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POV YOONGI.

Me reflejaba por los tétricos vidrios de la cápsula, nunca me sentí tan solo como me siento en esta mierda de cápsula. No me sorprendí al ver que mi piel era absolutamente roja por las reacciones que causaba los cables sobre mi cuerpo, tampoco de la sangre oscura que expulsaba las profundas heridas. Era obvio que mis ojos estuvieran absolutamente oscuros, pero las venas moradas que destacaban en la zona inferior de mis ojos. 

¿Hace cuánto no he visitado esta cápsula? Hace años... Cuando maté por primera vez.

No sé por qué se me dio por recordar el motivo por el cuál entré a esta cápsula hace tiempo.

Parecía un desquiciado cuándo lo había hecho, bueno, lo soy en realidad. Recuerdo que me alteré demasiado al ver sangre ajena sobre mis manos, ver a la víctima mientras dejaba de respirar, todo por un pacto que ese mortal no cumplió.

Había entrado muy de golpe en la zona de ''hacer pactos'' con los mortales, siendo un mocoso que se alborotaba por experimentar ser quién ponía las reglas sobre un trato peligroso. Al momento de ser un verdadero demonio, es cuándo realiza un pacto con un mortal, en aquel momento por fin era lo que deseaba tanto. Sin embargo, tuve lo que quería y me volví loco. Por ello, me adentraron en una cápsula, y luego de diez años salí. A penas salí de tantas porquerías que me habían clavado en la piel.

Tal vez estos pensamientos sean lo último que habitarán en mi mente, de la cápsula no se sale dos veces, estoy seguro de que no saldré. Si la última vez salí en mucho tiempo, me imagino ahora, ni siquiera saldré de aquí.

Es la primera vez que pienso que me arrepentí de lo que no hice. Tal vez que en unos cuantos segundos los aparatos que están sobre mi cuerpo den la señal de que dejé de existir, y yo dejé mis cosas mal. No hice las cosas como quería, sino como me las dicta mi moral demoníaca.

Intenté apretar mi puño, pero Los cables sobre él me dieron una descarga electrostática.

La puerta metálica se abrió dejando entrar a un tipo con gran traje blanco que lo cubría muy bien sosteniendo unas máquinas que las dejó a mi lado, este se quedó tocando esa cosa, como si fuese un robot.

Puso un casco oscuro sobre mi cabeza, tapando mi vista.

Sentí que alguien más había entrado a la cápsula, lo sentí lo lo fuerte que era; este se había sentado a mi lado, lo había escuchado, y también oí como el otro se había retirado cerrando la puerta causando un ruido.

Una vez más, sentí un fuerte dolor en la fosa del codo. Luego de ello, inicié a realizar un espasmo y torcer sin detenerme, por suerte los cables que me sostenían no me hicieron daño.

Sentía en mí algo que no es propio de mí, involuntariamente me contraje bruscamente, golpeando la cama y haciéndome daño.

—No lo hagas.—oí la voz de un ángel.

Sentí su mano abrazar mi puño.

Intentaba hablar, pero no tenía fuerzas.

Solamente tragaba mi saliva a cada rato mientras pensaba qué estaba haciendo este aquí.

Estaba preocupado por él, no tiene que estar en esta cápsula. Está en peligro y no solamente me refiero por el hecho de que este aquí, sino está en peligro si está junto a mí.

Mi cuerpo expulsó una sustancia perjudicial, cuál la usaba para defensa. La mano que me detenía sosteniendo mi puño se volvía caliente con el tacto del veneno que yo expulsaba. No sabía por qué aún el dueño de aquella mano seguía vivo.

—¿Por qué estás aquí, J-Jimin...?—pregunté a penas.

No oí su respuesta, solamente sentí como su mano se entrelazaba perfectamente a la mía como si fuese un rompecabezas perfecto.

Sin tener que observar su mano, nuestra unión no dejaba ningún espacio, a pesar de que su mano sea pequeña.

Nunca en mi existencia aprecié tanto una mano como la de Jimin.

En mi cabeza, no encuentro la respuesta del por qué Jimin está aquí. Él no tendría que estar aquí, conmigo; no tendría que estar conmigo, no tendría que seguir queriéndome para hacer algo por mí, como lo está haciendo ahora.

Nadie hizo lo mismo por mí, no hay razón para hacer cosas por mí.

No entiendo a Jimin, ¿por qué haces todo esto por un demonio?

No entiendo que después de todo que sucedió siguiera cerca de mí. Tampoco entiendo por qué él me causa demasiadas emociones juntas que no se detienen, me hace sentir como si fuese un humano. Provoca sentirme como un ser que está en el cielo cuando lo siento cerca, no entiendo por qué lo hace.

Un ser que ha vivido para y por el mal no es digno de recibir cariño de parte de un ángel tan perfecto como él.

Tampoco él me merece a mí, no se merece estar mal por mí. No es digno de sufrir, de recibir un trato pésimo.

Quiero lo mejor para él, y eso incluye que yo desaparezca.

bad romance ; jm + yg IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora