•Capítulo 29•

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Narra Christopher:

Me encontraba a escasos metros de la casa del "mejor amigo" del hermano de Zabdiel.

Su mami nos consiguió información del tipo, como por ejemplo su dirección y que hacia de bueno en su vida.

Nada.

Si ese Sebastian es un chico desagradable, no me quiero imaginar a sus influencias.

En frente de la puerta toco dos veces con los nudillos de mi mano. Y una segunda vez, por si acaso.

A los minutos la abre un chico, con cabello moreno, de estatura alta, y solamente trae puesto una toalla en su cintura.

—Um, chico bonito, ¿que necesitas? —habló él primero, viéndome de pies a cabeza con la mirada más estúpida que pudo hacer en su vida. Otro idiota más.

Rodé los ojos disimuladamente, desviando mi vista para otro lado—No me conoces claramente, pero yo sé cosas de ti, aunque no específicamente.

El chico, Lucas, cambia su semblante ridículo, y me mira confundido.

—¿De qué vas? —pregunta defensivamente.

—¿Me dejas pasar? Necesito hablar unas palabritas contigo. —fui directo al grano, no muy seguro de mis acciones. Aunque me mantenía fuerte, por dentro los nervios me comían vivo.

Esto se siente de novela o película, y en la realidad nunca creí tener que hacer esto.

Se hizo aun lado y yo pasé como si de mi casa se tratara, pero por lo modales pedí permiso como cualquier persona humilde.

—Me voy a colocar ropa, ya vuelvo. —no muy convencido asentí, y me quede parado esperando.

Apareció con una camisa musculosa puesta, y unos short azules deportivos.

—¿Puedes ser rápido? —preguntó, con los brazos cruzados esperando respuesta de mi parte.

Me acerque un poco hacia él.

—¿Eres amigo de Sebastian de Jesús?  —empecé. Él alzo una ceja y asintió—Necesito que me digas algunas cosas de él.

—¿Y tu quien carajos eres para interesarte en Sebas? —cuestionó.

Bien, Christopher no tartamudeez, ni te muestres débil.

—Te la hago corta. Me llamo Christopher, y tengo un amigo que ha sufrido por culpa de tu mejor amigo. —me miró detenidamente. —Sé que Sebastian no esta metido en cosas buenas, y tengo contactos que pueden hacerle algún que otro daño.

—Y según tú, niño. ¿Qué tipo de "daños"? — habló haciendo las comillas en tal palabra.

—No como las de él. —fui sincero, para que empiece a entender mi punto—Complicarle su futuro, por ejemplo. Sus planes no salgan como Sebastian quiere. No sé, ahi veremos.

—Okey... Y ustedes, ¿que quisieran saber? — me sorprendí por la rapidez, y yo que pensé que apenas llegaba ya tenía el puñetazo de mi vida.

Este chico Lucas, me intentaba intimidar con su mirada azulada. Pero igual como la vieja, no lo dejaba y le devolvía mirándolo fijamente.

—Dime tú... Sé que tu amigo tiene dinero, pero su familia no es millonaria, y aquí la cosa es de donde la saca. —mencione, el ojiazul carcajea, falsamente para agregar.

—Trabajando, ¿de donde más? —cuestiona serio.

—Sebastian viene de familia humilde, ¿tan buen trabajo consiguió? ¿Para cobrar millones por la cabeza de su propio hermano? Que raro, no conozco alguna especialidad así. —me miró confundido, arqueando el ceño—O para sobornar a un señor para que se quede callado.

—No te estoy entiendo, Christopher. —comentó, suspire, será un poco difícil sí.

¿De verdad serán mejores amigos?

—¿Seguro? —comencé a caminar sobre el lugar, de un lado a otro—En algo debe estar metido ese hombre. Encuentro ilógico lo que pasa.

—Ilógico... — repite la palabra—¿Y tú que piensas en que esta metido?

—¿Drogas? —elevé una ceja—Lo confirmas o lo niegas.

Se da la vuelta en el lugar y coloca su mano en la nuca, nervioso notablemente.

Arqueo el ceño.

—Lo confirmas o lo niegas. —repetí.

Siguió sin responder pasando unos minutos de silencio eterno.

Se sentó en una silla mirando el suelo.

—¿Tú como me ves? —me preguntó, yo lo miré sin entender el sentido de la pregunta. — Las cosas no son como crees. Yo quizás me veo mujeriego. pero jamás me metería en esas cosas.

—No vengo por ti, yo estoy interesado en saber lo de Sebastian. —dije—Igual esta bien que no seas igual a él, pero hubieras intentado que tu mejor amigo no se metiera en eso, loco.

—Lo he intentao', pero es caso complicado, Sebastian no es de consumir, solo vende para ganar pasta. —me explicó en tono triste. —Le he dicho que no es la forma, pero no me hace caso.

—¿Osea que si es verdad? ¿Sebastian esta metido en drogas en algún ámbito? —asintió mirándome con unos ojos brillosos.

—Por favor si es que llega a pasar algo, no digas que yo dije todo esto. Lo admito ya que pienso que pueden ayudarlo.

—Vamos a tratar de hacerlo.

Y sin más me fui, saque la grabadora de mi bolsillo como prueba. Aunque no la entregaría, el chico me dio pena, no era malo, no era lo que aparentaba.





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