Capítulo 10

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Salíamos del aeropuerto ya en México, el vuelo se me había pasado literalmente en un abrir y cerrar de ojos, no supe en qué momento me quede dormida. En esta ocasión Derek y su copiloto nos trajeron de vuelta en el jet de la empresa hotelera de los Ferrera. El padre sin perder el tiempo, llamó a su chófer en cuanto aterrizó el avión, se despidió de todos y partió de inmediato, Alejandro optó por acompañarnos a pesar de lo exhausto que se veía...

Marco condujo esta vez, había dejado su Audi en el estacionamiento del aeropuerto. Alejandro subió instintivamente al asiento delantero y antes de que pudiera arrepentirse, yo subí con mi padre en la parte trasera, necesitaba seguir descansando, tomó un par de calmantes antes de despegar ya que se sentía bastante nervioso de volver a volar. Durante el trayecto fingía ignorar la forma histérica con la que mi hermano me miraba por el retrovisor, si de por si no le había agradado la idea de que Alex nos acompañara a casa, pueden imaginar cómo hierve su sangre al tenerlo sentado a su lado. Estábamos tomando el desvío hacia el fraccionamiento, cuando nos percatamos de la multitud que dificultaba el paso de vehículos hacia la caseta de vigilancia, Marco disminuyó considerablemente la velocidad y se detuvo detrás de un par de autos que tampoco lograban llegar, tocó la bocina para que le permitieran pasar, cosa que obviamente no funcionó...

— Ay no es cierto...— refunfuño Alejandro al ver que las personas que bloqueaban el paso llevaban cámaras entre sus manos, caminaron hacia nosotros con la mirada fija en el parabrisas, y fue cuestión de segundos para que una lluvia de flashes nos rodeara

— ¡Pero que carajos es esto! — gritó mi hermano intentando cubrir su rostro

— Son reporteros, alguien debió llamarlos...— dijo Alex haciendo lo mismo

— Eso me queda claro, ¡¿pero qué carajo hacen?! —

— No sé qué diablos hacen aquí, pero ya saben quiénes son — dijo mientras bajaba un poco el cristal de la ventanilla, los reporteros intentaban frenéticamente acercar los micrófonos al pequeño hueco

¡Alex! ¿Quién es tu nueva conquista? —

— Señor Ferrera, la presentó como su novia ante sus socios. ¿Piensan casarse?—

— ¿Que hizo esta mujer para hacerlo sentar cabeza? —

Las preguntas no cesaban, surgían de todos lados, comenzaban a golpear el auto exigiendo respuestas mientras mi hermano y yo nos mirábamos totalmente confundidos

— ¡Señorita Carballido! ¡¿Cómo logró hacerlo sentar cabeza?! —

— ¡¿Cuándo comenzó todo?! —

Abrí los ojos más que sorprendida, ¿Cómo supieron quién era? ¿Mi nombre? ¡¿Dónde vivía?!

Si bien mi familia pertenece a la alta sociedad y mi padre ha asistido ocasionalmente a eventos de caridad o similares, ninguno de nosotros, jamás había tenido que pasar por este tipo de experiencia, la ciencia y los avances médicos no son algo que a la prensa le interese mucho saber.

Pero la vida privada de un magnate hotelero con tendencia a los escándalos sí... obtuve mi respuesta al ver a Alejandro, quien era el único que mantenía la calma en ese momento.

— ¡Necesitamos salir de aquí! — gritó mi hermano desesperado por encontrar una salida, Alex parecía hacer lo mismo pero sin sufrir de un ataque de histeria...

— ¡¿Pero qué está pasando aquí?! — dijo mi padre alzando la voz, los sedantes no le permitieron darse cuenta de lo que ocurría hasta ahora...

Tal vez, seamos para siempre...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora