Capítulo 11

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-POV Tn___-

Las horas transcurrían lentamente, como el paso de una tortuga, y las risas resonaban sin cesar. Éramos dos almas jugando en la piscina, sumergiéndonos en la diversión como niños pequeños. No me arrepiento de haberlo invitado; cada momento compartido me ha permitido reír más y disfrutar de la vida sin preocupaciones, excepto una: la preocupación por Rubén.

Me debatía internamente sobre si revelarle mi vida problemática en ese momento. Estaba harta de aparentar una riqueza que no poseía, cansada de vivir esta "Doble Vida". Necesitaba su ayuda, su opinión y su afecto para asegurarme de las decisiones que tomaré.

—Llegué —Rubén se sienta a mi lado en el jacuzzi, sacándome de mis pensamientos. —Miguel estaba preguntando por nosotros —añade, y mi corazón se acelera al escucharlo.

—¿Qué? —mi voz apenas se escucha, y él niega.

—Le dije que me iba de fin de semana con una amiga. Nunca le mencioné que tú eras DjBlue ni nada parecido —explica, y mi corazón vuelve a la normalidad.

—Casi me matas del susto —confieso, llevando una mano a mi pecho y golpeándolo levemente en el brazo con la otra.

—¿Por qué ocultar tu identidad? —pregunta Rubén, observando las burbujas a nuestro alrededor.

—No quiero que la gente sepa quién soy. No deseo esconderme ni correr de una horda de fanáticos para salvar mi pellejo —juego con mis manos bajo el agua.

—Ser perseguido por una horda de fans no es tan malo —se rasca la nuca, extendiendo los brazos sobre mis hombros.

—No quiero volver a sentir el corazón en la garganta —miro seria, recordando la vez que corrimos de una gran multitud de fanáticos. —Pensé que sería mi fin ese día —suspiro pesadamente.

—Hasta que este guapetón vino a salvarte la vida —Rubén alza las cejas, alagándose, y lo golpeo levemente en el pecho. —Bueno, sí es un poco fastidioso.

—Le debo mucho a Sonny John (Skrillex) por haberme dado esa salida —aplaudo levemente a mi compañero de trabajo, el primero en enseñarme algunos trucos de música.

—¿Quién? Skrillex. No, ¿tú lo conoces? —asiento, y él empieza a jugar con el agua como un niño pequeño. —Yo solo pude tomarme una fotografía con él, nada más —cuenta, golpeándose la cara con el agua y dejando los oídos fuera.

—Si quieres, cuando vaya a verlo, puedes venir y te lo presento —pongo mi mano en mi espalda, y Rubén sale del agua como Flash, con gotas deslizándose por su cabello.

—¿En serio? ¡Dios, por qué no me lo presentaste antes! —mira al cielo con los ojos cerrados y luego me mira con una sonrisa, abrazándome.

—Todo por mi único amigo —juego con su cabello, pero se separa de mí algo serio. —¿Qué pasa? —pregunto, y él moja sus manos para pasarlas por su cabello casi seco.

—¿Cómo puedo ser tu amigo si no conozco tus gustos, tu cultura, etc.? —pone un brazo fuera del jacuzzi y hace gestos con la otra mano. —Es como si nunca hubieras intentado hacer amigos, y yo fuera el primero —hace el uno con su dedo índice, y mi cara refleja cierta incomodidad.

No es que sus palabras me hayan herido, sino que eran ciertas. Nunca había hecho amigos; él fue el primero, y al traerlo aquí sin saber siquiera su fecha de nacimiento, me di cuenta de cuán lejos llegué.

—Eres el primer amigo que tengo —confieso, mirando el agua cristalina. —Nunca me atreví a hacer amistades porque tenía miedo de que descubrieran mi identidad. Y ahora, que conoces mi identidad y no lo has revelado, no quería perder la oportunidad de tener una amistad contigo —encogí los hombros, mirando al vacío. —Pero veo que me aventuré demasiado al traerte aquí y todo esto.

—No, no, no —niega con una sonrisa. —Me refiero a que me hayas llamado amigo, aunque por ahora sepamos que eres DjBlue y yo ElRubiosOMG. Pero no conocemos quiénes somos en el fondo —toca el centro de mi pecho y luego se toca el corazón.

—Entonces, ¿qué quieres saber de mí? —pregunto, mirándolo, y él se pone a pensar.

—Por ahora, no quiero presionarte, así que lo básico, ¿no? —cruza las piernas en el agua, imitándome. —Fecha de nacimiento, edad, color favorito, esas cosas.

—Tengo veinticuatro años y nací el 13 de febrero —le digo, y él me mira sorprendido. —¿Dije algo malo? —miro aturdida.

—Yo también nací el 13 de febrero, y soy un año mayor que tú —señala, chocando nuestras manos por la sorpresa. —Mi color favorito es el verde. Imagino que el tuyo es el azul —señala el cielo claro, y asiento.

—Estás en lo correcto —aplaudo. —Sé que tienes gatos, pero prefiero los perros —digo, con la mano en la nuca.

—Ok, ok, puedo lidiar con eso —alza las manos hasta los hombros. —Nací en Mina Málaga, aquí en España, y mi madre es noruega, mientras que mi padre es español —dice emocionado, esperando mi reacción, pero las palabras no quieren salir. Me da vergüenza admitir que no tuve una vida común hasta los quince años, cuando mi padre decidió adoptarme. —¿Pasa algo?

—Yo... yo soy adoptada —digo rápido, y creo que no lo comprendió completamente. Escondo mi cabeza entre mis rodillas mojadas. —No sé quienes son mis padres verdaderos ni de dónde provengo.

—No es necesario que me des explicaciones —me interrumpe, poniendo su brazo alrededor de mis hombros. —Lo importante es que te adoptaron y ahora llevas una vida normal —me abraza, y yo escondo mi cabeza entre su pecho mientras él acaricia mi cabello, pero si solo supiera...

Mi vida no es lo que él cree que es. Las sombras de mi pasado y la incertidumbre sobre mi verdadera identidad persisten, y la confesión de mi adopción es solo la punta del iceberg. Siento un nudo en la garganta al pensar en revelarle la complejidad de mi historia.

—No necesitas darme explicaciones —repite suavemente, como si pudiera percibir mi conflicto interno. —La amistad va más allá de las circunstancias de nacimiento.

Asiento con la cabeza, agradecida por su comprensión, pero una vocecita en mi interior me insta a contarle la verdad. Sin embargo, temo que nuestras vidas tan dispares puedan alejarlo. Mientras me sumerjo en mis pensamientos, Rubén rompe el silencio.

—Sabes, la verdad no cambia nada entre nosotros. Eres mi amiga, y eso es lo que importa —dice con sinceridad, y una mezcla de alivio y gratitud inunda mi ser.

—Gracias, Rubén —murmuro, sintiendo un peso levantarse de mis hombros. —Es solo que hay más en mi historia de lo que has conocido hasta ahora.

Él me mira con curiosidad, pero sin presionar. La confianza entre nosotros crece con cada palabra compartida, y aunque la oscuridad de mi pasado amenaza con emerger, siento que puedo confiar en él. Así que, con un suspiro, comienzo a revelar capítulos más profundos de mi vida, esperando que nuestra amistad resista la verdad.

Doble vida-Rubius y tú-(Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora