9. Ross

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Optamos por sentarnos en un banco observando como los pequeños jugaban en la arena.

Quería saber la verdad, le pude preguntar antes de llevarla al ensayo de baile, pero al verla me olvide de todo, tan solo deseaba compartir un momento.

Pero ahora aquí estamos, ninguno emite una palabra, tomo valor y la miro, tiene el café entre sus manos soplando para que enfrié y poder beberlo.

-¿Cuál fue el motivo por el cuál no me dijiste tu apellido? –por su mirada he acertado con lo que ella pensaba que preguntaría.

-Querías que me conocieras a mi antes de hacerte ideas sobre cómo era –explica – Y supe que lo descubrirías, no es algo fácil de ocultar.

-¿Y si yo nunca hubiera dicho algo? –Me atrevo a decir - ¿Seguirías mintiéndome?

-No –dice segura – Tendría que decirte, después de todo me agradas y demasiado –se sonroja.

-Concuerdo con el último momento –toco mi anillo nervioso al aceptar mis sentimientos – Y creo que si hubiera sabido tu apellido antes, no estaríamos aquí ahora.

-Eso quiere decir que no eres un gran fan de mi padre –saca una dona de la caja para comer.

-Sus métodos no son mis favoritos, la política complica todo –digo - ¿Estas a favor con lo que hace?

-Convivo con la política las veinticuatro horas del día, hasta tengo pesadillas sobre esto –intenta explicar – No acepto como lleva acabo las cosas, pero no puedo hacer nada porque sería yo contra todos ellos, y sé que perdería.

-Admito que al enterarme estuve en shock, pero te vi en la televisión y me percate que no te sentías a gusto, querías escapar.

-Hace años quiero irme, solo que no ha llegado mi príncipe azul para rescatarme –se ríe.

-Yo no soy un príncipe azul, pero te ofrezco la oportunidad de distraerte –ambos estamos más cerca, noto que tiene manchado la comisura del labio, me aproximo con cuidado, ella no se aleja.

-Has sido lo más cercano con lo que me he topado –sus ojos nunca estuvieron tan cerca como ahora, reflejaban el océano, no hacía falta ir para verlo, en este momento lo tenía adelante mío.

Sé que es lo siguiente que haré, pero su teléfono suena, era la segunda vez que algo nos interrumpía.

-Debo marcharme –mira con tristeza – Una cena familiar importante.

-Está bien, nos veremos en otra oportunidad-nos ponemos de pie.

-Tal vez en la noche podríamos organizar algo –propone.

-Me gusta la idea, avísame y estaré ahí –Tessa deposita un beso en mi mejilla.

-Gracias por darme otro día magnifico –se despide para luego irse.

La quedo mirando, su silueta me hipnotizaba, su aroma seguía presente, olía a jazmín.

...

Esta noche decidí regresar al campus, me encontraba acostado en la cama, todos los libros alrededor mío, procuraba no perderme ningún detalle, iba terminando los últimos trabajos para tener unos días libres, Ethan no se encontraba aquí solía escaparse del estudio hasta que llegará el examen y pedía todos mis apuntes, claro que no me negaba después de todos éramos amigos y no tenía derecho a quejarme por su personalidad, cada uno tiene sus defectos, eso termina saca lo mejor de las personas.

Siento un leve dolor en la espalda por estar acostado, me pongo de pie y de una esquina a la otra tratando de releer los puntos que fui contestando,  hasta ahora me parecen correctos, solo que quien tiene la respuesta final será el profesor.

Antes de poder dar por finalizado todo, recibo una llamada, veo y era mi mamá, admito que pensé que se trata de Tess, mi mente jugaba conmigo.

Era una llamada de facetime, Raynah sostenía el teléfono, note que estaba acostada en su cama porque reconocí el color rosa de las paredes de su habitación.

-¿Qué sucede pequeña demonio?

-Debías terminarme de contar la historia de anoche, pero no has venido –hace puchero consiguiendo ablandarme.

-Tenía que ponerme al día con el estudio –muestro unos segundos el desorden arriba de mi cama – Pero como has llamado continuaremos, tienes que ayudarme a recordar donde nos quedamos.

-La princesa estaba por ser lanzada al puente –veo su rostro de miedo.

-Veamos que sucede –agarro la silla giratoria que estaba al frente del escritorio, tomo asiento y empiezo a narrar lo que aparezca en mi cabeza, tratando de darle su cuento de hadas, ella merecía tener finales felices para alejar la oscuridad la cuál este mundo nos rodea.

Pienso que tendré que ir pensando otra historia porque Raynah luce con muchas energías hasta que sus ojos se van cerrando, bosteza cubriéndose la boca para evitar que la vea, solo que me doy cuenta por como sus ojos se achinan, llego al final y ella ha terminado en un sueño profundo, dudo que recuerde como termino, mañana seguro me preguntará.

Mamá toma el teléfono, no dice ninguna palabra hasta salir de la habitación.

-Gracias por ayudarme –habla – Se negaba a dormir.

-Lo comprendo, es difícil dejar una tradición atrás –procuro tranquilizarla.

-¿Hablaste con Tessa? –pregunta por curiosidad.

-Sí, y no me equivoque con la clase de persona que es.

-No te había dicho que lo estabas, solo debes tener cuidado, quienes la rodean pueden meterse en la cabeza de ella y hacer que cambie de parecer.

-¿Eso tratas de hacer conmigo?

-No, quiero protegerte, entregar tu corazón a otra persona no es nada sencillo.

-Te agradezco por el consejo, ahora debo seguir estudiando, adiós –cuelgo.

Odiaba que quieran hacerme cambiar de opinión, estoy seguro como deseo que las cosas salgan con Tess, tal vez es pronto asegurar que conseguiremos una relación, por ahora nos toca ir conociéndonos.

Vuelvo a hundirme en el estudio, solo que mi cabeza me tortura con los pensamientos dichos por mamá.

-¡¿Aún sigues estudiando?! –La puerta se abre y Ethan se presenta.

-Estudio por ambos –contesto de forma sarcástica.

-Eres tan considerado, ahora es mi turno de recompensarte – cierra el libro que está en mis manos.- Ponte de pie que iremos a cenar, te invito.

-Tengo una sospecha que tienes otros planes, pero acepto porque necesito aire libre –salto de la cama para ponerme en pie.

-Y también comida gratis –agrega Ethan.

Solo me río y salgo, un momento con él ayudaría.

Depuración |Ross Lynch|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora