La vida no es tan mala

Noche de películas

Katsuki miraba desde el rabillo del ojo a la morena que estaba en la cocina, la cual estaba echando algunos snacks en un pote para llevarlos a la mesa que estaba entre el sillón y el televisor y así poder ver la película tranquilos, mientras que él, conectaba algunos cables en el equipo de música para escuchar mejor el sonido, de repente la miraba fijo, pero cuando ella estaba a punto de darse vuelta para mirarlo él hacia como que estaba muy ocupado y concentrado en los cables.

Ochako ya había terminado, llevaba dos fuentes con comida y luego de dejarlas en la mesa fue al refrigerador para sacar dos cervezas e ir a sentarse, estirando la mano con una de ellas, ofreciéndosela a Bakugou.

Éste, tomó la cerveza y se lanzó al sillón junto a Uraraka, cambiando los canales hasta encontrar en el cual darían la película. Llegando al canal, la película aun no empezaba así que lo dejaron ahí hasta que empezara.

Estaban hablando de cualquier cosa cuando de pronto se sintió un estruendo afuera.

—¡Neee, Kachan! ¿Qué fue eso? —Preguntó la morena, asustada.

Katsuki se paró y camino hacía su balcón asomándose.

—Creo que fue un trueno, al parecer mañana lloverá. —Dijo Katsuki, deduciéndolo por cómo se veía el cielo.

—Aaahh, me encanta la lluvia. —Dijo feliz. —Amo como suenan las gotas y lo limpio que queda el aire, pero es muy triste pensar en los animales y la gente que no tiene hogar. —Terminó diciendo, agachando la cabeza con una expresión triste.

Ver a Ochako triste, hacía que a Bakugou le doliera algo, así que intentó cambiar el tema.

—Oy, no tomes tanta cerveza hoy.

A Uraraka le cayó una gota por la cabeza, recordó lo ocurrido la última vez que bebió demasiado con el rubio.

—Oye no digas eso… Es tu culpa por dármelas. —Le recriminó la chica.

A Bakugou se le cayó la cara.

—¡¿ES UNA BROMA?!

—Jajaja, siempre eres taaan grave Kacchan. —Reía la morena, mientras sacaba un puñado de papas fritas de una fuente. —Hoy yo solo me relajaré y me dejaré llevar. —Se hecho hacia atrás mientras se echaba las papas a la boca, apoyándose en el espaldar del sillón y empinando su cerveza.

—Eres como un vagabundo. —Le dijo el rubio con cara de disgusto. Pero al mismo tiempo se acomodó hacia atrás, también empinando su cerveza.

Estuvieron así un rato, hablando de muchas cosas, y terminando y abriendo otras cervezas hasta que la morena se atrevió a preguntar.

—¿Kacchan?

—¿Qué pasa cara redonda?

—¿Algún día me contarás qué pasó con Kirishima y los demás? Siempre pensé que ustedes estarían juntos para siempre.

—Ah tonta, suena como si nos hubiésemos casado o algo. —Dijo Katsuki enojado, no le gustaba hablar de ese tema. —Ya te dije que tomamos caminos diferentes.

—Pero cueeentame, te juro que la curiosidad me está matando. —Le pedía Ochako.

—Te contaré con una condición, que sé que no te gustara.