Capítulo 28

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Estaba saliendo de la oficina acompañada de mi asistente, tuvimos que quedarnos hasta tarde revisando algunas traducciones. Me sentía mucho menos presionada ahora que Haru empezaba a acostumbrarse a mi forma de trabajo, de este modo cuando tuviera que irme, no tendría inconveniente en dejarlo completamente a cargo.

Pude ponerme al corriente con el trabajo antes de lo que creí ya que al final no fui requerida para el puesto de edición del que me había hablado Marco antes de venir y eso me sentó de maravilla.

- Iré con algunos compañeros a tomar algo ¿Quieres venir? - preguntó Haru, sacando finalmente el trabajo de mi cabeza.

- Será en otra ocasión, gracias. - sonreí a modo de disculpa mientras esperábamos nuestro transporte en la acera afuera del edificio.

- Nos vemos después entonces... - se despidió con un gesto de la mano y se dirigió al otro extremo de la calle, iría en dirección contraria a la mía.

Detuve un taxi y entré enseguida, en este momento deseaba estar metida en mi cama más que ninguna otra cosa, estaba exhausta.

En cuanto abrí la puerta del departamento un delicioso olor inundó mi nariz. Sonreí, era el día libre de Satoru.

- Buenas Noches...- saludé mientras colgaba mi bolso en un perchero que él había comprado sólo para que dejara de botarlo en cualquier parte.

- Buenas Noches. - respondió desde la cocina, lugar del que se adueñaba siempre que estaba en casa.

Agregó un poco de vino a la sartén, haciendo que las llamas se elevaran para luego disiparse, liberando de nuevo ese delicioso olor...

Tenía intenciones de ir a mi habitación para deshacerme de los tacones y la ropa de oficina, pero mi nariz me guio directo a cocina.

- Huele muy bien - dije mientras me sentaba para observar desde la barra

-Lo sé... - se alzó de hombros y sonrió con suficiencia

- No conoces la modestia ¿cierto? - reí para luego tomar un trozo de zanahoria.

Él me seguía con la mirada alzando una ceja y cuando le di un mordisco se acercó hasta la barra y comenzó a vaciar todas las verduras en un bol.

- Solo ve a sentarte al sofá, te llamaré cuando esté listo...- me ordenó, y no pude evitar reír de nuevo.

No tuve más opción que hacer lo que quería si es que pensaba probar esa comida.

Aproveche el momento para ir a mi habitación a ponerme algo más cómodo y traer mi computadora pero antes de sentarme en el sofá, regrese a la barra...

- ¿Al menos puedo tomar una copa de vino? -

Puso los ojos en blanco, se acercó a las gavetas para sacar una copa y la dejó frente a mí sin muchas ganas para finalmente acercarme la botella de vino.

- ¡Listo! ahora déjame terminar. - me tragué las ganas de reír a carcajadas en su cara

- Gracias. - me limite a decir y me di la vuelta con una enorme sonrisa, disfrutaba tanto molestándolo.

Revisaba algunas cosas del trabajo cuando un mensaje de Erica apareció en mi bandeja de entrada, lo abrí enseguida "Un lindo obsequio adelantado para la mejor tía del mundo". Bajé la mirada a los archivos adjuntos y no dudé en abrirlos...

-No es cierto - cubrí mi boca por la emoción.

- ¿Qué pasa? - preguntó Satoru desde la cocina

Tal vez, seamos para siempre...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora