All apologies

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Una bola de nieve aterrizó con un sonoro plof en el cogote de Albus Potter. Se apartó la nieve con una elegancia aplastante y esa fue su única reacción. La bufanda esmeralda y plata le protegió de hacer el ridículo con un trozo de hielo resbalando por su espalda. Miyu tomó aquello como una invitación y apartó ella misma las últimas gotas con un movimiento tímido.

Scorpius y Vivian se observaron unos instantes con una sonrisa cómplice, antes de lanzarles una segunda bola. Ésta aterrizó en la espalda de Albus, pero de nuevo, éste fingió no notarlo. Viv abucheó teatralmente a su amigo Albus antes de echarse a reír. Vivian Wood era una Gryffindor muy Gryffindor (le recordaba a James y a Molly, y si hubiera sido unos años más mayor habría formado parte de su grupito de Merodeadores) pero su extrema simpatía hacía que se codeara con todas las casas sin prejuicio alguno. Scor y ella mantenían una amistad pura y casta que nadie en el Castillo parecía entender... siempre y cuando no hubiese partido de Quidditch. Viv era digna hija de sus padres (Oliver Wood y Katie Bell, nada más y nada menos) y lo único capaz de manchar su reputación de extrovertida pura era su competitividad malsana y los muchos insultos y palabrotas que era capaz de decir en un segundo si alguien lograba ganarle.

—Podríamos invitarles a venir al Salón de Té de Madame Tudipié, llevan así meses. O se enrollan pronto, o me va a salir una hernia.
—Viv, si buscas una excusa para pedirme una cita, inventarte una mejor.
—Malfoy, hazme un favor: el día que decida pedirte una cita... mátame.

Scor le dio un codazo, pero pronto ambos volvieron a compartir carcajadas. La vida había vuelto a su sitio tras las vacaciones. Los alumnos de séptimo y quinto volvían a estar bajo pilas de deberes y con los nervios a flor de piel, la nieve obligaba a salir del Castillo con al menos tres capas de ropa y la primera visita a Hogsmeade del año prometía un hermoso día libre en el que olvidarse de pociones crecepelo, hechizos defensivos y ashwinders.

—¡Scorpius!

La voz de una chica hizo que los cuatro amigos se diesen la vuelta. Una joven rubia, con el rostro en forma de corazón, pecas y labios gruesos ignoró a todos menos a Scorpius a quién dedico la mejor de sus sonrisas. Era guapa, probablemente la chica más guapa del colegio; iba a sexto y pertenecía a la casa de los tejones. Rodeada por tres amigas –no tan guapas, pero no por falta de intentarlo– Aly Longbottom, vestida impecable a pesar del frío.

—Me debes una cita.

Scor se quedó sin palabras por un momento. Aly había sido una chica tímida y adorable hasta principios de ese curso. Le conocía desde que ella entró en el Castillo ya que su padre no sólo era profesor, sino el padrino de Albus. Su amigo había cuidado de ella durante sus primeros años, pero estaba claro que ya no necesitaba su ayuda.

—Le debes una cita, Scor, ya te vale ser así.

La voz de Viv contenía el punto justo de sarcasmo para que sólo sus amigos se dieran cuenta de ello. El rubio se tragó una carcajada antes de soltar el brazo de su amiga y acortar la distancia que le separaba de Alice. Se colocó un mechón tras la oreja en un teatral segundo.

—Aly, princesa, me habría encantado sentarme contigo en el tren, pero Albus y yo teníamos asuntos pendientes.
—Mea culpa—corroboró el mediano de los Potter.
—Dicho esto, sería para mí un placer invitarte a una cerveza de mantequilla en Las Tres Escobas.

Junto con su pomposa invitación, ofreció a la joven su mano con un aún más teatral ademan. La chica sonrió encantada, con un toque descarado, aunque el color de sus mejillas le delatara.

—Tengo otros asuntos importantes que atender antes, pero te veré allí en una hora.
Aly imitó perfectamente el talante del rubio e ignoró su mano, yéndose de allí con un caminar exagerado para alguien de su edad y de pocas curvas. Dos de sus amigas corrieron tras ella, pero una, con gesto aburrido les comentó antes de marcharse:

Si no te tengo | DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora