Loretta temblaba de frío. Debían ser como las una de la madrugada y yo trataba de encontrar un lugar decente donde quedarme con mi hija esa noche.
Los hoteles eran horriblemente caros, y no tenía el dinero suficiente para pagarlo en ese instante, pero por suerte mi ampolleta se encendió.
Mirando a Loretta, su carita roja debido al frío y sus ojitos somnolientos, me hicieron rogar que la persona al otro lado de la línea respondiera.
(...)
Estaba de pie junto a mi hija, esperando que me abrieran la puerta.
-Mami, tengo sueño...-Decía mi hija, lo que me hacia cuestionarme si era buena madre o no. ¿Cómo era posible que sometiera a Loretta a esas situaciones?
De verdad que no lo pude evitar. No pude evitar el enfurecerme con Anthony. Y ahora me arrepentía. ¿Cómo pude llegar y sacar a Loretta?
¿Y si Loretta enfermaba? Dios quisiera que no.
La puerta se abrió dando paso a una Sam con su pijama. Me miró con una sonrisa. Y luego a mi hija, quien estaba evidentemente cansada.
-¡Pasen!-Dijo muy amable, guió a Loretta directa al cuarto, al parecer no pudo ya mas con el cansancio por lo que se quedo profundamente dormida.
Salí de la habitación que era la de visitas, y me dirigí al living.
Sam ahora me esperaba con el ceño fruncido, con sus brazos como jarras, mirándome fijamente.
3...
2...
1...
-¿Cómo se te ocurre sacar a una niña a estas horas de la noche?-Preguntó indignada. Yo solo agaché la mirada avergonzada. Era un fuerte regaño y yo sabia que era verdad. Habia actuado tontamente.
Primera lagrima...
Pero ¿por qué debía pasarme esto?
Segunda lagrima....
¿Por qué Anthony me había ocultado aquello?
Tercera y cuarta y quinta...
Caían sin cesar mientras que el rostro de Sam se suavizaba y negaba repetidas veces.
-¿Que ocurrió ahora, Alex?-Hizo que me sentara en el sofá, seguida de ella. Le conté a través de sollozos lo ocurrido ese día. Ella se asombró, por fin le había dicho a Damián la verdad. Pero a la vez le conté lo peor de la historia. La traición de mamá y Anthony.
Ella se quedó en silencio analizando la situación, y negaba reiteradas veces.
-Creo que igual se pasaron en no contarte, pero... ¿no crees que fuiste algo exagerada?-Me preguntó suavemente.
-¿Crees que tú que exagere? ¡Estuve años sola por una mentira!-Exclamé con rabia.
-Una mentira que en primer lugar se creyó Damian. Tu madre y Anthony solo lo hicieron para protegerte.
-¿Protegerme?-Dije incrédula y con ironía.
ó-Si. Piensa... Damián no se detuvo a pensar en tu dolor, simplemente se marcho. Pero tu madre y Anthony decidieron no decirte nada por que no querían verte sufrir. Lo hicieron para protegerte.
Su voz sonaba tan dulce, y en cierto aspecto tenia razón. No podía culparlos a ellos cuando solo pensaron en mi bienestar. Todo lo contrario de lo que hizo Damián.
Pero... no. Estaba mal.
Según la versión de él. Me había dejado para no hacerme daño.
Quizás su perspectiva era totalmente distinta. Pero en cierto aspecto, quería creerle. Quería perdonarlo pero.... Pero....
-Tienes razón...-Le dije, asintiendo. Ella me había abierto los ojos. Dejaría que las cosas se calmaran y me disculparía con ambos. –Gracias Sam.
-¡No hay de que!-Me dijo risueña.-¿Qué harás con Damián?-Cambio de tema drásticamente.
-No lo sé...-Susurré.
-Ahora que ya tienen todo aclarado... ¿No has pensado en darte otra oportunidad?-Preguntó meticulosamente. Yo negué rendida. Me dolía en lo profundo de mi alma.
-No puedo. Damián.... Él....-Levante la mirada para observarla con pena-...tiene novia.
(...)
Un nuevo día de trabajo. Llevé a Loretta conmigo ya que aun no le pedía las disculpas correspondientes a mi madre. El señor Lane, quien se entero en ese mismo momento de la existencia de mi hija, no me puso ningún pero al momento en que le dije que pasarían a buscarla para ir al jardín.
Así que se encontraba sentada mirando como yo y Anna trabajamos. Sonreía a mas no poder, y escuchaba todo lo que Anna le explicaba.
-Y echando azúcar hervida con la crema para batir, se crea la famosa crema chantilly...-Loretta miraba asombrada la explicación de Anna, como si todo fuese magia. Ademas de que Anna prácticamente le contaba las recetas como historias.
-¡Hola!-Dijo Damián entrando con una sonrisa de oreja a oreja. Estaba mas que feliz de que Loretta estuviera allí. Se agachó a la altura de mi pequeña y le tendió un chocolate.
-Gracias-Dijo mi hija con una sonrisa. Amaba los dulces. A pesar de todo lo ocurrido, me encantaba ver la escena frente de mí. Damián a penas de había enterado de Loretta, se acercaba cuidadosamente a ella. No me había preguntado si le había dicho o no que él era su padre. Pero lo seguro es que él no lo haría.- Lo compartiré con Joel-Finalizó.
Damián frunció el ceño levemente, me observó a mi y luego a Loretta.
-¿Quién es Joel?-Preguntó con su voz suave mirando a mi niña.
-Joel...es...-Loretta agachó su rostro mirando sus dedos, y lentamente los colores subieron a sus mejillas.
Damián apretó los labios y se acercó a mi hablando en susurros.
-¿Me puedes decir quien es Joel y que hace cerca de MI hija?-"Mi hija". Me gustaba que comenzara a hacerse la idea, pero sus celos eran bastante idiotas.
¿Estaba haciendo un show por un niño de cuatro años? ¿era en serio?
-Es su compañero.-Le respondí restándole importancia.- Y a Loretta le gusta.- Damián se puso rojo y se acercó a la niña.
-¿No crees que estas muy chiquita para tener novio?-Preguntó Damián tratando de su tono de voz suave saliera a flote. Lo que logro exitosamente. Loretta pareció pensar.
-hmm, no.-Dijo simplemente sonriendo. Damián trató de controlar sus celos y volvió a dirigirse a mi.
-No quiero que se acerque mas a Loretta-Me dijo aun susurrando. Anna nos observaba solo con una sonrisa en el rostro, no emitia ningún sonido, pero estoy segura de que quería explotar a carcsjdas.
-¡Por favor, Damián! ¡Es un niño!-Le dije susurrando. Él puso cara de ofendido, y salio de la cocina dramáticamente.
Yo observé a mi pequeña con una sonrisa, tenia casi las mismas actitudes de su padre.
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Cooking Our Love
RomantizmA Alexandra Blair le rompieron el corazón, destruyendo su mundo por completo y dejándola con solo unos pocos meses de embarazo. Pero a pesar de esto, ella no se daría por vencida. Tiempo más tarde, siendo una de las mejores pasteleras de la ciudad...