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Emma

Miro a Ben que aún se muestra algo alterado. Sus puños comienzan a relajarse, su respiración se regula. Yo lo miro con una ceja arqueada, una pequeña manía que he adquirido de Becca.

-Son los tipos que molestaban a Logan.

-Lo he pillado, lo que no entiendo es porque te tienen tanto respeto. No pareces el típico badboy.

-Todos aquí me respetan. Tengo un pasado que lo requiere. Creen que soy un rebelde o algo parecido, suponen que hago todo lo que se me venga en gana y lo toman como correcto, por eso les dije que eres mi novia. No lo juzgarán, solo lo aceptaran.

Ben me parece un libro, de esos que esconden un secreto, de los que no comprendes hasta llegar a determinada página, es un misterio que me tiene ensimismada. Tras un día de conocerlo ha despertado en mi una enorme intriga. Asiento de manera lenta, agradezco que me hubiere defendido pues aún tras de un par de semanas lejos de casa mis inseguridades estan a flor de piel. Me despido de Ben, empiezo a caminar por la acera, un día largo me espera.

Unas terribles náuseas me hacen correr directo al servicio, inmediatamente vacio mi estómago.

Esta semana ha sido terrible, luciérnaga no tolera nada de lo que pruebo. Cepillo mis dientes y comienzo a alistarme. Será mi primera cita con la obstetra. Me han hecho hace un par de días análisis prenatales para revisar mi glucosa, creatinina, tipo de sangre y un sin fin de pruebas, he comenzado con las vitaminas y el ácido fólico que me ha recetado el ginecólogo, pero aún me falta conocer a luciérnaga, al menos por una ecografía.

Ansiosa me dirijo al hospital, tengo la suerte de vivir en una zona céntrica, al entrar al área de obstetricia y registrarme me indican tomar agua.

Es increíble cómo el tiempo al esperar algo que anhelas se vuelve tan eterno y a la vez tan emífero. Estoy en la sala de espera contando los segundos para conocera mi bebé cuando el vientre de una chica comienza a moverse, movida por la curiosidad me acerco y coloco mi mano sobre su abultado vientre, comienzo a sentir las pataditas y sonrió.

-¿Cuánto tiempo tienes?

-37 semanas, a menos eso creo.

-¿Es un inquieto eh?

-Si, Soy Claire, ¿Tú eres?

-Me llamo Emma.

-Oh. Disculpa que sea tan indiscreta pero...¿Cuántos años tienes?

-Tengo 17, acabo de cumplirlos.

-Verás, yo tengo 19, estoy en un grupo de apoyo, esta conformado por madres adolescentes, la mayoría estámos solas en esto, me gustaría invitarte, se lo complicadas que se pueden tornar las cosas, además una mano de apoyo no te vendrá mal. ¿Qué te parece?

-Está genial gracias.

Intercambiamos números y hablamos muy poco. Claire me cuenta parte de su historia estaba comprometida cuando se enteró de su embarazo, el padre estaba felíz, a menos eso le hizo creer, él desapareció sin dejar rastro. Ella me dice que está bien con la situación, que no se arrepentiría jamás, me hablo sobre su bebé, será niño.

Mi turno llega y los nervios me invaden, nuevamente el temor se apodera de mi. Claire me da una sonrisa y me dice que todo saldrá bien.

Ingreso a la sala comienzan a hacerme preguntas de control, me indica lo que debo y no hacer, me explica síntomas de alerta, finalmente me hace pasar a una camilla. Descubro mi abdomen, un respingo salé de mi cuando el gel frio se esparce.

-Bien querida todo luce muy bien, realizaremos unas medidas.

Maneja el aparato con mucha parsimonia, me dice las medidas y escuchamos a su corazón latir. Mis ojos se llenan de lágrimas al escuchar ese precioso sonido. La emoción me embarga porque por primera vez desde que murió Luce siento que ya no estoy sola; Se que muchos adultos creen que un embarazo en la adolescencia es un acto de inmadurez, se que es un tema muy criticado en la sociedad, se que estar embarazada a mi edad será madurar pronto, conocía perfectamente lo que implicaba un embarazo, lo sigo conociendo en este momento, estoy aterrorizada, tengo miedo y no me esforzaré en ocultarlo porque se que por más difícil que sea luciérnaga será la luz al final del tunel.

-Bien el equipo nos hace una aproximación a corde a las medidas y tu última fecha de menstruación. Querida el equipo indica que tienes 10 semanas y 2 días de gestación. Debes alimentarte sanamente para que el bebé crezca fuerte. La próxima cita será el mes siguiente ¿Te parece bien en sábado a la misma hora?

Asiento, ella me da un expediente con la ecografía y la fecha de la cita. Salgo de ese lugar y me despido de Claire, acordando ir al grupo de apoyo.

La felicidad me guía hasta una tienda especialmente para bebés. Quizá sea un poco prematuro pues sólo tengo díez semanas y aún no se si luciérnaga será niño o niña, ignoro la incertidumbre y entro, me paseo entre los pasillos, tendré este día libre así que quiero disfrutarlo al máximo. Miro cada cosa adecuadamente buscando algo neutral para mi bebé.

Escojo un lindo conjunto verde menta con los personajes de Zootopia, una linda cojiba de Piglet e Igor, un traje morado de elefante y una mantita de Mickey y Minnie Mouse. Me habría encantado algo más pero existían dos razones para no acabar con toda la tienda: La primera era que aún no sabia el sexo de luciérnaga, la segunda era que debía de alimentarnos.

Cuando la idea de alimentarnos de cuela en mi cabeza mi estómago suelta un feroz rujido. Sip, tenemos hambre. La idea comienza a formarse cuando mi móvil suena.

-¿Si?

-¡Hey! Emma, soy Ben. He quedado con Becca para ir a comer pizza, así que quería saber si vendrías con nosotros, se que tuviste cita con el obstetra... Y también se que casí no has ingerido nada en esta semana ¿Que piensas? ¿Crees que a luciérnaga le apetezca una pizza?

-Creo que le encantará. ¿Pueden pasar por mi al centro comercial?

- Estámos allá en cinco.

Al colgar sonrió instantáneamente, la venida de luciérnaga traerá muchas cosas nuevas.

Éste capítulo termina y con el próximo vendrán nuevos cambios.
Dejen sus votos y comentarios.
¿Qué tal les parece la historia?
¿Se les ha antojado la pizza? 🍕
A mi sí  🍽

Nos leemos pronto.
-Bea 💜💕

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