¹New Blood - TVD【✔】Terminada

Prólogo

Chicago 1924

Stefan.

Después de un largo día en el bosque, donde Lexi me enseñó a cazar y a mantener el control alimentándome de animales, volvimos caminando al hotel. Ella, como siempre, me había hecho enfrentar mil emociones y preguntas sobre mi naturaleza. Mi mente era un torbellino de dudas y sensaciones nuevas, pero sabía que Lexi siempre tenía una razón detrás de sus lecciones.

—Stefan, te voy a presentar a una amiga —me dijo de pronto, con una chispa traviesa en la mirada—. Es como mi hermanita menor, así que... nada de pasarte de listo con ella, ¿entendido?

Solté una sonrisa, levantando las manos en señal de rendición. Lexi y sus advertencias. Era curioso cómo siempre sabía anticiparse a mis pensamientos, como si llevara siglos descifrando a personas como yo.

Al llegar al hotel, nos separamos en la recepción para prepararnos para la fiesta de esa noche. Había una energía en el ambiente; los vampiros, después de tantos incidentes en los bares humanos, se mostraban mucho más precavidos, y los eventos eran mucho más exclusivos y secretos.

Esta noche se organizaba una de esas fiestas: menos estridente que el bullicio de Gloria, donde todos nos conocíamos y relajábamos un poco.

El salón principal vibraba con la música, y el ambiente ya estaba cargado de emoción cuando entramos. Noté que la gente había hecho un círculo al final del salón, donde una canción acababa de terminar, y ahí, en el centro de todo, estaba mi hermano Damon. Lo reconocí de inmediato, rodeado de conocidos y hablando con una mujer que estaba de espaldas.

Lexi me miró con una sonrisa entusiasta y caminó directamente hacia la chica junto a Damon, lanzándole una mirada de complicidad que me hizo sospechar que había algo en camino.

—¡Miki! Justo quería presentarte a alguien —llamó Lexi, acercándose a la joven de cabello oscuro.

Damon le lanzó una mirada de advertencia, pero Lexi se limitó a guiñarle un ojo. Al instante, la chica se giró hacia mí, y por un segundo, me quedé congelado. Su belleza era desconcertante. Tenía la piel suave y pálida como porcelana, los ojos de un azul dulce e intenso, y una melena oscura que caía con elegancia sobre sus hombros. Todo en ella parecía hecho para dejar una impresión duradera, como si cada rasgo estuviera diseñado para enredarse en la mente y no salir jamás.

—Stefan, te presento a Mikela Brason —dijo Lexi, con una sonrisa que no pude terminar de descifrar.

—Encantada —dijo Mikela, ofreciéndome su mano.

La tomé despacio, observando cómo su sonrisa reflejaba una mezcla de dulzura y confianza. Sin apartar la vista de sus ojos, incliné la cabeza y besé el dorso de su mano.

—El placer es todo mío, Mikela —dije, consciente de que mi voz sonaba un poco más grave de lo normal. Algo en ella me hacía sentir como si hubiera conocido su mirada antes, en otro tiempo, en algún rincón olvidado de mi memoria.

Ella asintió, manteniendo el contacto visual, y sentí que el salón alrededor desaparecía poco a poco. Me di cuenta entonces de que había algo más en esta presentación. Y supe que esa noche sería mucho más interesante de lo que había imaginado.

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Pasaron semanas desde que conocí a Mikela, y cada momento juntos se volvió un pequeño respiro de magia. Había algo en ella —algo genuino, casi imposible de encontrar en el mundo que conocemos. Era divertida y simpática, pero también tenía un toque de picardía que me hacía sentir como si estuviera con alguien que podía, de alguna manera, entender la sombra que cargo.