El puto abogado

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Bakugou no quería despertar, estaba tan cómodo, estaba calentito y nuevamente sentía que dormir en su cama era como dormir en una nube, tal vez era porque no tenía que despertar con el sonido de una alarma o quizá por la buena compañía...

Buena compañía.

Abrió los ojos rápidamente y se dio cuenta que estaba acostado hacia arriba y al lado de él, más precisamente en su pecho, Uraraka dormía plácidamente.

Hizo una mueca de sorpresa, ¿Como llegaron a esa posición si él se acostó casi en la orilla para no tocar por accidente a la morena? Peor aún, ella se veía muy cómoda encima de él y hasta lo tenía abrazado con un brazo.

Ah, y eso no podía ser todo, él también la estaba abrazando, tenía un brazo pasando por el cuello de Ochako, como si hubiese tenido la intención de atraerla hacia él.

¿Qué carajo había pasado?

Katsuki se calmó un poco, la chica seguía con su típico 'pijama' y él con su ropa, todo bien, no había pasado nada de lo que se pudiera arrepentir.

Intentó salir de la cama sin despertar a la morena, algo así como cuando fue un policía encubierto, debía ser cuidadoso... Espera, ¿Por qué tenía que ser cuidadoso? Que se joda la chica, que despierte y deje de flojear.

La miró enojado, pero su cara se relajó y se ruborizó un poco al ver la expresión de paz que tenía ella mientras dormía, se golpeó la frente, ¿Desde cuándo era tan blando?

Se quitó la polera que llevaba para lavarla, y se dirigió al baño, al parecer dormir con Uraraka no había sido tan buena idea. Entró ahí y se lavó bien la cara, como unas 5 veces, tomó su cepillo de dientes y se lo metió en la boca, cepilló sus dientes por 10 segundos cuando de pronto escuchó el timbre, pensó quién podría ser y no había otra opción que no fuera el cartero, así que lo dejó así y siguió lavándose los dientes.

-Hola, ¿Qué desea?

El rubio escuchó esa voz, esa voz que reconocería en cualquier parte y todos sus sentidos se pusieron alerta, así que se asomó por la puerta para ver que tramaba esa chica.

-Traigo este telegrama para... -Dijo el cartero, sin mirar a la chica que tenía en frente. -Bakugou Katsu...ki. -Terminó de decir, subiendo la vista para ver a la morena, ella estaba despeinada, aun no lavaba su cara, bostezo mientras se restregaba un ojo y aún estaba con la polera que le quedaba gigante de su amigo, pero a pesar de estar así, se veía muy linda y sexy.

Katsuki se dio cuenta de la cara que tenía el cartero y su furia incremento, vio como le pasaba un pedazo de papel a Ochako y como intentó tocar la mano de la chica al pasárselo y se precipitó a la puerta, tomando a la morena de la cintura y poniéndola tras él, así mismo como hizo cuando Mina la acosaba con sus enormes bubis.

-Tú, maldito depravado, ¿Quieres morir? -Le dijo apuntándolo, aún con el cepillo de dientes en su boca y con la cara hecha un desastre, ni siquiera era necesario preguntarle que le pasaba, era cosa de ver su expresión, estaba realmente encabronado.

-¿Eh? -Al cartero se le pusieron todos los pelos de punta.

-¿Hola? - Katsuki nuevamente escuchó la voz de Uraraka dentro del departamento, miró de reojo hacia donde estaba ella para darse cuenta que hablaba por teléfono, miró nuevamente al cartero para mandarlo a volar, pero algo hizo click en su cabeza en ese momento.

La vida no es tan malaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora