Kyle clavó sus ojos en el techo, consciente de que debería dormir. Sin embargo, no podía dormir. Se sentía desubicado y extraño. Aquella noche todo había sido tan inusual. Desde el anuncio del primer bebé de Alex y Danaé (sentía que no debía estar ahí) hasta el estado en que Daila había llegado (lamentable que él no fuera más decidido y pudiera dejarla sola en los jardines).
Claro, se sentía culpable. En cierta manera, ella había hecho algo así (no entendía el razonamiento) por él. ¿Verdad? ¿Por lo sucedido entre ellos? Suponía que sí. No tenía por qué sentirse mal por nada más de la noche.
Él había sido un idiota. Ella había dicho que lo amaba. Definitivamente, un completo y total idiota.
Pero... ¿qué podía hacer? ¡No se lo había esperado! En verdad, aún recordaba la sensación. Su garganta seca, sus latidos desbocados, una punzada de pánico... ¿cómo podía formular una respuesta así? ¿Qué hombre podría?
Sí, él debería poder. Daila era su novia. Si ella decía que lo amaba, él debía responder, mínimo, con un: "yo también". Solo que él no era así. Si no estaba absolutamente seguro, no podría decirlo.
Una vez lo había hecho. Lo recordaba. Y, ¿qué había pasado? Ella no lo amaba. Estaba enamorada de otro. Por supuesto, había sido muy sutil pero él lo sabía. Danaé amaba a Alex y él, estúpidamente, se había enamorado de ella.
Por lo que no la culpaba, no obstante sentía una cierta reticencia a volver a confesar algo así si no estaba totalmente seguro. Si no lo sentía absolutamente real. Daila era real... ¿lo suficientemente real?
¿Acaso Danaé lo había sido alguna vez? Y, sin embargo, había dicho que la amaba. En ese tiempo, no había parecido tan difícil. Ahora, con solo pensarlo, esa pequeña frase se atoraba en su pecho. No, no había forma.
Cerró los ojos, con cansancio. No era el tiempo ni el lugar para pensarlo. Eso debió hacerse bastante tiempo atrás, antes de que se complicara. Indudablemente, previo al gran viaje a Italia. ¿Qué había estado pensando? ¿Había querido demostrar algo? ¿A quién?
¿A sí mismo? ¿Qué había superado todo lo sucedido? ¿Qué podría mirar a Danaé (su ex – novia) y a su esposo como una familia feliz sin resentir nada en absoluto? ¿Sin sentir ni siquiera una punzada de... nada? No lo sabía. No lo entendía. Y ¡rayos! Qué debió pensarlo antes.
Daila... –susurró su nombre y apretó sus ojos con fuerza. No debía hacerle daño. Él, de entre todas las personas, qué sabía perfectamente su situación, no debió comportarse así.
Ahora lo entendía. Debió esperar. Quizá si... habría terminado olvidando quién era ella. Pero no. Quizá no era la solución.
Estaba más que agotado. Y, con ese último pensamiento, se durmió.
***
Daila abrió los ojos lentamente, intentando recordar qué había sucedido. ¿Se había caído de cabeza en algún rincón lejano? ¡Su cabeza podía estallar en cualquier momento!
Intentó incorporarse pero se mareó y sintió intensas náuseas. ¿Qué rayos había sucedido anoche? Sentía una especie de bruma alrededor de las horas pasadas desde que estuviera en el bar hasta ¿su habitación?
¡Dios! ¿Cómo había llegado hasta ahí? ¿Sus padres la habían visto? ¿Toda la familia? ¿Kyle?
Cerró sus ojos dorados y tragó con esfuerzo, nerviosamente. Algo había ido terriblemente mal... después de la confesión que le hizo a Kyle, había pensado que nada podría ir peor. Pero... ¿quizá sí? ¿Se había superado a sí misma en humillaciones?
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Nunca imaginé (Italia #10)
RomanceDaila Lucerni recibió una lección de vida particularmente clara con respecto a dejarse llevar por ilusiones infantiles. No lo haría más, estaba curada de eso. No se precipitaría, escucharía a sus padres y hermano... maduraría. Pero, con el corazón...