stay with me » p. chanyeol

12. ― i love you, i remember you.

i love you, i remember you. I.O.I.

Tu sonrisa e
incluso tu aroma.

Siempre he estado esperando,
contando cada uno de los días.

No importa en qué lugar estés,
s

iempre serás la única para mí.

***

—Haejin-ah, levántate —dijo Sooyeon, sacando a Haejin de la siesta momentánea que inconscientemente tomaba en medio de la clase—. ¿No que íbamos a ir a almorzar hoy?

—¿Qué...? ¿Almorzar? —Haejin no podía enfocar bien a su amiga, mucho menos pensar con claridad una respuesta concreta. Tardó unos cuantos segundos en recuperar su lucidez y distinguir algo más que una mancha amarilla frente suyo—. ¿Se acabó la clase?

—¿Tú qué crees? —Sooyeon frunció los labios y se escondió un mechón ondulado detrás de la oreja—. Por algo te estoy preguntando acerca del almuerzo, idiota.

—Ah... ¿Y vamos a comer comida tailandesa esta vez?

—Si quieres. Y apúrate que tengo hambre.

Haejin se dio unas cuantas palmadas en la cara para despertarse de una buena vez y en un santiamén estuvo fuera del salón de clases que tanto estaba empezando a odiar. Caminaron un par de cuadras fuera de la universidad hasta llegar a un restaurante tailandés y eligieron una mesa en el centro al entrar al acogedor lugar con decoraciones típicas, paredes pintadas en tonos celestes y buena iluminación.

Bastó que la pelinegra le diera una rápida mirada a la carta, porque igual sabía de antemano lo que quería comer y también porque su estómago vacío pedía a gritos todo lo que fuera comestible. A medio bostezo atascado en la garganta, le pidió al mesero arroz frito tailandés y agua, mientras que su rubia amiga ordenaba algo relacionado con camarones y una cerveza antes de la comida.

—¿Qué haces por las noches? —preguntó Sooyeon de la nada con una ceja levantada luego de que el muchacho las dejara solas, mientras le daba un sorbo a una bebida que le habían llevado.

Haejin detuvo la búsqueda de su billetera dentro de las profundidades de su bolso y la miró. —¿Cómo que qué hago por las noches?

—No te hagas la tonta. Desde hace más de tres clases que te distraes más de lo normal y te quedas dormida. Y no es solo en esa clase. Seguro te quedas despierta hasta tarde, quién sabe haciendo qué.

—Muy buena observación, te felicito. —Haejin abrió los ojos y señaló a la rubia con el índice—. ¿No has pensado en sacarle provecho a ese talento tuyo?

—Vamos, Hae, ¿qué pasa? —Sooyeon no dejó de apuñalarle con una mirada penetrante, aun cuando la otra desvió la atención hasta los platos de la mesa contigua—. ¿Peleaste con Chanyeol otra vez? ¿Con tu papá?

Haejin frunció los labios en una mueca graciosa y negó con la cabeza.

—No me vas a decir, ¿eh? Bien.

—Oye, no te enojes conmigo. Eventualmente te lo diré, pero necesito estar segura.

—¿" Eventualmente"? —Sooyeon levantó la ceja—. Tu argumento suena un poco reciclado, recuerdo haberlo oído antes en un tema relacionado con tu amigo orejón.

—Bueno, cállate ya, ¿sí? —Haejin le robó un sorbo a su amiga de la bebida que tenía entre las manos y un sabor amargo le envolvió el gusto—. Te digo que pronto te contaré. No tiene nada que ver con Chan, pero sí necesito asegurarme primero. No quiero que me persigas con un palo si termino haciendo drama por una cosa mínima.