Capítulo Catorce

4.1K 295 30
                                    

Muy bien. Tengo todo planeado y nada puede fallar.

He decidido firmemente ponerle las cartas sobre la mesa a YoonGi y declararme empalagosamente ante él. No es lo mío, sí, lo admito, y puede que en el momento en que vaya a vomitar todas esas cursilerías de «quiero estar a tu lado para siempre y blah blah», me salga el tiro por la culata y diga un disparate que seguro no logrará entender y por ende, no tomará enserio mi declaración. ¡Qué difícil y tonto es el amor!

Pero cuando alguien cae en el pozo de este, es netamente imposible salir ileso de allí. Y más si te enamoras de la persona equivocada o es un amor unilateral. Como el que yo siento por YoonGi... ¡Joder, basta, T/N!

—Señorita.—salgo de mi nube y frunzo el ceño ante la mirada impaciente del conductor. ¿Qué coño quiere?—Y-ya llegamos...

¿Ah? ¡Oh claro, ya llegué! Aplacando mi mirada e inclinándome a modo de disculpa, le entrego el dinero al taxista y salgo apresurada del auto. Yo y mi manía de despegarme de la realidad.

Camino por el edificio hasta llegar a donde viven los chicos, tocando la puerta varías veces hasta que escucho por lo lejos un está abierta. A los segundos de haber entrado, un exquisito olor a yo-no-sé-qué invade mis fosas y hace que mi estómago ruja.

—¡Llegué!—no obtengo respuesta. Ruedo los ojos y llevo mis cosas a la cocina. De seguro están jugando o haciendo sabrá Dios qué. En la cocina se encontraba Jin preparando un montón de comida que se veía realmente deliciosa. Amo la comida coreana y sobre todo la que prepara este chico. ¿Por qué es tan perfecto?

—¡Hola, pequeña! ¿Cómo estás?—asiento varias veces mirando al amor de mi vida en la mesa. Y no, no es YoonGi, es la comida. Literalmente, estoy babeando y mirando con ganas de devorar todos esos platillos que huelen jodidamente bien.—Tienes hambre, ¿eh? Ya pronto comeremos, estoy apunto de terminar. ¿Trajiste el Kimchi?

—Oh, sí. Si lo traje.

Dejo el alimento en la encimera y comienzo a ayudar a Jin con el almuerzo, acomodando la mesa, los platos y colocando todos los platillos en ella. Cuando ya está todo listo, observo divertida cómo los chicos llegan segundos después del llamado de Jin, como si fueran niños pequeños. Al verme todos me saludan sonrientes y con un abrazo, pero me extraño al no ver a YoonGi con ellos. ¿Dónde estará?

—Si estás buscando a YoonGi, se está bañando.—dijo NamJoon como si hubiera leído mi mente. Sonrío y asiento con mi cabeza, sentándome al lado de Tae quien enseguida se recargó en mi hombro y se quejó en voz alta.

—Me siento muy agotado.

—Ustedes se esfuerzan mucho. ¿Por qué no descansan hoy?

Jimin suspira y hace un puchero demasiado adorable.—No creo que podamos, pequeña. La semana que viene estaremos muy ocupados y necesitamos ensayar y organizarnos.

Frunzo el ceño y los miro a todos.—¿Qué harán la semana que viene?

—Iremos a realizar una presentación en Japón.

Por poco y me muero en ese instante. El jugo de naranja que estaba tomando se fue en la dirección equivocada y me ahogó por completo. ¿Irán a dónde?

—¿Estás bien, T/N?—pregunta Jin algo preocupado mientras me da palmaditas en la espalda para aliviar mi tos.

—Sí, sí...—respiro un poco y luego miro con recriminación a todos.—¿Por qué yo no sabía de eso?

El rostro de Jimin enrojece un poco ante las mirada de reproche de todos los chicos. Tae abre la boca un par de veces para inventar una excusa, pero nada salió de ella.

Tómame, Daddy «Suga y tú» | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora