Capítulo 12: Test?

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Le había contado a Anthony lo que había ocurrido, y él me insistía en que Damián debía saber la verdad, antes que someter a Loretta a la prueba. De todas maneras se enteraría, y por el ámbito legal no me podría negar de ninguna manera.

Toda esa semana sentí como mi mundo se desmoronaba lentamente. Y mientras miraba a mi niña, y su sonrisa sincera, destrozaba mas mi corazón.


Tenía miedo.


Tenía miedo de que me quitaran a mi pequeña. Porque él lo podía hacer, ¿no? No estaba segura, lo único que sabia es que no podía estar en un mundo sin mi Loretta. No podía soportar la idea de que no estuviera mas junto a mi.

Mientras hacia las cosas en el trabajo mis manos temblaban. Había tenido muchos problemas últimamente, pero por suerte. La repostera que estaba con licencia médica, había vuelto.

Era una mujer mayor, pero muy amable. Ella me ayudo bastante a mantenerme esa semana en la cocina. Su nombre era Anna.

-Lo siento..- Dije en cuanto me agache a recoger los trozos del plato quebrado en el suelo.

-Debes tranquilizarte, niña-Me dijo Anna, mirándome con ternura. Pero simplemente no podía concentrarme. La semana estaba acabando y tenia que tomar una decisión.


¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

No paraba de preguntarme.

Cuando llegue a mi casa junto con Loretta ella partió a dormir. Se encontraba muy cansada luego de jugar todo el día con Joel.

Me acerqué a ella mientras dormía. Yo no me sentía capaz de hacerle semejante prueba, por lo que esa noche, determine mi decisión.

Tomé  mi celular que se encontraba en la mesita de noche, y me dispuse a enviar un mensaje. Cuando me percaté que no tenia el número de Damián.

Suspiré.

Debía decirle al día siguiente.

Esa noche no casi no pude dormir. Me preguntaba cual seria la reacción de Damián. ¿Se enojaría? Probablemente. ¿Me odiaría? Lo mas seguro que sí. ¿Me quitaría a  Loretta? Rogaba que no lo hiciera.

Pero eso recién lo descubriría luego.

Llegué al trabajo temprano, y me fui directamente a limpiar la cocina mientras iba escuchando mientras todos llegaban diciendo el tan común saludos de "buenos días".

Cuando escuché la voz de Damián, me arme de valor y salí. Traté de controlar mis nervios y mi respiración agitada. Me puse de pie frente a él, y lo mire fijamente. Él me observó expectante. No se si pasaron minutos o segundos, pero yo sentí que fueron eternos.

-Yo...-Comencé, pero mi voz sonaba asustada y muy temblorosa. Él no decía nada, solo observaba-...necesito hablar contigo.

-¿De qué?-Preguntó con semblante indiferente, pero no me engañaría con su actitud de "nada me importa". Respiré con pesadez.

-No aquí-Expliqué-... hoy en la noche te esperaré en la salida.- Dije sin esperar una respuesta de su parte , solo corrí a mi lugar de trabajo.

Anna me miró asintiendo.

-Es la mejor decisión que pudiste haber tomado-... me dijo. Abrí mucho los ojos. ¿Que acaso esta mujer era bruja? Sabia exactamente a lo que se refería, y no tenia idea de como se había enterado.-... no te preocupes. Yo ya estoy muy vieja y me soy cuenta de las cosas- Explicó rápidamente. Yo simplemente asentí tratando de no sondear mas en el tema.

El día paso demasiado rápido para mi gusto. Yo quería que fuera bien lento, y mejor aun, que no llegara la hora de salida.

Pero nuevamente, ninguna de mis suplicas fueron escuchadas. Cuando me quise dar cuenta, ya todos estaban arreglándose para marcharse a sus hogares.

Caminé lentamente a la puerta y esperé. Y como se notaba que el destino esta en mi contra. No pasaron ni segundos cuando Damián se posicionó a mi lado.

-¿Nos vamos?-Preguntó a lo que yo asentí.

Caminamos sin decir una palabra, hasta la plaza. La misma a la cual habíamos ido la primera vez.Él se sentó y luego me miró. Yo me quedé de pie unos segundos y luego fui lentamente a sentarme a su lado.

No era una noche para nada fría, a pesar de que corría una suave brisa, que en otras circunstancias podría haber sido muy reconfortante. 

Pasaron los minutos y aun no sabia como comenzar, ademas podía sentir la impaciencia de Damián a mi lado. Escuchaba su respiración, y yo aun no podía articular alguna palabra. Mi corazón latía como un maldito tambor, y sentía que la respiración se cortaba a ratos.

Quizás era mejor si decidía asesinar a Damián y luego ocultar el cuerpo, pero ...¡no! 

¡Ya estoy delirando, Dios mio!

-¿Vamos a hablar o no?-Preguntó tratando de no sonar tan borde. Aunque no lo consiguió. Yo asentí suspirando hartas veces dándome ánimos. 


Vamos, vamos...

-No quiero hacerle la prueba a Loretta.- Solté simplemente, él me miró con seriedad.

-Eso da igual. Yo necesito saber.-Añadió.

-¿Y por qué quieres saber? ¿Qué te hace pensar que ella es hija tuya?-Le pregunté no de forma arrogante ni nada. Lo hice pacíficamente. Y me sorprendí de mi misma al hacerlo.

-Porque hay algo que esta mal. No se qué es, pero estoy seguro de que no me has dicho toda la verdad.- Debía decírselo. Sabia que no podía ocultar mas la verdad que había prometido no revelar nunca.

Pero como dicen, todo secreto en algún momento se sabe. Y yo no era nadie para ocultarla a Damián ese gran secreto.

- Loretta no es hija de Anthony...- Empecé, él asintió mas no dijo nada-...¿Recuerdas el día que te marchaste con Maily?- Él asintió nuevamente-... ese día tenia que darte una noticia muy importante, pero te me adelantaste, y yo.... no pude decirte la verdad.

Damián me miró sorprendido. Se tomó largos minutos para analizar mis palabras. Si bien no le dije directamente "Damian, Loretta es tu hija" Estoy segura de que supo interpretarlo perfectamente.

Sentí su respiración pesada a mi lado, pero aun no decía nada.

-Me estas diciendo que...-Las palabras le costaban, las decía lentamente una por una a modo de pregunta.

Yo sabiendo que no podía negarlo mas en mi vida, asentí rápidamente y no lo deje terminar la oración. Sumida en la desesperación momentánea.

-Si, Damián.- Él me miro entre asustado, emocionado y un montón de sentimientos más. Su respiración se corto en cuanto finalicé- Loretta es hija tuya.

Lo había dicho.

Por fin había revelado mi secreto, y esperaba no tener consecuencias con ello.

Cooking Our LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora