bad romance ; jm + yg III

004

POV JIMIN.

No importa lo que pasó. Ahora no sé qué pensar ahora. Me siento vacío, ya no tengo más lágrimas para derramas, cada palabra que digo para él, muere con mis sentimientos.

Cada sollozo ya terminó, cada lágrima, ya se secó.

Viajé a Ándem, con la esperanza de que algo suceda.

—¡Jimin!—gritaron detrás de mí.

Me giré y era mi profesora, una mujer que me había enseñado todo sobre cómo manejar mis poderes y algo sobre ambos mundos. Le sonreí y me detuve a saldarle.

—Hace mucho que no la veo, profe.—dije con una sonrisa— ¿Cómo anda?

—Y...—ladeó la cabeza— Bien, solamente que es demasiado doloroso...—toó su abdomen— Ya sabes.

—Ah, cierto. ¡Qué bueno!—sonreí.

—¿Y tú, Jimin?—preguntó— ¿Cómo estás ahora...?

—Y...—dudé— Más o menos, nada importante.

Claro que es importante.

—¿Seguro?—puso su cálida mano sobre mi hombro.

—Sí, claro.—asentí— Em, profe, le quiero preguntar algo...

—Adelante. Dilo.

—¿Puede entrenarme de nuevo...? Sí es que usted quiere, no más. No quiero serle una molestia.

—¡Claro! —sonrió— Por supuesto. Pero, ¿por qué lo quieres hacer? Digo, tú no sentías tanto interés en entrenarte...

—No es nada... Sólo quiero entrenar, me gusta hacerlo.

—Bueno entonces, ven mañana. Yo me tengo que ir ahora. Adiós. —se fue con una sonrisa.

Seguí mi camino.

Fui hacia el sitio en dónde se hacían las reuniones para arreglar unas cosas pendientes y hablar con alguien. Entré allí y fui hacia una femenina que estaba sobre un escalón.

—Yessica, ¿tienes lo que te pedí? —pregunté en voz alta para que me escuchara.

—Uuhh, no grites, estaba pensando en mi amor. —hizo un mohín. Se dio la vuelta y me arrojó una caja blanquecina que la pude sostener sin problema— Ahí está todo. Úsalo con suavidad al principio, ya lo sabes, ¿no?

—Sí, sí. —asentí.

Subí hacia el segundo piso, mientras más subía sentía a mis pies pesados y el ambiente sucio.

—Yo no puedo creer...

Fundé todo el espacio que me rodeaba con un círculo cristalino con fuerza mental.

—¡Imbécil! —escuché la voz de aquella ángel, la miré y estaba sangrando, con ojos completamente negros y soltando quejidos de dolor.

—¿Qué tan estúpido esperabas que yo sea para creer que yo no me daría cuenta...?—puse mis ojos en el absoluto color blanco para verle.

Esta movió su cabeza y poco a poco la piel de su rostro se caía a pedazos, dejando ver una piel pálida, tan familiar...

—Esperaba que seas tan estúpido como lo eres cuando lloras y sufres por mí, Jimin. —sonrió— No esperabas menos de ti, cariño...

Intentó buscar mis labios pero no lo permití, aún que me doliera.

—Déjame en paz, Yoongi. Ya basta. —dejé caer mi mano que reposaba sobre su cuello.

—Pero yo soy tu paz, Jimin. Cuando estás conmigo tienes paz, sientes paz al verme, sentir que te b—

—¡Cállate! —ordené interrumpiendo lo que decía— Déjame...—me alejé lentamente.

A veces siento que debo de dejar de amarlo para que deje de hacerme mierda tantas veces.

—No pienses que con dejarme de amarme me vas a evitar. Puedo hacerte mierda sin que tú me ames. —susurró cerca de mi oído.