Después de escaparte de un lugar horrendo, necesitas ayuda ¿no?
Zabdiel se escapó de la carcel, y Christopher por su propia voluntad decide ayudarlo.
Dicen que hay personas solo con pasar mucho tiempo juntos, se llegan a enamorar, ¿les pasará eso?
Eran más o menos las 12 de la tarde, solamente Chris y Zabdiel estaban en la cabaña.
Erick fue a buscar unas cajas, las cuales tenían sus cosas, Joel y Richard se ofrecieron a ayudarlo.
—Oye Chris, ¿me prestas tu celular?
—¿Para qué? —preguntó confundido.
—Me aburro con este nokia. —respondió sacando de su bolsillo el dicho teléfono. —Y tú como tienes un IPhone...
Christopher soltó una carcajada y le paso su celular a Zabdiel.
—Y oye, ¿qué clase de aplicación es esta? —preguntó, Chris lo miro confundido, se acerco a él ganándose detrás de este.
—Ah, es Snapchat. —contestó. —Pero ya nadie la usa, es aburri...
—¡Oh! Chris, soy un perro. —dijo Zabdiel emocionado probando cada efecto. —Ahora soy un ciervo, ¡conejo!, y... ¿Qué se supone que es?... Ah, si abro la boca... ¡wow!
Christopher sonreía al ver las expresiones de su amigo, le gustaba verlo con esa sonrisa. Simplemente, le gustaba todo.
—Pero como amigos. —se repetía en su mente.
—¿¡Se puede sacar una foto con el efecto?! Chris, ven, ven. —Zabdiel puso su dedo en la pantalla para sacar la foto, después Christopher reaccionó.
—Lo siento, no me di cuenta. —se disculpó por a ver salido mirando fijamente a Zabdiel, se había sonrojado un poco.
—Nah, no importa, la voy a guardar para que tengas un recuerdo mío. —dijo, Chris asintió. —oh... La subí.
Christopher abrió los ojos como platos, y le arrebato su celular de las manos de Zabdiel.
—No, no, no. —se repetía. —Ya la borré.
—¿Que tiene? Tú dijiste que nadie la usa. —preguntó simple.
—No era literal. —respondió. —Pero sólo estuvo como 2 segundos, así que no creo que nadie la vio.
—Por las cosas que te preocupas, Chris. —río.
—¿Y si alguién la hubiera visto? —cuestionó.
Zabdiel se quedó callado —Lo siento. —murmuró.
—Ya no importa. —dijo al ver la cara de Zabdiel, luego aprendió la pantalla de su celular y vió que tenía una notificación. La abrió, se lamento de haberla abierto.
—Zabdiel... —llamó la atención del más menor, nervioso.
—¿Qué pasa? —preguntó calmado.
Le mostró su celular, y Zabdiel lo miro confundido.
—¿Quién es Gwen? —preguntó.
—Ella vió la foto, la tiene guardada y ahora me esta mandando mensajes por privado —respondió alterado caminando a un lado a otro.
—R-revisa los mensajes.
Obedeció, abrió la aplicación y se calmó un poco por los mensajes, pero giro los ojos con fastidió al leerlos.
—Me está preguntando por ti, quién eres, no sabe que eres un prófugo. —al escuchar eso se tranquilizó.
—Me había asustado.
—La voy a bloquear —anunció. Zabdiel asintió.
—¡Llegamos! Bueno, ¡llegue! —apareció por la puerta, Richard, con dos cajas, que hacían que no se le viera la cara.
—¿Joel y Erick? —preguntó Zabdiel.
—En la camioneta todavía. —contestó. —Sólo voy a decir que fuí solo por mal tercio, los tortolitos me dejaban solo, y creo que ni se dieron cuenta cuando baje.
—¿Tan buenos amigos se hicieron? Poco a poco me deja de lado el enano. —dijo Chris, fingiendo tristeza.
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Iba a colocar una foto de Zabdiel y Chris usando Snapchat, y Chris mirándolo.
