¿Me creerías si te dijera que hasta el chico más frío podría enamorarse? Porque yo no lo creía, toda mi vida vivi siendo independiente y a vivir con cierto estilo de vida. Ella era lo que necesitaba para vivir, mi luz, mi guía, mi tanque de oxigeno...
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Recuerden que no soy una máquina de escribir, hago lo que puedo hahaha, pero trataré de subir un buen de capítulos diarios.
A la derecha hay un video que quiero que escuchen cuando se los diga, ¿de acuerdo? Para los que no pueden oírlo se llama "All i want-Elli Goulding (cover de Kodaline)" :)
Disfruten del capítulo ;)
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¿Les ha pasado que se dicen una y otra vez en la mente que no harán algo, pero simplemente sucede?
Eso me está pasando ahora mismo. Blue está recostado en el suelo de cemento, mirando al techo que no tiene nada interesante más que luces de mala calidad que no pueden dejar de parpadear. Es gris, al igual que esta horrible celda, las barras sin embargo, son negras y no, no puedes jalarlas para salir. Lo intente, dos veces para ser exactos.
― ¿Cómo llegamos a estar aquí? ―pregunto sentada en la banca de aluminio pegada a la pared.
― No lo sé, es como una cárcel en miniatura.
Linda observación, Blue. Y todo por hacerle caso...
― Yo no quería venir a la cárcel ―reclamo molesta.
Blue me mira apenado. ¿Qué demonios sucedió? Bueno... retrocedamos cinco horas y media.
―Tienes que admitir que es divertido estar aquí -dijo Blue ayudándome a subir a la cima de la colina.
El pasto estaba húmedo, al igual que un poco de mi cabello. Estuvo lloviendo hace unos momentos, aunque no lo suficiente para quedar empapada. Cuando ambos llegamos a la punta, nos detuvimos para admirar la vista. Todo Seattle, en completo silencio.
Estaba oscuro y se podían ver las luces de los edificios y casas desde aquí. Estaba todo tranquilo, como si nada pudiera hacernos daño en este lugar.
-―¿Sueles venir aquí? ― pregunté interrumpiendo el silencio que se apoderaba del momento.
Todos tenemos un sitio a dónde solemos venir, aunque sea para desconectarnos por solo un instante de nuestra realidad. Es lo que nos mantiene cuerdos, puede ser tu habitación, tu sala o hasta tu patio.
Ladea su cabeza un momento para verme y suelta un ligero suspiro.
―Solía venir aquí todo el tiempo. Mis padres discutían una y otra vez. ―hizo una ligera pausa para darle una calada a su cigarrillo, lo observo fumar y él pone los ojos en blanco, dándole una última calada y aplastándolo con su pie-Siempre sucedía desde que mi padre regreso de la marina, siempre está ocupado, pero aprendí a estar solo y hacer cosas por mí mismo. Aquí vengo a tranquilizarme, está algo lejos pero vale la pena el recorrido. La vista es hermosa y la paz es satisfactoria.
