Katsuki sentía tanto calor, afuera el sol estaba como nunca, ¿Qué pasaba con el clima? Una noche llueve como nunca y al otro día hay 30°, genial.
Abrió los ojos lenta y perezosamente, no quería despertar, estaba muy cómodo, pero antes de poder ver claro, divisó una cabellera café frente a él, se removió un poco y se restregó los ojos para asegurarse de que eso que veía era un espejismo o algo.
Pero cuando vio claramente se dio cuenta de lo que estaba pasando.
Estaba durmiendo con Uraraka.
Pero peor que estar durmiendo con Uraraka, era que la estaba abrazando y la tenía muy bien abrazada, y ella ni siquiera se inmutaba, estaba de espaldas hacia él y le tenía una mano tomada.
Bakugou no entendía, hasta que recordó lo que había pasado la noche anterior.
—¡Mierda! ¿Qué hice anoche?, espero que esta enana no lo recuerde. —Se decía a sí mismo mirando a la morena a su lado.
Pero a pesar de eso, no tenía ganas de levantarse, se sentía bien dormir en su cama después de tantos días. Miró el cuello descubierto de la chica y no le faltaron ganas de besarlo, al parecer estar tan concentrado en el trabajo lo hacía despejar su mente de cosas lujuriosas, pero ahora que estaba de vacaciones y para rematar, con una chica qué, a pesar de ser una boba, era linda, graciosa y había que admitirlo, podía ser muy sexy.
Se levantó de la cama sin despertar a Ochako, fue al baño a ducharse y lavarse los dientes, luego volvió a su habitación, tan solo con una toalla puesta y sacó un short y una polera, después se dirigió a la cocina para poner el hervidor y poder hacerse un café, la migraña lo mataba, hace mucho tiempo no bebía tanto.
Mientras hervía el agua, volvió a entrar a su habitación, esta vez para despertar a Uraraka.
—Oy, cara de ángel, es hora de despertar. —Le dijo mientras la movía un poquito, la chica tenía sus mejillas más coloradas de lo normal y no respondía, Katsuki levantó una ceja. —Despierta maldita vaga.
La morena se movió un poco, girándose hacia arriba lentamente, con cara de disgusto.
—No, Kacchan, me duele la cabeza, déjame cinco minutos más por favor. —Decía ella, respirando un poco más agitada.
Bakugou entrecerró los ojos, tenía el presentimiento de que Ochako podía enfermarse después de la empapada que se dio flotando bajo la lluvia la noche anterior y para asegurarse de que estaba en lo correcto, acercó su frente a la de ella, sintiendo el inmenso calor.
Uraraka estaba hirviendo, y no necesitaba de un maldito termómetro para darse cuenta de que estaba sobre los 40° de fiebre.
Esta, al sentir la frente de su amigo en la suya, abrió los ojos lentamente, para encontrarse con la cara del chico a centímetros.
—¿Me vas a despertar como a las princesas? —Le preguntó la morena, con una sonrisa pequeña.
El rubio se alejó rápido de ella con el ceño fruncido y un poco sonrojado.
—¡CLARO QUE NO TONTA! —Le gritó el chico enojado, esa enana si que lo sabía hacer enojar.
—Jajaja, solo son bromas Kacchan.
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La vida no es tan mala
FanfictionDespués reencontrarse de la peor forma, Katsuki ayuda a Ochako a ver la vida de otra manera, no todo tiene que ser tan malo como ella cree.