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No sé cómo tanta gente puede reunirse en un lugar sin saber si quiera cuál es el propósito. A eso de las diez de la noche, el ambiente se sentía bien, pero era realmente difícil moverse por la casa sin tropezar con cualquier persona, o no ver a una pareja de personas besándose como si no hubiera un mañana... o a cualquier grupo jugando cualquier juego de beber en cualquier parte.

Sara había estado toda la tarde preparando una linda mesa de botanas, ahora esa mesa parecía un basurero, pero las botanas aún eran comestibles. Ahora no tenía idea de dónde estaba Sara, la había perdido cuando me dijo: "Voy al baño". Distinguía a un 1% de estas personas, eso era, visto por encima, muy malo... sin embrago, era la oportunidad perfecta de conocer y hacer nuevos amigos. A quién engaño, si iba a conocer a alguien, lo convertiría en mi esclavo sexual por esta noche... sí señor.

Agradecía la buena elección de mi intuición al decirme que para nada debía usar tacones... caminé hasta la entrada de la casa, y parecía que no me hubiese movido, pues la fiesta estaba igual adentro, afuera, arriba y por donde la vieras... Miré hacia el estacionamiento y alcancé a divisar el auto de Simon estacionado al frente. Mi corazón volvió a latir a asegurarme de que él no estaba dentro de este... Volví adentro y me dirigí a la cocina, agarré lo primero que vi que contenía altos grados de alcohol y bebí como si de eso dependiera mi vida. Definitivamente no quería encontrarme a Simon en la fiesta, y si lo hacía no quería recordarlo.

- Abi...

Oí que me llamaron y giré sobre mi propio eje para responder.

- Tú... - Wow, el alcohol me atrapa demasiado rápido – Te pedí que no lo invitaras...

- ¿Qué? ¿A quién?

- A Sinbombom... Simbon

- Yo no invité a Simon... no sé si sepas, pero es una fiesta no exclusiva y la noticia se regó tan rápido como fluye un río...

- No uses tu poesía conmigo ahora Saria...

- ¡Por Dios Abigail! ¿cuánto tomaste?

- Estoy bien...

- No estás bien... - regañó – No te voy a dejar...

- ¡Ah no! – me solté de ella – esta es mi fiesta Sha... Sara, y la voy a disfrutar.

Levanté el vaso de licor que tenía en la mano y bebí rápidamente lo que quedaba. No supe lo que era, pero hizo arder mi garganta terriblemente. Me tambaleé hasta el primer tumulto de gente que encontré y me acerqué el primer tipo lindo que el alcohol aún me permitió distinguir...

- ¿Quieres bailar? – pregunté

El tipo se levantó y tomó mi mano, me sujetó por la cintura y me acercó a él. Olía peculiar... era muy familiar su aroma, aun teniendo en cuenta que todo olía terrible, él olía delicioso... era realmente acogedor.

No sabía con quien había estado bailando toda la noche... pero ya me estaba cansando. Era el momento para hacer la pregunta, que no era realmente pregunta:

- Oye, tú serás mi... ¡Hip! – mal momento para un ataque de hipo – Serás mi... ¡Hip!... Serás mi esclavo sexual esta... ¡Hip!, Esta noche. Así que... ¡Hip!, vamos.

Aquel sujeto no dijo nada, simplemente se dejó halar hacia las escaleras... entonces pensé: "Si voy a vivir la experiencia de tener relaciones con un completo desconocido, tendrá que ser con todas las de la ley... Igual ya estoy ebria"

- Vamos al lago ¿Te... ¡Hip!, parece?

Él solamente asintió... en ese momento noté que había olvidado ponerme los lentes de contacto, pues lo veía realmente borroso. Caminamos hasta la orilla del lago, realmente caminamos bastante, tanto que ya no oía la música de la fiesta.

Me detuve y me acerqué a su rostro... ahora estaba demasiado oscuro como para poder reconocer su rostro de cerca. Se me ocurrió preguntarle su nombre para no parecer desesperada, pero... ¿no se supone debería ser un "completo desconocido"? conocer su nombre sería conocer algo de él, por lo tanto, dejaría de ser un completo desconocido... y pasaría a ser un distinguido...

Así que, simplemente, me acerqué a su rostro y lo besé, no demoró en responder y pareció entender el mensaje, pues empezó a quitarse los zapatos y la correa... Lo detuve y giré sobre mi propio eje. Sujetó la cabeza de la cremallera del vestido y la deslizó lentamente hasta dejar mi espalda totalmente descubierta.

Era un vestido que no se usaba con sujetador, por lo tanto, ahora solo traía mis brasileras negras como prenda de vestir. Inicié a caminar en dirección al lago, sabía que estaría helado, pero no me importó y aproveché para contener la respiración y hacer desaparece el hipo, para que no fuese una molestia...

Disimulé el escalofrío que recorrió por todo mi cuerpo cuando mis pies sintieron el agua fría y seguí caminando hasta que el agua cubrió mis hombros. Para ese momento, mi "completo desconocido" ya había llegado a mi lado. Me sumergí para empaparme totalmente y terminar de desnudarme por completo. Salí a la superficie y me acerqué al sujeto.

Atrapé sus labios en los míos y deslicé mi mano por su abdomen. No me sorprendió descubrir que su erección ya estaba presente, pues la situación era tan excitante, que yo estaba igual... No dimos muchos rodeos, unos cuantos besos y, finalmente, lo sentí dentro... ¡Dios! No sabía si era la adrenalina o el agua helada, pero se sentía realmente bien, no quería que se detuviera... De hecho, no era simplemente por cómo él movía sus caderas, o por cómo me hacía mover las mías, sino por el hecho de que cada uno de sus besos se sentía especial, eran sedosos y la mayoría de ellos recorrían todo un camino desde mis senos a mis labios... Realmente me sentí viva, me sentí deseada, pues para cuando el "completo desconocido" terminó, yo ya había sentido cuatro orgasmos realmente extensos.

Desperté con una camisa masculina cubriendo la mayor parte de mi cuerpo. Recordé de inmediato que después de terminar, salimos a la orilla riendo como locos, recordé que nos habíamos acostado en la orilla del lago, recordé su risa... su risa... realmente familiar. Giré rápidamente, lo que me produjo un terrible dolor de cabeza... y un amargo arrepentimiento.

El "completo desconocido" no era ningún desconocido. Era Simon quien estaba junto a mí, dormido en la arena. Fue Simon quien no dijo nada la noche de ayer. Y fue Simon quien me hizo sentir, nuevamente, tanto placer... y es Simon quien me hace sentir tanta desesperación ahora mismo.

A B I G A I LWhere stories live. Discover now