14. ― four.

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four. sleeping at last.

Me he enamorado de un fantasma
Y perdí mi equilibrio
cuando más lo necesitaba...

Esta fotografía borrosa
es una prueba
De la que no estoy segura,
pero se siente como la verdad

Estoy aquí atrapada
nadando en las sombras
Ha pasado una eternidad
desde que salí a tomar aire

Con linterna en la mano,
estoy decidida a encontrar
una autenticidad que
solo la poesía
podría tratar de describir...

***

-¿Y bien? -le preguntó Haejin a Yoora, peinándose el cabello mojado con algo de esfuerzo. Por fin se habían sentado a hablar. La mayor llevaba eternidades esperando a que se duchara y desayunara.

Yoora dejó de hojear los libros en su escritorio y la encaró con una sonrisita de emoción. -Vas a conocer a Peter.

-¿Qué?

Haejin se detuvo en seco, dejando los brazos en el aire y la miró con ojos grandes, procediendo a sonreírle una vez analizó lo que le había dicho. Ah, le daba mucha curiosidad conocer a Peter, había tanto misterio alrededor suyo por culpa de Yoora que quería saber hasta el más mínimo detalle acerca de él. ¿Cómo sería?

-Entonces... ¿van en serio?

-Pues... eso creo -ella se rascó la cabeza con una sonrisa incómoda y soltó un suspiro, como intentando convencerse de algo-. Tomé en cuenta lo que dijiste y bueno, tenías razón. Confío en lo que siento y... lo amo mucho, no voy a impedir que el miedo me nuble eso.

Haejin sintió una chispa de orgullo expandirse por su sistema. Y le sonrió en grande, demostrándole lo alegre que estaba por ella y por su decisión sabia de seguir lo que le decía el corazón. Las comisuras se le tensaron cuando hizo una mueca, porque estaba entregando consejos que ni siquiera seguía.

Aunque, a decir verdad, era un progreso si al menos estaba considerando hacerlo... ¿No?

-Su vuelo llega el viernes por la noche. Llega a tiempo para irnos el sábado por la mañana a Sokcho. -le dijo, asintiendo brevemente-. Y justo a eso vine, a invitarte a celebrar mi cumpleaños durante el fin de semana.

-¿Qué? ¿Sokcho?

No visitaba ese lugar desde hacía mucho tiempo. Era una casa de vacaciones de los Park a la que había sido invitada desde niña. Estaba justo en frente del mar y tenía una piscina pequeña en el patio trasero. Ah, lo que adoraba esa piscina. Sus recuerdos más felices consistían en lanzar a Chanyeol al agua y ser perseguida luego por él para cobrar venganza. Cómo extrañaba esos tiempos en donde pasaban el rato junto a los Park como si fueran una sola familia, todos acurrucados alrededor de la fogata, oyendo las historias de antaño de la señora Park o los cuentos de terror que solía relatar su madre para asustarlos.

Ya que la casa pasaba tanto tiempo sola, tomaron la decisión de rentarla para los turistas que anduvieran por la zona y así sacarle provecho a su ubicación. Esta vez podían hacer una excepción y tomarla para ellos un fin de semana, no habría problema. Seguro la señora Min, la mujer que se hacía cargo de cuidar la casa mientras no estaban, estaría feliz de verlos a todos de nuevo.

Ir a Sokcho significaba que podría desprenderse de su rutina y descansar de toda la carga académica que la había estado presionando desde hacía semanas. ¿Cómo iba a decir que no? Sin embargo, a pesar de que adoraba ese plan, no estaba muy segura de decir que sí. Tenía muchas cosas que hacer y le daba miedo que de la nada avisaran de algo urgente con sus clases y que mientras tanto estuviera quedándose dormida sobre una hamaca. La idea le hizo cosquillas incómodas en todo el cuerpo.

stay with me » p. chanyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora