Cuando decidí volver al departamento al día siguiente, Anthony estaba en el sofá. A penas me vio se dirigió a mi encuentro. Me abrazó con fuerza.
-Dios mio, Alex. ¿Dónde estabas?-Su voz detonaba preocupación, y yo me di cuenta de lo terrible amiga que era, no lo llame para avisarle nada.
-Lo siento, Anthony. Necesitaba pensar- Le expliqué.
-¿y Loretta?-Volvió a preguntar mirando a mis lados.
-En casa con mi madre.-Respondí simplemente. Él asintió. Debía decirle mi maravillosa y estúpida idea del día anterior- Anthony, yo.... Le dije a Damián que Loretta es tu hija.
Él abrió los ojos como platos sin creerlo.
¿Qué?- Pregunto tratando de asimilar las palabras.
-Cometí un error. No me atreví a decirle la verdad y le dije que tú eras el padre.-Expliqué, pero pareció no entender muy bien. Negué con mi cabeza e hice que se sentara en el sofá. Le conté toda la historia con lujo de detalles para que él me diera su opinión.
-Yo te dije lo que sentía por ti, Alex. Y que odio a Damián mas que a nadie en el mundo, pero creo que eso... fue demasiado.-Me dijo. ¿Anthony había dicho que fue mucho? ¿Qué pasaba con el mundo?
-¿De verdad lo crees?-Pregunté nuevamente.
-La verdad que es un golpe a mi orgullo. Siento que me utilizaste para tus beneficios, Alex.-Explicó, mostrando la decepción en su rostro. Una que me hubiera gustado no ver.
-Fue lo primero que se me vino a la mente.-Dije con culpabilidad.
-Pues no estoy muy de acuerdo. –Me dijo mirándome a los ojos-... tú sabes lo que siento por ti y todo, pero yo no puedo aceptar que me utilices de esa forma. Ademas que eso no significa que vayamos a tener algo, ¿no?
Yo lo mire algo triste, debía decirle todo ahora o nunca.
-Anthony...-Empecé-... yo... no puedo corresponderte.- Le dije. Su mirada se transformo a completa tristeza.
-Ya me lo veía venir- Respondió poniéndose de pie-... es por Damián ¿cierto? ¿Aun lo amas?-Preguntó. Mi mirada al parecer le dio la respuesta.-... lo supuse.
Dijo sonriendo de medio lado, pero eso era lejos un gesto de felicidad. Si no mas bien fue una triste mueca que demostraba que la había jodido de la peor manera.
Anthony se marchó a su habitación.
¡Eres una tonta, Alex!
Había rechazado a mi mejor amigo, aquel que se preocupaba por mi y si pudiera me daría todo. Pero yo no podía engañarlo ni a él ni a mi. No podía hacerle creer algo que no era, y eso demostraba enormemente que no quería romper mis lazos de amistad con él.
Fui a mi habitación donde me encerré y lloré como niña toda la tarde. No quería ver a nadie y agradecía mil veces que mi madre estuviera ahí para cuidar a Loretta, aunque sabia que no me salvaría de su interrogatorio.
Nunca le mencione que Damián trabajaba conmigo. Probablemente estaría muy enojada.
Pero la sorpresa fue mía, cuando llegue para buscar a Loretta ella solo me miro y dijo: "No me digas nada, Alex. Ya estas grande para tomar tus decisiones"
Exactamente no sabia a que se refería con eso, pero simplemente lo deje pasar. Quizás ya había entendido que no seguiría todo lo que me decía como anteriormente hacía.
(...)
Habían pasado dos semanas desde lo ocurrido, y Damián no me dirigía la palabra. Solo me miraba a veces de reojo, cuando lo sorprendía. Su cara era de pena pura.
Yo tampoco me acercaba él, no me atrevía. Me sentía tan... avergonzada, que no podía encontrar la manera para solucionar el problema.
Trataba de centrarme en el trabajo sin pensar estupideces, pero era lo mismo. Todo estaba dentro de mi cabeza dando vueltas y vueltas sin parar.
-De verdad creo que deberías hablar con el, Alex- Dijo Sam un día que fue a mi puesto a ayudarme a ordenar el desastre que había dejado-... Es obvio que se quieren y necesitan solucionar las cosas.
-No se como hacerlo, no me atrevo.- Confesé. Sam negó con la cabeza y desapareció. Yo seguí con lo mio, ignorando lo que ocurría. O más bien... tratando.
La tarde transcurrió normal, y con eso me refiero a yo preparando un caldo de cabeza. No cruce palabra con nadie, solo me dedique a cumplir con mi deber. Cuando estaba a punto de marcharme, se acercó él con la mirada gacha.
-Alexandra, ¿Crees que podamos hablar?-Preguntó. ¿Me había dicho Alexandra? Eso solo lo hacia cuando la situación era muy seria. Pero yo simplemente asentí, ignorando toda incomodidad que sentía.
Caminamos por la calle, estaba ya oscuro. Ambos íbamos en silencio y se sentía bastante incomodo. Los postes alumbraban la calle además contando que se presenciaba una gran luna. Nos sentamos en el parque.
-¿Quiero saber por que aceptaste salir conmigo si estas con Anthony?- Preguntó a penas se sentó en una de las bancas. Ni siquiera pude digerir bien la información.Esa la oportunidad de ser sincera, ¿no?
Pero mi cuerpo temblaba demasiado.
-¿Sabes? No puedo creer que tengas una hija con él y que me hayas olvidado con tanta facilidad.- De nuevo el temita. Cuando hablaba de eso me daban ganas de golpearlo. ¿Por qué me recriminaba algo que no debía?
-¿Perdón? Tú te fuiste. Tú me cambiaste por esa otra rubia oxigenada y ahora me reclamas que empece con Anthony?- Le pregunté tratando de calmar mi voz, pero era inevitable. Mi desesperación era mucha.
-¿Por qué él?-Preguntó y eso fue la gota de derramo el vaso.
-¡Me cambiaste por mi prima, Damián! ¡Mi prima! Ella era como mi hermana y aun así, fuiste capaz de empezar algo con ella.- ¿Quién se creía que era? ¿El centro del universo?
-¡Si! Pero....¡ah! ¡No tuve elección!-Gritó ofuscado. Se agarró la nuca con ambas manos con mucha frustración. Mas dudas llegaron a mi mente.
-¿Cómo que no tenias elección?-Pregunté. ¿Acaso Maily le había puesto una escopeta en la cabeza? Lo dudo.
-Ese día que te dejé, yo...-Pero no pudo terminar ya que una voz femenina se escucho cerca de nosotros.
-¿Damián?-Preguntó la chica, que físicamente era morena y muy guapa. Sus ojos verdaderamente intimidaban, así que baje la mirada instantáneamente.
-¿Brooke? ¿Qué haces aquí?- Preguntó Damián poniéndose de pie.
-¿Quién es ella?- Lo ignoró la chica, mirándome directamente a mi.
-Soy Alexandra.- Dije sin mas. Tratando casi inútilmente que su mirada no me llenara de nervios.- Una conocida.
-Pues yo soy su novia...-Dijo la chica y eso basto para que todo se derrumbara. No pude escuchar lo que dijo Damián ya que yo ya me encontraba camino a mi casa. Eso había sido demasiado para mi.
Damián tenia novia y nunca me lo había dicho. Ahora con mas razón nunca en la vida le contaría la verdad.
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Cooking Our Love
RomansA Alexandra Blair le rompieron el corazón, destruyendo su mundo por completo y dejándola con solo unos pocos meses de embarazo. Pero a pesar de esto, ella no se daría por vencida. Tiempo más tarde, siendo una de las mejores pasteleras de la ciudad...