Capítulo 2: Fuera de lugar

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         He aquí Alejandro Ferrera 😍

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Habían pasado un par de semanas desde la cena y finalmente, luego de años de espera, Erica y Marco comenzaron a salir, por lo tanto, el tiempo compartido con mi amiga disminuyo significativamente. El tiempo asignado para mi persona era el de la oficina y la hora del almuerzo, el resto del día; era completamente de mi hermano.

Levanté la bocina del teléfono de la oficina y marqué el número de extensión de la oficina de Erica

— Departamento de ilustración, ¿Con quién desea hablar?—Martina, su secretaria respondió de inmediato

— Hola Martina, soy yo. Comunícame con Erica, por favor —

— Hola, señorita Samanta... enseguida — el tono de llamada irrumpió la línea nuevamente para ser suplantado en cuestión de segundos por la voz de mi amiga

— ¿Qué apetece el día de hoy señorita?—

— Buena pregunta... ¿Qué me sugiere?— respondí

— ¿Qué tal algunas delicias del mar?— continuo con su juego

— Suena bastante bien, pero desafortunadamente no cuento con tiempo suficiente para degustarlos correctamente...—

— Siendo ese el caso... Sugiero visitar el pequeño restaurante que está a dos cuadras, he recibido buenas críticas de su comida casera...— aguante la risa y continúe con su juego

— Me parece bien, estoy por salir de la oficina, te veo en el ascensor — corte la llamada y me dispuse a tomar mi bolso.

El trayecto al restaurante fue breve, caminamos por un par de minutos luchando para no reír a carcajadas debido a las ocurrencias de mi amiga, tiene una facilidad para hacer divertida cualquier cosa, es la naturaleza de su esencia. A pesar de lo concurrido del lugar, logramos conseguir una mesa en el pequeño jardín, comenzamos a leer el menú y ordenamos enseguida, para nosotras que somos fieles amantes de los alimentos, la comida casera mexicana es probablemente nuestra más grande debilidad.

Minutos después el mesero se acercaba con nuestra orden –Aquí tienen, que tengan buen provecho- agradecimos mientras esperábamos impacientes que nuestros platos fueran colocados sobre la mesa y una vez que los tuvimos frente a nosotras no dudamos en comenzar a engullir cada bocado con gusto

— Definitivamente este lugar merece las buenas recomendaciones...— le dije mientras introducía otro bocado de comida a mi boca, Erica estaba por responderme cuando su teléfono comenzó a sonar, lo tomo de la mesa y de inmediato se le iluminó el rostro — Hola, cariño — me miró sonriente, y entonces no pude evitar arremedar su gesto empalagoso al responder, ella rio y decidió levantarse para seguir con su llamada lejos de mí.

Tal vez, seamos para siempre...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora