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POV YOONGI.

—Ay, no me digas que...—dijo mi hermano mientras me miraba.

—Si que te lo digo, estúpido.—respondí frío.

Caminamos rápido hacia la cocina y me senté sobre una banqueta, frente de la mesada. Mientras me rascaba el cuello con continuidad, y tosía seco.

—¡No te toques, tarado!—agarró mi mano con fuerza— ¿No te das cuenta que es peor para la alergia que tienes, Yoongi?

—Casi me doblaste la mano, idiota.—saqué mi mano de su agarre— Sólo vine hasta aquí para que me cures esta alergia de mierda, no para que me regañes.

—No es fácil hacerlo, idiota. Espérame...—salió de la cocina, dejándome solo— ¡No te toques!

—¡Cállate!—grité.

Agarré mi cabeza con mis manos, sintiendo el dolor golpeándome, y sintiendo el incontrolable deseo de rascarme el cuello, rodé mis ojos intentando no pensar en ello. Me dejé caer sobre la mesada, sintiendo el frío tacto de esta.

Luego de miles de siglos, me había vuelto una maldita alergia. Mi cuerpo rechaza algo que ni yo sé qué mierda es, sólo sé lo doloroso que es cuando vuelve este.

—Ven rápido, Jin, la puta madre, me duele hasta cuando respiro.—murmuré.

—Bueno, entonces no respires y así te morís, ya fue, hermano.—oí su risita.

—El que no va a respirar luego eres tú. —dijo mientras lo miraba que regresaba con una caja y la ponía sobre la mesada— ¿Qué es eso?

—Pero la...—siguió sacando las cosas de esa cajas, eran jeringas, varias botellas pequeñas de color oscuro y un papel viejo.

—¿Qué o para qué es todo eso...?—pregunté mientras me rascaba un poco el cuello.

—Para quitar tu alergia, o por lo menos para calmarte con una pichicata y ponerte a dormir.—sonrió y agarró una jeringa.

—Ni se te ocurra que me meterás esa maldita aguja en mi nalga.—avisé.

—Uh, la p... Entonces te quedarás con el dolor, hermano.—decía mientras preparaba el líquido para luego para extraerlo con la jeringa— A ver, ven al sofá.

Caminó hacia el living, y lo seguí hasta llegar al sofá para sentarme sonre esta.

—Qué lindo está el día, ¿no? —sonreí— Para rajarse un tiro.

—Para ti todos los días con lindos para rajarse un tiro, Yoongi.—se acercó a mí— Déjame ver tu cuello, mira hacia arriba.

Subí mi miraba hacia el techo, permitiendo que vea mi cuello y lo tocara.

—Bueno, ahora aguanta el dolor.—avisó.

Incliné mi cuello para que él pudiera derramar el líquido compuesto de no sé qué para que me doliera como el maldito infierno, apreté mis dientes y cerré mis ojos.

La picazón se iba lentamente pero el dolor persistía.

—Listo, hermano. Ahora ni se te ocurra tocar tu cuello durante cinco minutos. —dejó la pequeña botella que contenía lo que me había derramado— Ahora dete vuelta que falta la jeringa.

—Ahno, ni loco.—agarré una almohada y la apreté contra mi pecho.

—¡Vamos, Yoongi! No es nada, es un pinchazo y listo.

—No es porque me dolerá, sino es por mi dignidad.

—Uh, la...—rodó sus ojos y dejó la jeringa sobre una mesita que estaba en frente del sofá— Bueno, pero cuando vuelve la picazón intensa debo inyectarte esto sino morirá el cuerpo mortal, en serio te lo digo. Y encima tu cuerpo está bastante destrozado, con esto seguramente colma el vaso.

bad romance ; jm + yg IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora