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Narrador Omnisciente.

Jimin estaba de nuevo a cargo de sus sobrinos, pero esta vez no era para jugar y divertirse, era la hora de ayudarle en los estudios a sus sobrinos.

Su sobrina, la más pequeña, se le dificultaba demasiado formar palabras.

—Mira, corazón —apuntó las letras que estaban escritas en el colorido libro con el lápiz—. Concéntrate, tranquila y di lo que lees, despacio... ¿Sí? —habló amablemente mientras la miraba— Tú no le digas nada, ¿oíste, Hunnie?—miró a su sobrino quién se sentó frente a ambos mientras hacía otra tarea.

El niño sonrió y asintió. La pequeña femenina tragó saliva por temor a equivocarse al decir lo que sabía.

—Mu...—habló la niña.

—Sigue; ¿la Ñ con la E?

—Ñe...—miró la próxima sílaba mientras Jimin la ayudaba apuntando con el lápiz— Ca.

—¿Y qué dice todo junto?

—Panqueca. —respondió mirándolo.

Su hermano mayor no se contuvo y se rió con fuerza, causando que la niña llorara tapando su rostro.

—¡Cállate! —dijo Jimin a su sobrino— ¿No ves que la haces llorar, mocoso?—agarró a su sobrina y la cargó sobre su hombro.

—Perdón...—sonrió.

—No le hagas caso a tu hermano mayor, Junnie. Tú eres una niña muy inteligente, solamente que inteligente a tu manera, ya vas a ver que en el futuro vas a ser doctora, me vas a curar a mí, cuando sea viejo. —le decía para consolarla, pensando que era pésimo en eso. Si Jimin ni siquiera se consolaba bien a sí mismo, peor con las demás personas.

—Eres viejo, tío. —lo miró dejando todos los mocos en el hombro de Jimin.

—Gracias por recordármelo, hermosa. —la dejó sentada sobre la mesa.

Dejó a la niña dibujando para ir por su sobrino.

—Ahora te toca a ti, sobrino de mi corazón. —sonrió mientras se acercaba a su sobrino.

—No sé nada, tío. —mintió— Me voy, gracias. —intentó ponerse de pie pero Jimin se lo impidió.

—Tú te quedas acá. —acercó el mapa a ambos— Ahora dime.—apuntó todo el mapa con el lápiz.

—Es un papel.

—En serio Kim Hun.—lo miró para que lo siguiera— Los continentes, a ver...

—Son 7 continentes, el Europe—

—Espera.—Jimin lo interrumpió— ¿Siete continentes? ¿Seguro que son siete? ¿Cuáles son los dos de más?

—Y las Américas, del Sur, Norte y Central; Asia, Oceanía, Africano y Europeo.

—Está bien, pero América es uno solo, no se divide; bueno sí se divide, pero en realidad es un sólo continente.

—Ahhh, bueno. —asintió y siguió diciendo lo que sabía—... Ecuador, trópicos: cáncer y el capricornio, y... —ladeó su cabeza— El otro que se llamaba igual que un sandwiche.

—Meridiano de Greenwich, Hunnie. Y deja de mezclar la comida con geografía.

—Bueno ese meridiano que tiene la misma terminación. ¡Uh, tío! Qué hambre me dio, ¿qué vamos a comer? —sonrió mientras miraba a Jimin.

—Uh, ya empezamos. —rodó sus ojos— Estaba bien sin cocinar.

—¡Carne rica! —habló la niña cuando escuchó la palabra comida.

bad romance ; jm + yg IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora