La vida no es tan mala

Malas decisiones

Ochako miraba la oscura noche mientras se seguía preguntando qué es lo que haría al siguiente día.

-Oi, ¿Qué te pasa? -Le preguntó el rubio de la nada, sacándola de sus pensamientos con el susto que le dio.

-¿Eh? N-No, nada Kacchan. -Le respondió dándose la vuelta, apoyando su espalda en el balcón para mirar al chico que sostenía dos tazas de café.

-Uhm. -Bakugou murmuró y le estiró la mano dándole su café.

Uraraka miró dentro de la taza, encontrándose con algunos marshmellows flotando en el líquido café.

-¿Kacchan? -Lo llamó, mientras seguía mirando como las sustancias flotaban.

-Imaginé que te gustarían. -Se limitó a decir este, apoyándose en el balcón junto a la morena y mirando la nada, dándole un sorbo a su café.

-Está muy rico. -Dijo ella, sonriéndole, después de darle un sorbo.

-Uhm.

Ella lo miraba de repente, notaba un poco de preocupación en su mirada, pero, por esta vez, optó por no preguntarle nada.

Ya había ido demasiado lejos, últimamente estaba muy cómoda en esa casa y hacía lo que quería sin pensar en lo que Bakugou podría pensar, más que mal estaba en el departamento de él y tenía que acatar reglas, pero a pesar de que muchas veces no las cumplía, él no le decía nada, ni la echaba, ni siquiera la amenazaba.

Ochako se dio media vuelta para mirar la ciudad y la noche que los acompañaba, quedando en la misma posición que Katsuki en ese momento.

-Kacchan.

-¿Qué pasa, Cara Redonda?

Volvió nuevamente su mirada hacia él y sonrió más ampliamente.

-¿Puedo confesarte algo?

-Siempre y cuando dejes de sonreír como una tonta. -Le dijo sin dejar de mirar la vista que le otorgaba el balcón.

-Uhm... -Balbuceó, con cara de incomodidad.

-Oi, solo era una broma, suéltalo.

-Sabes... En el transcurso de mi vida he tomado muchas malas decisiones... -Decía Uraraka.

-Solo es cosa de ver al idiota que elegiste para que perder en el tiempo en la UA. -La interrumpió el rubio.

-Tonto, no digas eso. Deku era un gran amigo mío. -Dijo ella, empujándolo levemente con su cuerpo.

-Já, sí, que grandes amigos, era el único imbécil que no se daba cuenta como babeabas por él. -Dijo Bakugou, dándole un sorbo a su café.

-Kacchan, ya basta, no es algo que me guste recordar. -Dijo molesta.

-Bien, bien, solo debes saber que es un idiota, no puedo creer que te haya gustado y que el muy imbécil no haya hecho nada.

La morena rio ante la sutil declaración del chico explosivo, pero nuevamente prefirió callar.

-A veces dices cosas muy lindas Kacchan. -Uraraka se acercó un poco a Katsuki, rozando el cuerpo de él con el de ella.