41. ― who do you love.

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who do you love. the black skirts.

cierra tus ojos, dame un beso

si no es a mí, ¿a quién más podrás amar?

si no es conmigo, ¿con quién más podrás presumir?

si no es a mí...

***

El día pasó en un suspiro para los dos, quienes se olvidaron completamente de todo lo demás que pasara en sus vidas. No oyeron el timbre del teléfono, ni las notificaciones de mensajes constantes; no se acordaron de hacer el almuerzo ni de estudiar para las clases a las que irían al día siguiente, puesto que andaban muy ocupados descubriendo lunares escondidos en pieles ajenas y haciendo reír al otro a través de la torpeza inexperimentada.

-Ya dejó de llover... -comentó Chanyeol y le palmeó la pierna que salía debajo de las sábanas-. Arriba, floja.

Ella escondió la cabeza debajo de la tela y huyó de su insistencia ridícula. ¿Quién la necesitaba, de todos modos? Apenas era lunes y...

¡Era lunes!

-Jaeyoung oppa debe estar como un loco buscándome para ir... Ay, no, ¡papá! Se suponía que hoy íbamos a... No, no, no...

Chanyeol se incorporó sobre el colchón y la miró confundido. ¿De dónde venía esta perorata acelerada? Aún seguía un poco aletargado, luego de la siesta de media tarde que habían tomado juntos. No entendía a qué se estaba refiriendo.

-¿Ir dónde? -preguntó él, notando cómo batallaba para ponerse sus pantalones mientras seguía pisando la bota.

-Con el doctor, a la cita médica por culpa de la migraña... -lo balbuceó sin prestarle atención a lo que decía, irritada por tener que repetirlo, completamente enfocada en encontrar su camiseta y...

-¿Qué? ¿Migraña? ¿Desde cuándo?

Oh. Había olvidado mencionar eso antes, cuando habían discutido y no sabía muy bien cómo iba a resumirle lo que había pasado mientras se perdía el compromiso de ir al teatro y de llamarlo a pedir disculpas el día siguiente. Era bastante obvio que iba a preocuparse, incluso si ya todo hubiese pasado, así que trató de hacerlo ver cómo la cosa más ligera posible y no lo logró.

-Estaba completamente ida, abatida por el dolor supongo y no sabía nada de teléfonos, hagwons, o de ti, incluso...

-Sí, entiendo eso, pero igual debes ir a como dé lugar a esa cita, apúrate...

-¿No podemos comer algo primero? Tengo hambre...

-No, ya comerás después, vamos, te llevaré a casa.

***

-¡Haejin! ¿Dónde demonios estabas?

El saludo de Jaeyoung al abrirle la puerta fue justamente lo que esperaba. Después de pasar horas sin contestarle el teléfono y aparecer de repente con expresión apenada en frente de él, era lo lógico.

-¿Crees que papá vaya a desheredarme por dejarlo plantado para ir al doctor?

-¡Hasta yo lo haría! -comentó él, entrecerrando los ojos en su dirección y volviéndolos a abrir en sorpresa cuando notó que detrás de ella venía su cuñado. ¿Y él qué estaba haciendo aquí?

Haejin terminó de quitarse los zapatos y salió apurada hacia el estudio del señor Im, esperando encontrarlo dentro sin muchas esperanzas, puesto que quizás habría decidido irse al trabajo ante su falta de respuestas. Mientras tanto, Jaeyoung y Chanyeol se ponían al día muy por encima, explicándole que, después de un rato de discusiones y acuerdos, habían expuesto las cosas que habían herido a los dos y lo que iban a hacer para reparar eso mismo.

stay with me » p. chanyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora