¿Me creerías si te dijera que hasta el chico más frío podría enamorarse? Porque yo no lo creía, toda mi vida vivi siendo independiente y a vivir con cierto estilo de vida. Ella era lo que necesitaba para vivir, mi luz, mi guía, mi tanque de oxigeno...
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BLUE
El timbre escolar suena, dirijo mi mirada hacia Jamie. Está dormida
Podría dejarla ahí, ya que pidió "distancia" y no estaría nada mal, Dios sabe que he tratado de dejar de pensar en ella pero no lo logro.
Sacudo su hombro con delicadeza pero manteniendo una mirada fría, o al menos eso intento.
— Despierta, cariño.
Ella arruga su nariz y lentamente abre los ojos. En cuanto me ve se sobresalta y se endereza en su lugar.
Ya hice lo que tenía que hacer. Me doy media vuelta y sigo mi camino a mi próxima clase.
— Bluie... —dice una voz empalagosa y chillona. Ay no.
Me giro sobre mis talones para encontrarme a Megan, vestida completamente de rosa y ni siquiera es miércoles. Increíble.
— Hola Megan. —digo con una sonrisa forzada.
Me da un beso brusco y fuerte tomándome del cuello y a los segundos me suelta. Dejándome labial en toda la cara.
— Me alegra tanto tenerte de vuelta... —ronronea cerca de mis labios, ¿por qué la gente ronronea? ¿Qué se cree? Ni que fuera gato. No hay mucha gente en los pasillos y noto que Megan quiere algo. — ¿Quieres llevar esta fiesta a otro lado? —insinúa.
Por un lado si quiero, me ayudara a despejarme y de olvidar a Jamie. Mi mayor problema en estos momentos.
Pero por el otro, ni siquiera siento nada hacía Megan. Aunque...
JAMIE
— Te lo digo, Jamie. Blue regreso con Megan. —dice Liz intentando mantener mi paso.
— No lo creo, Liz. Él sabe que la odio, él vio lo que me hizo.
— Creí que ya no eran amigos.
Abro la boca para protestar pero la vuelvo a cerrar. Tiene razón, ¿no?
— Simplemente digo, ver para creer.
Como por arte de magia y como cualquier típica novela romántica, como saben mi vida parece haberse vuelto una. La puerta del laboratorio se abre, de la nada sale nada más ni nada menos que Blue Russell. Despeinado y con la camisa arrugada. ¿Qué fue lo que le paso?
No se percata de mi presencia y busca algo con la mirada. Hasta que por fin, logra verme a mí y a Liz.
Noto que está en algún estado de shock. ¿Qué sucedió ahí dentro?
A los segundos, Megan sale del laboratorio acomodándose su vestido -si es que se puede llamar así ya que está increíblemente corto- y alisando su cabello desteñido.
Una ira me invade completamente. Frunzo el ceño y siento que se me van a romper los dientes por la presión que estoy ejerciendo, Blue parece querer decir algo pero mantiene una mirada de "Me vales un comino"
— Hola Blue. –sonrío intentando mantener mi enojo a un lado. Él reacciona y parpadea rápidamente como si acabara de regresar a la realidad.
— Hola. –musita en voz baja.
— Megan... –digo en modo de saludo, ella sonríe falsamente.
Espero a que diga algo, pero no. Está parado delante de mí sin hacer nada en realidad, puedo sentir la tensión asfixiarme.
— Vamos, Bluie. Ya me aburrí... –se queja Barbie uno, intentando jalar a quien ahora conozco como su novio. Él no quita la mirada de mi pero a los pocos segundos mira a Megan.
— Vamos –dice caminando pasando a mi lado, creo que se me olvido respirar cuando hizo eso.
Megan sin embargo me fulmina con la mirada y luego sigue a Blue como la perrita que es.
— ¿Decías? –dice Liz con un tono de "Te lo dije".
— Como sea, no me importa. –finalizo
Caminamos hacia la siguiente clase, sintiendo algo dentro de mi quebrarse. Esta no es una buena señal, ¡aborta misión, Jamie!
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