Capitulo 11

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Enid tocó durante horas sin parar. Para al final regresar a su habitacion.

Estando ahi, escuchó entrar a alguien, ella de inmediato se paralizó, pero al ver a Nero dejó ir la tension, corrió a abrazar a quel pegaso y sólo pudo llorar; Nero aunque no hablaba, sentia el dolor de ella como si fuera suyo.

-Nero, fue horrible, tuve mucho miedo, creí que me mataria- hablaba entre llantos-. Debo encontrar una forma en la que Jack me encuentre- Enid pensaba en todo lo que pudiera se buena idea, hasta que en un segundo intento, se quedo viendo fijo a la guitarra que le habian regalado los guardianes- ¡Eso es!- Exclamó-.

La emocion de Enid desapereció al ver que Pitch entraba.

El queria ver cómo se encontraba, por alguna razon (de un tiempo para acá) odiaba verla herida.

-Veo que entendiste la leccion- dijo-, espero que no se repita-.

Enid se armo de valor y detuvo a Pitch antes de que se fuera.

-Pitch... espera- pronunció con un hilo de voz-.

-¿Qué es lo que quieres?- Gruñó-.

-Dejame tocar y cantar en el pueblo más cercano- pidió-.

-¡JA!- se burló- ¿Acaso me crees idiota?, ¿Para qué?, ¿Para que escap...-

-¡No lo haré!- Enid baló la mirada-.

-¿Qué dices?- Preguntó confundido-.

-Si me dejas ir prometo no escapar- decía sin mirarlo-. Si me dejas ir, prometo no oponerme al "entrenamiento"- lo miró-.

-¿Cuál es tu objetivo?- Cuestionó desconfiado-.

-No quiero volverme loca, sólo quiero poder ver algo más que oscuridad- rogaba con mirada triste-. Te lo suplico-.

Pitch no sabia por qué, pero era incapaz de negarle algo en ese momento.

-Bien- aceptó-, pero te escoltará ésta pesadilla- señaló a Nero-. Pero si intentas algo estúpido, será tu fin-.

Enid sólo asintió y miró salir a Pitch de su habitación.

Suspiró de alivio, no podía dejar de pensar en la mirada y el tono de voz que Pitch había usado cuando la sometió, Enid palideció un poco.

-*No puedo echarme para atrás, no ahora*- se decía a sí misma, mientras se recostaba en su cama, si es que a ese colchón frió se le podía llamar cama-.


~Mientras tanto~

Jack estaba parado sobre un gran poste de luz, con la esperanza de poder ver a Enid entre la gente de esa gran ciudad, se veía diferente, decaído. Ya no lucia esa sonrisa divertida que lo caracterizaba, no, ahora en su rostro se notaba una profunda tristeza y desesperación; su mirada se iluminó al ver a Conejo.

Jack bajó ce inmediato para llegar hacia él.

-¡¿Pudiste localizarla?!- Preguntó esperanzado-.

Conejo sólo se limitó a bajar la mirada y negar con la cabeza.

-Busque por todas las ciudades y en cada rincón del oriente, no hay rastro de Enid- Conejo se mostraba impotente-.

-Volveré a buscar- dijo Jack-.

-¡Jack!- Conejo lo llamó- ¡Debes reunirte con nosotros, pensar en algo...-

-¡¡¡Pensar en algo!!!- Gritó-¡Han pasado diez meses! ¡¡¡DIEZ MESES!!! ¡Y no sabemos nada de ella! No pienso quedarme  hasta que la encuentre- le recriminó-.

Leyenda de un destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora