.

Empezó a caminar derecho a la cabaña a paso rápido, yo lo seguí detrás a paso más calmado.

Cuando entramos iban saliendo recién los tres de su gran escondite, el baño. Solté una risa al imaginarme una tontería, Zabdiel me miró confundido, a lo que yo agache mi cabeza, ya que no era un momento divertido.

—¡¿Quién carajos era esa chica?! —exclamo Richard, el primero que se atrevió a hablar de nosotros cinco.

—Zabdiel, explicación, ahora. —dijo palabra por palabra, Joel.

—¿Que explicación quieren que les dé? Si ni yo sé. Mejor pregúntenle a Chris que él la tenía en esa aplicación. —lo miré interrogante, ¿que culpa tenía yo que mi snapchat sea público?

—Ya veo venir una discusión. —hablo Erick —Mejor hablemos de que quería ella de Zabdiel.

—Meterse con Zabdiel. —solté.—Pero, esa señora tiene que ver algo con el hermano de Zabd, osea Sebastian, el malvado de toda esta historia.

—No exageres. —me dijo el nombrado.

—Claramente es eso. —lo miré.—La señora sabe de ti por tu hermano, se hace la buena para que confíes en ella y te metan los dos, o demás que estén involucrados, nuevamente a la cárcel. Dime que no, ver películas ayuda. —dije sin ni siquiera respira. —Tú y tu abogado tienen que apurarse en demostrar tu inocencia, después será demasiado tarde y no podrán hacer nada.

—Justo tiene que pasar esto cuando estoy a dos días de irme. —murmuró Richard de repente, todos los miramos y él también confundido.—¿No les conté? —negamos. —Conseguí todo lo necesario, y ya hable con Yocelyn. Quiero irme para estar lo más rápido posible con mi niña.

 Quiero irme para estar lo más rápido posible con mi niña

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