Escapando de su tormentoso pasado en el amor, el ruso Yuri Plisetsky, decide estudiar en la U.T. (Universidad de Toronto), en Canadá. , solo queriendo un descanso de todo.
Pero el destino tiene otros planes. Y en ellos esta, que conozca al capitán...
Cuando me encontraba frente a frente con el salón, no pude hacer menos que quedar con la boca abierta. No solo me sorprendía lo tan bien decorado que estaba todo el lugar, sino que no pude ignorar el hecho de que la fiesta se realizaba en uno de los castillos de Canadá. No es por ser engreído pero nunca imaginé que la familia de Yuri tuviera tanto dinero como para costear una fiesta en este lugar.
Llegue dos horas después de la hora fijada, estaba muy nervioso, no sabía como reaccionarían sus tíos si me descubren. Llevaba puesto un traje de color negro, camisa blanca, con chaleco debajo y zapatos del color del saco. Antes de entrar, me puse un antifaz que cubría gran parte de mi cara, también de color negro. Le di la entrada que llevaba al sujeto que estaba con el listado de los invitados y me dejó entrar sin problemas. Una vez adentro todo el lugar era precioso. Uno de los encargados me llevó al jardín donde estaban la mayoría de los invitados, él me dijo que no me había perdido más que la entrada principal. Que ahora entraríamos al salón, donde están las mesas designadas. Y así fue. Nos llevaron dentro y efectivamente, me dejó sin aliento.
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Una vez todos ubicados, hizo la entrada el anfitrión de la fiesta. Estaba vestido con una camisa blanca, pantalón de vestir negro y un saco con estampado de animalprint. Sonreí involuntariamente al verlo, también su antifaz, era de estampado. Todos los presentes aplaudimos con ganas al verlo, no imaginé que su familia fuera tan grande o conocieran a tantas personas. Ellos se sentaron en una mesa aparte, pero en el centro de todos.
Nos sirvieron el plato principal, luego el segundo, terminando con el postre. Las mesas se hicieron aun lado para dar lugar al baile de mascaras. Todos parecían divertirse.
Cuando vi que los tíos de Yuri se dirigían a la pista de baile, me pare como resorte de mi asiento, me acomodé el cabello hacia atrás y con una sonrisa ganadora me acerqué al ruso.
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Terminé de hablar con Otabek y fui con Jean que aún me esperaba afuera. Estaba apoyado en la pared, cruzado de brazos y con el ceño fruncido. Se veía tan lindo. Parecía molesto, pero yo sabia que estaba preocupado, debió hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no sacarme arrastrando lejos de beka. Lo amo mucho. En silencio me acerqué y me apoye en la pared a su lado.
_ ¿Puedo hacerte compañía?_ parecía que estaba sumergido en sus pensamientos, ya que no me escuchó llegar. Lo sobresalte al hablarle de pronto.
_ Yuri..._ me miró como quien ve a una aparición._ a...
_ Gracias._ le corté, a lo que él me miró interrogante._ por confiar en mi. Gracias. Debo contarte muchas cosas, pero antes..._ me puse de puntillas de pie y le di un pequeño beso en los labios, dejándolo completamente rojo._ invítame un helado, ¿quieres?_ le sonreí. Él asentó embobado. Me tomó de la mano, sujetándola con fuerza, como si tuviera miedo de que me vaya, y me guió a fuera._ relájate Jean, cuando te diga de que hablamos, entenderás todo._ Jean me miraba con inseguridad, pero volvió a afirmar con un movimiento de cabeza y me llevó a una heladería en el centro. Nos sentamos en una de las mesas. Ahí le conté todo lo que hablé con el kasajo.
