A B I G A I L

18

- Grace…

- Me di cuenta que no quiero morir… - dijo con la mirada perdida

- Ay Grace… - me senté junto a ella y la tomé en brazos – siempre has dicho que vas a ser un tipo de Poltergeist fastidioso para molestarme desde el otro lado… - Grace rio y se incorporó frente a mi

- No me regañes por favor. No te lo dije, porque no quise aceptarlo. Tenía miedo.

- No puedes ocultarme cosas como esas. Quiero ayudarte, pero si no me dices…

- Lo sé… lo sé. Pero…

- Quiero que me prometas… que vas a poner de tu parte – ella suspiró -. No eres la única que sufre Grace…

- Lo sé. Lo haré.

Grace se quedó dormida poco tiempo después… y me fijé que iban a ser las cuatro de la madrugada hasta ahora. Guardé mi celular y puse mi cabeza en la camilla e hice una pequeña oración por la hermosa y fuerte pelirroja que ahora se encontraba en sueñilandia. Me quedé ahí por un segundo y recordé la primera vez que hablamos.

Estábamos en conferencia en un colegio a las  afueras de la gran ciudad. Me dirigí al baño y cuando cerré la puerta oí que alguien hablaba:

- Hola… - susurró alguien en el baño contiguo - ¿Tienes una toalla sanitaria?

- Hola… Creo que sí, pero dejé mi bolso afuera – susurré también - ¿Me esperas y vuelvo?

- Está bien… pero no demores

Salí y busqué mi bolso, entré al baño, le pasé la toalla y ella no demoró en salir.

- Gracias. -continuó susurrando – Llevaba media hora ahí dentro…

- ¿por qué aún susurras? – ella solo rio

- Lo siento, es que todo estaba en silencio. Soy Grace, Grace Monroe

- Abigail Jaimes

Recuerdo que empezamos a hablar seguido; un día, estábamos hablando de uno de los chicos de otro grupo, era muy guapo, él la había estado observando desde que todos nos habíamos reunido la primera vez

- No me gustan esos royos… - dijo ella

- ¿A qué te refieres? - pregunté

- Romance… ese juego estúpido de: te miro, me miras y nos sonrojamos… no me gusta. Yo prefiero ir a lo seguro. Un beso, sexo, un polvo… pero odio el romance

- En algún momento alguien te va a hacer cambiar de opinión. O sufrirás si no…

- Puede que sí… pero, no quiero que alguien se enamore de mi. Inclusive tú… - la miré extrañada – vas a terminar amándome – reí sonoramente, pero ella estaba seria -. Escúchame bien Abi… Yo no soy la clase de amiga que no te hará sufrir , porque voy a morir… así que…

- Pero todos vamos a morir… - la interrumpí

- Es cierto. Pero yo tengo cáncer, por eso quiero que pienses bien si quieres aventurarte a estar en el ojo de este huracán…

- Grace…

- No lo tomes como tragedia. De hecho no quiero que sufras, pero si decides hacerlo… lo agradeceré por siempre… - di un suave suspiro y me la miré a los ojos – Pero no te pongas con cursilerías…

- Estás loca

Desde ese momento empecé a mirarla con ojos distintos. Aunque ella lo odiara, no eran ojos de lástima, pero algo de mi me decía que debía protegerla; cuando las conferencias acabaron, cada grupo tenía grandes oportunidades, la de G.E se llamaba Robeen Frein, la de Grace era Rosy Mc.Green. yo había decidido vivir en Washington por un tiempo mas, Grace ya vivía allí y me brindó estadía por unos días, hasta que encontré el lugar en el que estoy ahora.

Ella había sido un gran apoyo los primero días sola. Incluso me hizo contarle todo, todo sobre Simon… y me dijo que en realidad había una leve posibilidad de que yo sí hubiera estado enamorada de él, pero que no había durado mucho.

- Escúchame bien pequeña… - me dijo mientras se burlaba – ustedes se besaron cuando tenias 16 ¿verdad? – asentí – eso te gustó, empezaron a hablar y te diste cuenta de que te gustaba su compañía, él te trataba bien y te acostumbraste a ello, pero te dolió cuando llegó su primera novia… Rose. Y la primera vez que estuvieron juntos, en el coche, lloraste porque fue tu primera vez, todas lloramos cuando eso ocurre, aunque esperabas que él fuese más tierno… eso aún no lo entiendo, pero bueno…

- ¿Cómo sabes que no estaba enamorada?

- Porque ya no volviste a usar las mismas palabras para referirte a él… créeme Abi… tiene mucho qué ver…

- Eso no tiene sentido…

- Míralo como quieras. Solo te digo una cosa, cuando realmente te enamores de alguien… vas a notar la diferencia…