Al fin te encontré

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Uraraka se estuvo quedando con Tsuyu todo este tiempo.

-Oye maldita Rana, si no me dices ahora mismo donde está la idiota juro que quemaré todo este... -Bakugou no pudo terminar su frase ya que unos gritos agudos lo interrumpieron.

-¡Mamaaaá!, ¡Mamiiiii!

-¿Ma... má? -El rubio giró la cabeza para ver a los dueños de esos gritos, era un pequeño niño de cabello negro, de tal vez 3 años y una niña un poco más grande, los cuales eran prácticamente una copia de Tsuyu, pero también tenían un parecido a alguien más,no lograba recordarlo y tampoco le importaba.

-Ribbit, ¿Qué sucede mis niños? ¿Chiasa, has estado molestando a tu hermano otra vez? -Asui reprochaba a la niña con cierta pasividad.

-OÍ, MALDITA SEA, NO ME IGNORES, ¡VAYANSE DE AQUÍ MOCOSOS! -Gritó de pronto Katsuki enojado, no había viajado tantas horas para ver como la estúpida rana retaba a unos enanos.

-Bakugou, no grites por favor. -La pelinegra miró con un suave ceño fruncido al chico.

-¡No me pidas que no grite si no me has respondido la puta pregunta que te hice!

-Má, ¿Qué es una puta? -Preguntó el pequeño.

-¡Akemi! ¡No repitas esas palabras! -Asui reprochó al niño, el cual respondió con un puchero y salió corriendo. -Gracias por eso Bakugou.

El rubio se puso la mano en la nuca, tal vez no debía decir groserías frente a niños tan pequeños. -Uhm, bien, me iré pero por favor necesito que...

-¿Quieres un poco de té? -La pelinegra sacó una tetera de la nada.

-Oh, por All Might...

Katsuki podía ser impulsivo e impaciente, pero no era idiota ni tonto, sabía que Tsuyu no le quería decir donde estaba Uraraka porque obviamente estaba ahí, o por lo menos en ese pueblito, así que aceptó la taza y se armó de paciencia para que la tonta rana se dignara a hablar.

Muchas veces estuvo a punto de explotar mientras los pequeños hijos de Asui corrían por la casa gritando o jugando, como odiaba a los mocosos.

-Entonces Bakugou, ¿Porqué has venido a visitarnos?

-¡¿ACASO ES UNA PUTA BROMA?! -No lo creía, esa chica quería sacarlo de quicio.

-Te agradecería que evites decir tantas palabrotas, los niños repiten todo lo que escuchan. -Dijo la pelinegra.

-Lo haré cuando me digas ¿DONDE-MIERDA-ESTÁ-LA-MALDITA-IDIOTA? -Katsuki hizo énfasis en la palabra mierda y maldita.

-¿Te refieres a Ochako? -Dijo por fin Tsuyu.

-¡Claro que sí, Rana tonta! No sabes por todo lo que he tenido que pasar para llegar hasta aquí. -El rubio se cruzó de brazos y bufó.

-Ella ha salido un rato, si quieres puedo decirte donde se fue, ribbit. -La chica rana puso un dedo en su boca como lo hacía cuando eran compañeros de clase.

-¿Huh? ¿En serio? ¿Es así de fácil? -El rubio levantó una ceja, ¿en serio esta vez no habrían complicaciones?

-Claro, ¿porqué lo preguntas? -La pelinegra no entendía.

La vida no es tan malaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora