-POV TN___-
—Rubén, en serio, no tengo ni idea de cómo jugar esto.— Me siento en el suelo a su lado, señalando la consola de XboxOne, avergonzada por el simple hecho de que nunca he tocado un control de estos.
—No te preocupes por eso, yo te voy a enseñar.—Se ofrece entregándome un control y colocando mis manos al mando.
Después de esa charla incómoda en el jacuzzi hace unas dos horas, decidimos salir y darnos una ducha, ya que se estaba poniendo oscuro. Apenas eran las ocho de la noche, así que nos quedaba mucho tiempo para conocernos mejor. Aunque me pone nerviosa el hecho de que me esté obligando a jugar a este tipo de cosas.
Mi padre siempre decía que eso era para chicos que no tenían futuro alguno. Esas palabras nunca las creí ni las incluí en mi vocabulario. No estaba de acuerdo con eso; para mí, una consola es un modo de entretenimiento para pasarla bien. Acepto que hay gente que no vale la pena y que pasa la mayoría de sus días en una consola, pero también está el tipo de persona como Rubén que tiene un equilibrio hacia ello. El problema no es la consola, sino cómo manejar la situación.
—La 'A' es para saltar, en la 'B' golpeas, y en la 'Y' te proteges. Este botoncito es para moverte a dónde tú quieras y estos botones de atrás para hacer un truco especial.— Presiona los botones uno por uno mientras miramos la televisión y los movimientos del muñequito, pero no entiendo lo que me está diciendo. —¿Entendiste?—Me mira, y solo me limito a morder mi labio superior.
—No.—Niego con pena, acostándome en el suelo. —Rubén, no sé cómo se juega, date por vencido.—Miro el techo, poniendo uno de mis brazos encima de mis ojos.
—Vamos, muyaya, que no todo el mundo aprende de primeras. ¿O acaso aprendiste a ser DJ de la noche a la mañana?—Arquea una ceja y vuelve a poner mi brazo en su lugar. Me quedo atónita; tiene razón en muchas formas, no hay ninguna excusa.
—Lo haré solo por ti, pero ten en cuenta que voy a perder.— Me siento de nuevo, cogiendo el control para jugar Injustice.
(...)
—Me ganaste.— Pone sus manos sobre su cabeza, tirando el control en el momento menos esperado después de tantas horas de juego.
—¿Te gané?—Miro la pantalla y veo cómo Harley Queen hace su truco especial, dejando noqueado a Flash, el personaje que Rubén había escogido. —¡¡Te gané!! Te he ganado al fin.— Alzo mis manos, aún con el control, y me levanto del suelo, comenzando a hacer el running man de la felicidad.
—Hostia, ¡rompiste el récord!— Se quita la gorra que tenía puesta, sorprendido.
No tuve más opción que tirarme encima de él, abrazándolo. Me sentía tan feliz; podía tener los gustos más raros y hacer lo que me diera la gana delante de él sin ser juzgada.
—Como no, si tengo al mejor gamer del mundo como maestro.— Me separo de él, guiñando uno de mis ojos con una sonrisa más amplia que nunca.
Nuestras risas se escuchaban por toda la gran mansión debido al eco que se creaba, hasta que cesaron de una forma tan callada, dándonos cuenta de la posición en la que estábamos. Al parecer, al yo haberme tirado encima de él y luego sentarme, no fue lo que ocurrió. Mis piernas estaban encima de su regazo, con mis brazos alrededor de su cuello. Nuestras miradas se cruzaron y las desviamos, yo sintiendo el calor en mis mejillas, incluyendo mi nariz. Quería ver el rostro de Rubén, quería saber si estaba experimentando las mismas sensaciones que yo. En el fondo, sé que no es bueno lo que está sucediendo, pero la curiosidad mata al gato, que en este caso soy yo.
Volteo mi rostro, topándome con sus ojos miel que me hipnotizan en unos segundos. Sus ojos son mi punto débil, tan raros que un día son verdes, al siguiente cafés y en otro son ambos, creando unos ojos miel hermosos. Después de minutos sin hacer ningún movimiento, él viene con su mano, pone una tira de pelo detrás de mi oreja, posando luego su mano detrás de mi nuca, haciendo que mi cuerpo se estremezca un poco. Nuestros rostros se acercan lentamente, nuestros ojos se cierran y nuestros labios rozan, buscando la posición perfecta como si fuera un rompecabezas.
Mi miedo se apodera de mí en cuestión de segundos. Las preguntas y preocupaciones me inundan. Esto es una locura; lo invité solo para conocerlo, pero lo que he creado ahora, por mi culpa, es otro desastre. No sé si seguir o destruir todo lo que está pasando, o mejor dicho, lo que va a pasar. El timbre de la puerta empieza a sonar de la nada.
—¿Quién tocaría el timbre a estas horas de la noche?— Cuestiona Rubén, separándose de mí rápidamente, dejándome con las ganas de ese beso.
—Debe ser la pizza que pedí hace una hora.— Explico, parándome del suelo e intentando disimular que nada había ocurrido aquí.
Esto solo fue una consecuencia de que el ambiente se pusiera muy cursi. Por Dios, Tn___, tú bien dijiste que no crees en las consecuencias. Suspiro, golpeándome las mejillas antes de abrir la puerta. Ya más tranquila y relajada, abro la puerta encontrándome a una joven con la caja de pizza, entregándole todo el dinero. Abro la caja y cojo un pedazo, empezando a comer antes que él. Tenía hambre y, por más que quería, no podía esperar por él.
—Están deliciosas.— Entro a la sala, comiendo el pedazo de pizza que había cogido.
—Eso siempre, Tn___. Eso siempre.— Se ríe, parándose del suelo y acercándose a la caja cogiendo un pedazo de pizza y comiendo un bocado de inmediato. —Sé que lo he dicho varias veces hoy, pero gracias por invitarme a tu casa.—Vuelve a morder la pizza y coge un vaso de plástico, sirviéndose la Coca Cola que había pedido.
—Hombre, que no te preocupes.— Golpeo su brazo y cojo otro pedazo de pizza. —Te lo mereces de todas formas, has guardado mis secretos bastante bien.—
—Hablando otra vez de tu identidad, ¿piensas algún día decírselo al mundo?— Cuestiona, haciendo un círculo con la mano que sostiene el refresco y muerde su pedazo de pizza para terminarla. —Algún día saldrá a la luz, y lo más probable es que sea en el peor momento.— Opina mientras yo tomo mi vaso de refresco. —No es que te quiera obligar a hacerlo, pero me preocupa mucho mentirle a Mangel. Él es mi mejor amigo y nos decimos hasta la mínima estupidez, y ocultarle esto me incomoda un poco.—Coge otro pedazo de pizza y lo dirige a su boca, mientras tanto, yo pienso en qué hacer, y al parecer, él se da cuenta. —¿Todo bien?— Cuestiona con la boca llena.
—Sí...—Asiento, dejando el vaso a un lado. —No te preocupes por Miguel, te prometo que cuando lo vuelva a ver cara a cara, te lo presentaré como DjBlue.— Coloco una de mis manos en el bolsillo trasero, mientras la otra me da de beber.
—Genial, ¿qué tal... el domingo por la tarde?—Dice al terminar la pizza, y yo me ahogo con el refresco.
—¡Domingo!— Chillo, golpeándome el pecho varias veces, buscando aire. —Claro, mientras más temprano, mejor, ¿no?—Coge el penúltimo pedazo de pizza que queda.
—No crees que es algo rápido.— Intento buscar una excusa, pero no funciona ninguna de las que hice.
—Nope.— Ladea la cabeza a un lado.
—Pues está bien.—Alzo los hombros, suspirando y forzando una sonrisa.
En qué lío me he...
—¿Vas a coger el último pedazo?— Señala la última pizza que queda en la caja. —Porque si no lo vas a coger, yo me la como con mucho gusto.
—Sí. Ya... ya yo estoy llena.— Le doy la espalda para que no vea mi rostro de arrepentimiento.
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Doble vida-Rubius y tú-(Fanfic)
Fanfiction¿Te gusta la musica electrónica? Ándale yo sé que si te gusta, es difícil de negar algo tan divertido de escuchar o bailar. Aunque a eso no vino yo sino a contar el problema de esta chica que está presente en la historia... Ella es DjBlue una chica...