Capítulo 12

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“Dimensiones”

Después de unos eternos momentos consternados, nos encaminamos al salón-cocina-comedor. Necesitaba una aspirina, el dolor de cabeza había llegado a su límite, si, se había disipado momentos, pero ahora volvía en toda su barbarie, incluso apenas podía mantenerme en pie por que el dolor parecía recorrerme todo el cuerpo.

Seguía sin encontrar lógica a mi fuerte enfado, aunque en cierta manera tenía su sentido, me habían ocultado cosas, no sé qué exactamente pero todo tenía que ver conmigo. Iba hacer un intento de creerle. Miré a Dylan mientras me ayudaba a sentarme en el sofá, ese chico, me quería con los peros que me daban vueltas en la cabeza. Le daba miedo tener que renunciar mi, o yo renunciar a él. Perderme.

Lo único que sabía a ciencia cierta y ya sin dudas, era que de verdad Dylan me quería. Sinceramente, había tenido ciertos sentimientos iguales con otros chicos, chicos que acabaron conmigo, que de la misma forma en la que lo hace Dylan, me prometieron eso que la gente se prometía, un siempre o un infinito. Pues esas promesas, eran lo que destruía una vez que se acababa todo. Dylan era distinto, pero ya no lo decía por esperanza o para hacerme la tentativa de que él no me iba a abandonar, porque eso sin duda podría ocurrir, Dylan era distinto porque conseguía hacer que la única conexión entre mi mente y mi corazón fuese la guerra. Eso nadie me lo había hecho presenciar. Nadie salvo él.

Dylan se fue a la isla de la cocina y me llenó un vaso de agua. Siempre tan afable. Se sentó a mi lado y minutos después, cuando yo tragué la pastilla empezó a hablar.

—April, primero que todo, quiero decirte que esto no lo puede saber nadie, ni si quiera tú puedes saberlo... Intentaré serte sincero en todo, pero por favor, después de esto no me mires con otros ojos o como si fuese un bicho raro —dijo dándome uno de esos deseados besos en la frente.

Asentí.

—¿Por dónde quieres que empiece?

—Desde el principio.

Suspiró amargadamente. Le miré, parecía estar sopesando las cosas y, ¿yo de verdad quería saber el significado de esas palabras? Le veía taciturno y con ansiedad emanando de su cuerpo. Al parecer sí, eso era muy serio o serio era el peligro que corría él al contármelo. ¿Le estaba obligando a decirme la verdad?

—No tienes por qué hacerlo... —dije al final.

Soltó una inesperada carcajada lo que me desorientó muchísimo.

—Solo me estaba dando tiempo para ver por dónde empezar, son muchas cosas y April, quiero hacerlo.

Mis uñas... las miré horrorizada, iban a sufrir una pedicura mal hecha por mis dientes. Estaba a punto de contarme algo demasiado fuerte. Estaba ansiosa por saberlo, pero por otro lado estaba el terror asomado a la puerta de la sala de la curiosidad. En la conversación dijeron algo de que Aaron quería matarme... ¿Estaban metidos en una mafia? ¿Algo peor todavía? Madre mía, Dylan quiere matar a Aaron. ¿Dylan asesino? ¿Qué tengo que ver yo en todo? Mi brújula del norte empezaba a cambiar de dirección. Puse la cortina a mis estúpidos pensamientos, si me dejaba llevar por ellos acabaría distorsionando la buena imagen que tenía Dylan. Él me lo iba a decir y yo suplicaba que no fuera nada del otro mundo. No tenía por qué tener miedo. Dylan no era un asesino, lo sé.

—¿April, tienes miedo? —preguntó sacándome de mi desechables cavilaciones—. No lo tengas, por favor… —persuadió después de ver mi reacción que no pude ocultar.

—Sea lo que sea... dímelo ya.

Suspiró.

—Tradicionalmente hay tres dimensiones espaciales y una dimensión temporal. La cuarta dimensión, la del tiempo un buen ejemplo de lo que intento decirte, esta dimensión no la ves pero aún así sabes que existe.

Dimensión: Sincronía inversaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora