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Salimos del hospital, yo conducía debido a que después de cada cita mensual, Grace se debilitaba tanto que debía usar su silla de ruedas, vomitaba constantemente y lo mejor era que otra persona condujera… y para ayudarla estaba yo. Sabía que al llegar a su apartamento se haría la fuerte y me diría que podía irme tranquila sabiendo que yo no lo haría.

- Era lindo ese sujeto… - dijo Grace cuando el ascensor del edificio en el que ella vivía inició a subir

- ¿El señor Denis de portería?

- No seas idiota Abigail… sabes a quién me refiero. El fotógrafo.

- Aaa… sí, lindo

- ¿Lo vas a llamar?

- ¿Quién dice que tengo su número?

- Por favor… - me miró levantando una ceja – lloverían vacas del cielo si no hubieses conseguido su número… así que, ¿llamarás?

- Tal vez… - el ascensor se detuvo en el piso 13 y las puertas se abrieron

- Esa sonrisa nunca la había visto… ¿Qué sucedió? – Grace buscó las llaves en su bolsillo y abrió el apartamento

- Simon está comprometido – dije empujando la silla y cerrando detrás

- ¿En serio? ¿Cuándo se comprometió?

- Hoy… ella le propuso…
- ¿No se conocen hace un mes?

- Casi tres… pero es muy emocionante

- Abi… - las dos nos sentamos en la sala – es muy pronto… ¿Simon está seguro?

- Yo supongo. La ama… - entonces empecé a dudar

- Yo no sé… un matrimonio es algo importante.

- Lo sé… oye… estas rara desde que salimos del hospital

- Tengo cáncer Abi… no podría ser mas rara

- Has tenido cáncer desde que te conocí… hoy estás diferente

Grace tenía cáncer de páncreas.  La habían diagnosticado un año atrás, pero nunca la veías decaída, era una mujer fuerte y extremadamente imponente.  No le gustaba que las cosas no salieran como ella quería. No era muy alta, pero si estabas junto a ella, sentías que estabas parado junto a una estatua de 10 metros de altura tan imponente como frágil. Sin importar qué, ella hacía que rieras, era inevitable… y solo el portero de su edificio, los doctores, las enfermeras, y yo la habíamos visto sin una gota de maquillaje. Nunca permitía que, si quiera su madre, le viese el tono amarillo que ya se apoderaba de su piel… pero hoy era otra Grace, y no quería decirme lo que sucedía.

- Gracias por acompañarme Abi… - dijo poniendo su mano en mi rodilla

- No me voy aún… ni creas

- No lo digo por eso… es en serio, gracias por estar ahí para mi. Pero no vayas a llorar. – reí y me contuve

- Bien… ¿Qué quieres comer?

- Quiero dormir. – nunca dormía después de las citas al hospital, siempre se bañaba y maquillaba así se fuese a quedar en casa – hoy estoy agotada… - sonrió

- Esta bien. ¿te vas a bañar? – negó con al cabeza y se dirigió al cuarto. La seguí

- Solo quiero dormir. Pero no quiero que te quedes aquí aburrida. Sal y trae algo de comer para cuando despierte. Y llama a ese lindo fotógrafo…

- Está bien…

- ¿no lo harás verdad? – dijo cuando ya estaba en la cama y los parpados le pesaban para abrirlos

- No – ella rio y se durmió al instante

A B I G A I LWhere stories live. Discover now