Capítulo Tres

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Suga.

Me coloco mis audífonos mientras el auto conduce hacia mi departamento, enojado con ella, conmigo, con todo el mundo.

Todo iba tan bien, iba de acuerdo a lo que había planeado. Aquella chica que pensaba era una paparazzi y luego contraté para que me tomara foto (una tonta excusa para acercarme a ella), me tenía completa y jodidamente desquiciado. Y ahora aún más después de haber probado sus exquisitos labios.

Sí, estoy estúpidamente mal desde que me rechazó. Muy pocas veces una chica me había dicho que no con respecto al sexo, pero esta, que altera todos mis sentidos, lo hace sin rechistar.

Y aquí estoy, furioso porque he sido rechazado. Y además, con ganas de follar como nunca las había tenido.

Halando del cable de mis audífonos, marco el número de Young Min, mi ex y mi única opción para liberar tensión. Sé que no me diría nunca que no, a pesar de que nuestra relación Daddy-BabyGirl ya haya acabado. Siempre está dispuesta, así sea que esté en el funeral de un familiar, ella siempre viene a mí.

Pero ya no es divertido estar con ella.

Malhumorado, espero a que conteste y noto que ya voy llegando a mi hogar.

—¿Yoon Gi?

—No, la copia.—respondo sarcástico, a lo que ella solo ríe. Camino hacia mi departamento y al entrar, quito mi camiseta y busco un poco de agua, mientras sostengo el móvil con mi hombro.—Quiero que vengas, ahora.

—¿Ahora?— Pregunta la chica haciéndose la inocente, cuando realmente es todo lo contrario.

—Ahora. No tardes.

Y cuelgo, dejando el vaso en el lavaplatos y mi móvil en la encimera. Me recuesto en el sofá, tomando el control remoto buscando que ver en la televisión, pero al no conseguir nada interesante, decido apagarlo.

En mi mente solo está ella. La jodidamente hermosa chica que me está volviendo loco. Como un estúpido psicópata obsesionado, cierro los ojos mientras toco mis labios, recordando el beso de hace apenas unos minutos. Recuerdo todo: su tacto, sus labios, sus casi inaudibles gemidos, sus manos en mi pecho, y con solo eso mi miembro despierta necesitado. ¿Qué mierda sucede conmigo?

—¿Yoon Gi?

Me levanto, abriéndole la puerta a la chica quién sonríe como una colegiala, viéndose muy aniñada. Falda plisada color celeste, blusa sencilla color blanca y unos zapatos del mismo color, junto con el cabello castaño liso bien arreglado con un broche adornando su cabeza. Nada comparado con el estilo vivo y atrevido de T/N.

La jalo del brazo, haciendo que entre en el departamento para comenzar con esto de una jodida vez. Dejándose hacer, llevo a Young Min hasta la habitación de huéspedes y la dejo en medio, sentándome en la cama haciéndole señas de que comience. Ella retira su ropa sin dudarlo y cuando está completamente desnuda, camina hacia mí y hace lo mismo con mis prendas.

Comienza a masajear mi miembro con sus manos para luego metérselo a la boca. Las sensaciones surgen por instinto, pero no son suficientes para mí. No me enciende como debe ser, por lo que trato de hacer todo lo posible por acabar rápido con esto.

Así que imagino que T/N es la que está encima de mí. Imagino sus perfectos labios alrededor de mi miembro, jugando con este y pasando su delicada y caliente lengua por todo el largo. Imagino su sonrisa al ver que ella es la que me descontrola, imagino sus ojos mirándome sensualmente, imagino sus suaves manos pasear por todo mi abdomen. Y es ahí cuando realmente siento el verdadero placer.

—¿Te gusta, Daddy?—escucho en mi mente que dice T/N, mientras me masturba con una de sus delicadas manos. Gimo un sí y acabo en su boca, notando cómo disfruta de mí. La levanto del suelo y la hago tumbarse en la cama, colocándola boca abajo.

Tómame, Daddy «Suga y tú» | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora