—¡Kacchan! —Gritó la morena, parándose de su asiento bruscamente, moviendo la mesa y dando vuelta el café que tomaba Izuku encima de él.
—¡Uraraka! —La llamó Deku, tomándola del brazo antes de que pudiera salir corriendo donde Katsuki.
El rubio frunció el ceño y su cara se transformó, desde que Midoriya y Ochako lo conocían, jamás habían visto esa cara en él. La rabia lo inundaba y se reflejaba en sus ojos.
Bakugou estaba enojadísimo.
Pero eso no le importaba en este momento, ya que volvió a escuchar el estruendo de hace rato, su jefe lo había llamado para pedirle ayuda, necesitaban a todos los que pudieran ayudar en ese momento.
Se trataba de un villano que estaba destruyendo la ciudad y al mismo tiempo asesinando a todos los que se anteponían a sus pasos.
Se trataba de un tipo de 100 metros, básicamente un gigante, que tenía el poder de levantar cosas y darles el triple del peso al soltarlas. Esto hacía que lanzara y pateara todo lo que se le cruzara.
El rubio dejo de mirar a los chicos que se encontraban en el café cuando toda la gente empezó a correr.
Él también corrió, pero hacia el otro lado, iría a asesinar a ese tipo que causaba tantos problemas, lo mataría sin duda y así podría desestresarse un poco.
La morena se soltó del agarre de Izuku cuando una avalancha de gente pasó por su lado, haciendo que el pelinegro saliera detrás de ella.
—¡Déjame Deku, debo ir con Kacchan! —Le dijo cuando el chico la volvió a tomar del brazo, parando su paso.
—¡Uraraka! ¡Debemos irnos de aquí! ¡Kacchan es policía, déjalo trabajar! —La gritaba Midoriya, ya que todos a su alrededor gritaban del miedo y no se podía escuchar bien.
—Jodete Deku. —Le dijo ella, con una mirada enojada. —Debo hablar con él ahora mismo, tú no entenderías. —Volvió a soltar el agarre.
—¡No! —Izuku la volvió a tomar. —Es muy peligroso, vámonos de aquí. —Él habló tranquilo para calmar un poco a su amiga, no podía dejar que fuera a arriesgar su vida.
—¡Suéltame! —La morena se soltó bruscamente. —Necesito hacer esto. —Ella lo miró, intentando ignorar la cara de súplica que tenía el pelinegro se dio media vuelta y corrió en la dirección que el rubio se fue.
—Uraraka… —Susurró Midoriya antes de ir por más ayuda.
La morena corría como si su vida dependiera de ello, mientras buscaba a su chico explosivo podía ver como algunas personas corrían escapando de la capa de humo que había más adelante, algunas lloraban mientras lo hacían y otras ayudaban a los que estaban más heridos.
La apenaba ver todo eso, hace tiempo que no veían un escándalo de tal magnitud, en realidad hace mucho tiempo que algún villano no hacía algo y si es que lo hacían nunca era algo tan grande.
Se había cansado de correr y de ver gente herida, en el camino, a la rápida, ayudaba a una que otra persona herida, quitándole peso para que no fuera tan difícil cargarlos. Cuando ya no se veía mucha cantidad de gente se dispuso a flotar, ya que la enorme capa de humo no la estaba dejando ver muy bien.
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La vida no es tan mala
FanfictionDespués reencontrarse de la peor forma, Katsuki ayuda a Ochako a ver la vida de otra manera, no todo tiene que ser tan malo como ella cree.