27. ― gotta be you.

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gotta be you. one direction.

Puedo ver en tus ojos
que estás decepcionado,
porque yo soy la tonta

a la que designaste con tu corazón.

Yo lo hice pedazos,
y qué desastre hice
con tu inocencia, 

no hay nadie en el mundo
que merezca esto, 
pero aquí estoy pidiendo

otra oportunidad.

Podemos intentarlo,
¿una vez más?
Parar la cinta y rebobinar,
oh, y si te marchas
sé que me desvaneceré,
porque no hay nadie más.

Tienes que ser tú, solo tú,
tienes que ser tú, solo tú.


***

Chanyeol sintió algo de lástima apenas cerró la puerta de su auto detrás de sí y se alejó del bar al conducir a través de las calles. Las disculpas que a duras penas le había dejado expresar sonaban sinceras y no pudo evitar pensar en lo grosero que había sido el haberla ignorado así. Y mentido, además. Estaba seguro de que ella lo había notado.

Sin embargo, no quería hablarle, ni escucharla, porque no estaba de humor para eso. La decepción le había dado paso al enojo para que interfiera con su sistema. ¿Qué iba a decirle? ¿Qué excusa iba a sacar? Fuera lo que fuera, no le costaba nada avisarle. Con un simple mensaje diciendo que no podría ir, se conformaba. La razón podría explicársela luego, ¿o no?

Necesitaba tiempo para pensar bien las cosas y dejar que se le enfriara un poco la cabeza, porque no era su intención terminar alzando de más la voz o simplemente descargando más cosas de las pertinentes.

Cuando llegó a casa, saludó a su madre con tranquilidad, pues después de todo, ella no se merecía su malhumor, aunque sí lo notó y evitó hacerle preguntas, esperando a darle su espacio para que él llegara luego a contárselo personalmente.

Mientras se lavaba la cara, oyó su celular vibrar sobre la mesita de noche. Suspiró con el ceño fruncido, dejándolo sonar sin más. Sabía exactamente que era ella quien lo estaba llamando y, de hecho, pensaba que se estaba tardando un poco. Quizás había esperado hasta volver a su casa, para darle el tiempo que sabía necesitaba, pero era muy probable que hubiese perdido la paciencia, como siempre.

Siguió con su rutina usual, secándose la cara con una toalla y cepillándose los dientes, intentando ignorar el ruido que hacía su celular sobre la superficie de la madera, que, en el silencio de su habitación, era tres veces más ruidoso.

De a poco fue perdiendo su coraza de enojo y se resignó a contestarle, aun si veinte minutos atrás no quisiera saber ni una palabra de ella. Se secó las manos mojadas con una toalla y le contestó el teléfono, sin emitir ni un sonido.

—¿Hola? ¿Chanyeol?

Del otro lado, Haejin estaba aliviada de haber conseguido que le respondiera. Había estado dudando de si hacerlo o no durante todo el trayecto hasta su casa e incluso luego de estar encerrada en su habitación. Veía el teléfono en frente suyo, cavilando entre los pros y los contras, lo que pasaría si y todas las demás cosas que debía considerar para hacer la llamada.

Era una decisión tonta y demasiado sencilla, solo era tocar la pantalla y ya, pero ¿y si él no quería hablar con ella? Bueno, eso era más que claro, dado su actitud cuando se habían encontrado afuera del bar y por esa misma razón no lo había llamado enseguida, porque, después de todo, era lógico y comprensible que esa fuera su reacción. Sin embargo, entre más tiempo pasaba, más cortas se volvían sus uñas. Debía llamarlo a pedirle perdón, no podía soportar esa sensación que se anidaba en su pecho y se negaba a irse.

stay with me » p. chanyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora