Capítulo 8: ¿Qué?

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JAMIE

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JAMIE

Danger Crowd es exactamente como lo imagine. Un lugar de mala muerte con motocicletas Harley Davidson en el estacionamiento. Se alcanza a escuchar la música de metal desde aquí, estaciono mi escarabajo blanco a un lado de un Mustang color plata. Al entrar, me doy cuenta que hay un pasillo que dirige a una pista de baile.

Las paredes son negras con grafitis fosforescentes que brillan con las luces ultravioleta.
En la pista de baile todos están en lo suyo, no encuentro a Damien... solo hay gente bailando de forma inapropiada en todo el lugar, además de que apesta a cigarro.

— ¿Damien? —grito en vano. Nadie puede oírme con el ruido de la música, abro paso entre la multitud, pero todos parecen no notarme ya que me empujan mientras bailan. — ¿Damien? —Sigo preguntando pero la gente sigue empujándome hasta que alguien me toma del brazo fuertemente, alzo la mirada. — ¡¿Qué demonios?! —exclamo apenas enfocando mi mirada. Me encuentro con unos ojos verdes azulados— ¿Blue?

— ¿Qué haces aquí? —pregunta bruscamente aun aferrado a mi brazo, jalo mi brazo zafándome de su agarre mientras me sigue mirando como si le causará odio o quien sabe, hasta repugnación.

— Esa no es la pregunta adecuada.

— Este lugar no es para chicas como tú. —me fulmina con la mirada. No me intimida, no debo permitirme que me intimide.

— Realmente no me importa lo que creas o pienses, no vine por ti. —digo subiendo mi tono de voz, al borde de estar muy enojada.

Él mira hacia el techo con una mirada de "¿Por qué a mí?" Toma nuevamente mi brazo y me aleja de la multitud.

— ¡Suéltame, demonios! —me intento zafar de su agarre, pero es demasiado fuerte y no me lo permite. Me acorrala en una esquina que apenas esta alumbrada con luces que se encienden y se apagan, por lo que de a ratos logro ver sus largas pestañas y en otros su frente fruncida. Está demasiado cerca de mí, puedo oler su aliento mentolado y su colonia que huele demasiado bien.

-Enfócate, Jamie- me reclama la consciencia.

Él permanece serio y hasta enojado, ¿qué le importa?

— No deberías estar aquí. —musita.

— Creí que no te importaba.

— No me importas, tú. —aclara sofocando una risa. Debí saberlo— Me preocupan los demás, este lugar no es seguro.

— ¿Te preocupas por mí? —alzo una ceja divertida, pero me arrepiento cuando veo su cambio de expresión.

— ¡Carajos, Jamie! ¡Esta no es una maldita broma! —exclama alejándose tan solo unos centímetros.

— Vine por mi hermano, voy por él y me largo. —me cruzo de brazos.

— ¿Tienes una idea de quienes son los dueños de éste bar? —pregunta arqueando su ceja.

Terriblemente Enamorado #1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora