¿Cómo puedo decirte que te amo si no me recuerdas?
¿Cómo puedo abrazarte sin que me muestres esos ojos llenos de confusión?
¿Cómo puedo decirte que estamos casados si no me crees?
Conozco cada parte de ti, aunque tu mente no me recuerde, tu cuerpo...
"Déjame mostrarte el motivo para enamorarte de mí, déjame volver a ser tu pilar, nuevamente quiero que me ames, pues yo ya lo hago desde mucho antes de hablarte."
Un día pasó después de aquella revelación hacia el menor, Viktor cada vez que dejaba el hospital para ver cómo estaba Makkachin o inclusive para llamar a la agencia de teatro para anunciar sobre el mejoramiento de su esposo le dolía, no soportaba dejar cada vez a Yuuri en esa habitación de hospital, cada día quería llevarse a Yuuri a su hogar, lo extrañaba.
No solamente él lo hacía, también el caniche extrañaba a su dueño, desde el día del accidente estaba triste, solo se la pasaba durmiendo y cada vez que el ruso entraba a la casa sin el menor Makkachin mostraba una mirada triste, ese día era igual.
—Lo siento amigo, Yuuri está en el hospital, pero pronto vendrá. —Le decía mientras acariciaba su cabeza, en consecuencia su caniche ladraba entusiasmado. —Yo también lo extraño.
Viktor no estaba seguro si la vida de Yuuri con él iba a ser como antes, pues no recordaba tantas cosas, pero al fin de cuentas era el Yuuri que conocía, no importaba si sus memorias estuvieran perdidas en algún lugar de su mente, quería que su corazón lo recordase, no solamente su corazón, quería volver a seguir el tiempo perdido con el menor.
Aun se arrepentía y se culpaba el no haber llegado a tiempo a la operación, sabía perfectamente que no era su culpa, pero dejar a su esposo al cuidado de alguien más era algo que aún no superaba.
Con pesadez se acostó en la cama donde compartía con su esposo, ya era una costumbre en abrazar a Yuuri, sentir su cuerpo como se acoplaba perfectamente con él y sentir su suave respiración al dormir era un vicio que él tenía, ahora estaba solo en aquella cama tan grande.
—Te extraño Yuuri. —Dijo mientras observaba la foto de uno de sus tantos viajes.
En aquella fotografía estaban los dos, esa foto había sido tomada en Francia, fueron sus vacaciones y el mayor proyecto de Yuuri, en ella los dos estaban abrazados sonriéndose amorosamente el uno del otro, casi besándose, ahora Viktor entendía que no todo iba a ser igual, pero al menos quería seguir adelante con Yuuri, pues él era la persona que más quería y amaba.
Sintiéndose cansado durmió en esa cama, se sentía fría y su única compañía era su fiel amigo pero al menos rogaba que pudiera seguir al lado de Yuuri, pues no tenía a nadie más que él, si Yuuri decidía irse de su lado no podía soportarlo, se derrumbaría y lo sabía.
Así fue como pasó una noche más sin la compañía de su único amor.
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Al día siguiente salió como siempre dirigiéndose al hospital, pues poco a poco se estaba acostumbrando a ir, pero quería que dieran de alta a Yuuri para llevarlo a casa.
Tomando un taxi entró y recibió una llamada, era de Mila.
