- Buenas tardes Señor Petrov. - Saludo al hombre que nos observa después de ingresar tras Camile en la limusina.
- Buenas tardes señorita Deully. - Me responde cortésmente. - Camile. - Menciona el nombre de mi amiga como en espera del saludo de esta.
- Dinos lo que tengas que decir Densel. - Habla mi amiga con rostro serio. - No tenemos tú tiempo. -
Le observo con mis ojos ampliamente ante aquel arrebato de mala educación por su parte. Pero esta solo me dedica una rápida mirada de -Ni se te ocurra decirme nada-. Para volver a fijar sus ojos en el hombre que teníamos sentado frente a nosotras.
- Creo que no estás en posición de hablarme en ese tono Camile. Menos delante de otras personas - Concluyo llevándose la mano a su mentón el cual llevaba una sombra de barba como de dos días.
Si señoras, Densel Petrov a pesar de tener treinta ocho años era un Ruso completamente guapo, elegante y enigmático. Todo lo que mi amiga siempre había deseado en un hombre desde que tenía quince y yo trece.
- Me importa un comino si te agrada o no mi forma de responderte Densel. Sabes perfectamente que estoy indignada con tigo por la forma en que ese par de idiotas nos trataron anoche y que tú no hicieras nada al respecto para defendernos. - El pecho de mi amiga subía y bajaba por toda la retahíla que le había soltado a su amor perfecto.
Una pequeña vena empezó a palpitar en la mandíbula perfilada del señor Petrov. - Creo que ya hemos hablado sobre esto Camile. Si te hubiese defendido a ti o tu amiga delante de ellos se hubiesen dado cuenta de mis sentimientos por ti. - Se inclina hacia adelante con la intención de acercase a su chica. - Sabes bien que no puedo permitirme que esto se divulgue. No puedo dejar que mi imagen de empresario y político sea empañada al decir que estoy enamorado de una dama de compañía de Femme. - Lleva su mano directo a un mechón de cabello rebelde que se escapa de la coleta de Camile para luego llevarlo tras la oreja de ella.
- No, me toques. - La voz torturada y cargada de odio por parte de mi amiga me hicieron girarme de inmediato para cerciorarme que estuviera bien. Pero sus lágrimas en las mejías solo me hicieron acercarme a ella por instinto.
- Tus sentimientos al igual que tus pensamientos han quedado más que claros para mi. Tu no estás enamorado. Tú lo que estás es encaprichado con migo. Me tienes como si fuese algún objeto de tu colección. Una fulana por quien pagas grandes sumas de dinero para follartela. -
- ¡Calla! - Ordena Densel mientras se deja caer al suelo y tomar en sus manos el rostro de Camile. - No te permito que te llames así mi niña. No te permito que pienses esas cosas de ti y de mi. No te permito que dudes de mis sentimientos que tengo por ti. Porque solo estarías lastimándote y tu dolor es mi dolor. - Deposita un beso sobre la frente de mi amiga para luego alejarse y verle a la cara. - Yo te amo Camile. -
- Tú solo amas tu imagen y tu poder. - Las palabras que lanza Camile están llenas de odio. - Tú no amas nada que no sea tener el poder absoluto sobre todas las cosas. Por eso no trates de prohibirme nada. No a mi. Mi amor por ti acaba de morir aquí y ahora Densel. Maldigo el momento en que me enamoré de ti. Porque esa noche no solo me entregué en cuerpo si no también en alma. - Apartó las manos de Densel de su rostro y se alejo lo más que pudo de él. - Pero tú no lo notaste, tu solo estabas feliz por cobrar el premio que habías comprado. El premio que te había costado ganar en la subasta. Jamás te paraste un segundo en pesar que la mujer que tenías bajo tu cuerpo estaba entregándose a ti en todos los sentidos. - Sorbió fuertemente por la nariz para luego fijar sus tristes ojos inyectados en sangre producto del llanto en el rostro del motivo de su sufrimiento. - Creí que con el tiempo lograría enamorarte, creí que con saber todo lo necesario lograría estar a la altura de tus expectativas, creí que con chupartela a como te gusta llegarías a quererme a como yo lo hago. Pero solo fueron ilusiones. Solo fue un capricho de mi mente testaruda cegada de la verdad. Porque tú lo acabas de confirmar Señor Petrov. Tu no puedes poner en juego tu reputación al quedarte enamorado de una mujer la cual solo pagas para que te acompañe a eventos donde luego podrás follartela e ir a dormir sin ningún pensamiento en que deberás llamarme o enviarme un presente de rosas por la noche de pasión. - Abre la puerta cercana de su lado y me dirige una mirada que me basta para saber que es momento de marcharnos. - Espero que no vuelvas a contratar mis servicios, si en realidad dices tenerme ese aprecio que profesas tanto, deberás respetar la decisión de esta fulana que no quiere volver a verte jamás en su vida. -
En la mayoría de películas y novelas es común saber que el tipo saldrá tras la chica para aclarar las cosas e impedir que se valla en ese estado. Y no voy a negar que es lo que yo esperé durante los tres minutos que duramos en llegar de la limusina al auto de Camile. Pero no sucedió, en la vida real no todo es color de rosa o escrito por algún guionista de Disney, la realidad es muy diferente y te golpea en el rostro con la misma intensidad que una bola demoledora, es por ello que el cuerpo de Densel Petrov jamás salió del vehículo para retener a una Camile herida que caminaba sobre el asfalto con imagen de haber perdido a algún ser querido, y la verdad era aun peor, por que si a como ella misma expresaba en la clase de hoy, el amor no siempre es recibirlo, si no también dar más de lo que tienes es comprensible que se sienta destrozada, ya que ha perdido en vano todo aquello bueno que tuvo en alguien a quien no le importo. Supongo que sufre no por perderle a él, si no por lo que perdió de si misma al entregárselo.
Lo que si puedo dar fe es que llegamos al auto bajo la mirada gélida y penetrante de él, por lo menos tuvo la descencia de irse después de que yo tomara el volante y saliera a todo gas del lugar.
El trafico estaba despejado y agradecí al cielo que así fuese, ver a mi amiga sumergida en ese estado solo me hacía sentir impotente al respecto. - No sé qué decirte Camile, sabes que no soy buena consolando a las personas. Pero si puedo decirte que siento un presión de dolor en el pecho por verte así. Y juro que daría una extremidad de mi cuerpo con tal de aliviar un poco el dolor de tu corazón. - Hablo con los ojos puestos en la carretera que nos dirige a mi casa. No pienso dejar sola a Camile en este estado. Ni por un millón de dólares.
- Gracias Alize. Gracias por estar con migo en este momento y por sentirte así por mi. - Sorbió la nariz para luego colocar su rostro sobre la ventana e ir fijándose en la carretera, pero eso era su coraza externa, su mente se encuentra divagando en otra dimensión.
Sabía que no debía decir nada más, en ocasiones hay silencios que dicen transmiten más acerca de lo que podrías decir en un párrafo. Es por ello que me dedico solo en conducir y llegar a casa sanas y salvas. -Físicamente-.