Capítulo 31

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-POV Rubén-
¡Mierda!

—¡Mierda! —grité enojado, golpeando el volante del auto. Miré a mi derecha, donde descansaba Tn___, cubierta con unas cobijas que la señora del lugar me ofreció antes de irme. La luz roja alumbraba su rostro golpeado. Estaba en un estado en el cual todo se conectaba, respondiendo a cada duda que tenía. Una realización de lo que ella había estado sufriendo para que nadie saliera lastimado.

Flashback
—¿Crees que los rumores no llegarán lejos? —preguntó mirándome a la cara. Alcé una ceja, confundido—. Me refiero a que lo sucedido no llegue hasta Nueva York, por ejemplo.

—Es una pregunta bastante difícil de responder —dije, poniendo mis manos en los bolsillos del abrigo.

—Mierda —susurró, quitándome la gorra para jugar con ella.

—¿Por qué? —Me senté a su lado y ella tomó una bocanada de aire.

—Mi padre no es alguien común, Rubén. —Se levantó de la cama, cogió una fotografía de ella con su padre y me la entregó—. Mi padre es el dueño de Sony Music, Tommy Mottola. —Cruzó de brazos, recostándose del gavetero—. Él no sabe que tú estás aquí. Si se entera, estaré en un grave problema.

—Eh, menuda sorpresa —dije, pasando mi mano sobre mi nuca.
Fin del Flashback

Flashback
—Hola —escuché a una chica hablarme y, al voltearme, vi a Tn___.

—Buenos días —la saludé, notando que su rostro estaba más cubierto que en otras ocasiones—. ¿Estás bien? —Coloqué mi mano en su mentón, haciendo que ella me mirara a los ojos. Al hacerlo, vi cómo su rostro estaba golpeado con un leve moretón en su ojo y en su mejilla—. ¿Quién te hizo esto?

—No hay de qué preocuparse —dijo, colocando sus manos en mi pecho y apartándome un poco.

—¿Qué te pasó en las manos? —sostuve sus manos entre las mías.

—Me caí ayer de camino a casa con la patineta. —Noté que en su habla había cierta mentira, pero confié en ella. Intenté acercarme, pero su cuerpo se desplomó en mis brazos. Rápidamente le quité la gorra y coloqué mi mano sobre su frente, sintiendo la alta fiebre que tenía, y volví a colocarle la gorra. Cogí su brazo, poniéndolo encima de mi hombro. Después de estar listo, cogí las dos patinetas del suelo.

—Te llevaré a mi casa, haz el intento —le informé, poniendo mi otra mano alrededor de su cintura y caminando rumbo a mi apartamento.
Fin del Flashback

Flashback
—Me alegra que hayas caído en cuenta —le dije, al notar que Tn___ abría los ojos. Coloqué la toalla alrededor de sus hombros—. Siéntate en el inodoro —le ordené mientras buscaba algo hasta que encontré el botiquín de primeros auxilios.

Cogí sus manos con delicadeza, pero su reacción fue inesperada; las apartó rápidamente.

—Solo quiero que no se te infecten —dije, volviendo a coger sus manos mientras la miraba a los ojos. Ella gimió, saliendo de su trance al sentir la piel cruda alzarse de manera brusca—. Perdón —susurré, quitando con más calma las vendas—. En realidad, ¿qué fue lo que pasó?

—Como te dije, me había caído de la patineta —me entregó la otra mano cuando terminé con la primera—. No hay de qué preocuparse —intentó sonreír, pero no le salió para nada.

Suspiré, volviendo a poner mi mirada en su mano.
Fin del Flashback

Flashback
Estábamos en el comedor, sentados en la mesa, comiendo las sopas que había preparado para nosotros. Noté que Tn___ jugaba con la comida disimuladamente mientras Miguel y yo hablábamos de nuestros planes futuros, videos, amistades, eventos y otras cosas. Observé la amistad de años que tenía delante de mí. Tn___ estaba sentada al frente y Miguel a su lado. Puso su mirada en la sopa, donde se podía ver un poco de su reflejo, y noté una expresión preocupada en su rostro.

—¿Pasa algo? —pregunté, sacándola del pequeño trance—. Llevas mirando la comida por varios minutos.

—No, estoy bien —intentó sonreír, pero de repente noté un ligero sobresalto en su expresión, como si hubiera recibido una patada debajo de la mesa. Sabía que Miguel era el culpable. Tn___ no lo miró porque probablemente quería evitar una confrontación.
Fin del Flashback

Flashback
—Esto está mal —dijo Tn___, quitando mis manos de su cara y parándose de la cama, dirigiéndose a la puerta.

—No estábamos haciendo nada malo —respondí, confundido, parándome de la cama.

Ella ya tenía su mano sobre el maniquete de la puerta, lista para salir. Pude ver que había cambiado de planes; ahora prefería ignorarme y no volver a buscarme.

—¿A qué te estás refiriendo? —pregunté, agarrando su muñeca con delicadeza, preocupado por ella—. Me imagino que tuvo que haber sido el desgraciado que te hizo eso —me refería a los golpes que tenía en sus manos y en su cara.

—No —negó, quitando su mano de un jalón.

—Entonces, ¿de qué demonios estás hablando? —alzé los brazos, alterado ante su respuesta inexplicable.

—¡No entiendes que no quiero ver tu rostro! —chilló de repente, callándose al darse cuenta de las palabras que había dicho.

—¿Qué? —No sé si fue una pregunta, pero lo que sí supe es que su voz se había quebrado, causando un hueco en mi pecho.

Lo había hecho y de la manera más cruel del mundo.

—Esto se acabó, ¿entiendes? —cruzó de brazos sin mirarme a los ojos—. Tuve razón al pensar en hacer esto.
Fin del Flashback

Al llegar al apartamento, estacioné el auto y bajé rápidamente. Corrí hacia el lado derecho, donde estaba Tn___, abriendo la puerta y quitándole el cinturón. Poco a poco la acomodé en mis brazos para subirla por las escaleras. Si Mangel estaba aún en el apartamento, él y yo tendríamos una seria conversación. En estos momentos, mi concentración estaba en el bienestar de Tn___, y el coraje que tenía hacia su padre era mínimo comparado con el que sentía por ella. Un hombre cobarde e inútil que pronto pagará.

Doble vida-Rubius y tú-(Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora