Dream a little dream of me

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Draco revisaba las cuentas que habían dejado sobre su mesa. Su ayudante era una lupa hechizada para detectar errores de cálculo. Las estrellas cubrían ya el cielo y la única luz que le acompañaba era la de un viejo flexo amarillento. Los jueves siempre se le amontonaba el trabajo, pero solía estar en casa para la cena. Por desgracia, uno de sus jefes sospechaba de uno de sus empleados y debía revisar cada una de sus cuentas en busca de irregularidades.

Su única compañía en aquella planta de las oficinas eran dos elfos domésticos que limpiaban en la lejanía y la vieja radio mágica sintonizando una cadena de jazz. Tenía la vista cansada, por lo que llevaba las gafas en forma de media luna que el médico que le había aconsejado. Menuda mierda era eso de hacerse viejo.

Unos acordes de trompeta llamaron su atención, dejando la lupa sobre la mesa y observando la radio como si tuviera alguna respuesta.

«Stars shining bright above you
Night breezes seem to whisper, I love you...»

Se puso la mano en el pecho, notando como si alguien estuviera aplastando su corazón con las suyas. Su mente decidió que lo mejor sería pagar la radio, o cambiar de emisora, pero no podía. Quizás fuera su lado más masoquista o puede que el nostálgico. Pero notaba como su mundo se convertía en un borrón y se combinaba en una nueva forma. Muggles y magos por igual seguían afirmando que los viajes en el tiempo eran imposibles, parecían no conocer el poder de la música.

Tras un parpadeo, ante él se encontraba la Mansión Malfoy, más específicamente, la biblioteca. Un libro sobre jurisprudencia comercial en una mano, cabello castaño y rebelde en la otra. Los dos cómodamente tendidos en uno de los sofás, con el olor a libro y la música en los oídos. Aquel día conseguían funcionar, juntos, allí sentados ajenos al mundo, como dos partes de un todo. Tenían diecinueve años y toda la vida por delante.

Ella Fitzgerald llevaba un buen rato sonando en el tocadiscos, pero aquella canción hizo que ambos dejasen su lectura por unos instantes y se mirasen a los ojos. Draco sonrió.

«Say nighty-night and kiss me
Just hold me tight and tell me you'll miss me»

—Apuesto a que no sabes que Ella Fitzgerald fue una maga.

El moreno negó con la cabeza, acercándose más y colocando su cabeza en la mano, y el codo encima del reposa cabezas, a centímetros de aquel a quién quería con toda su alma.

—Era hija de muggles pero aún así triunfó entre las altas elites mágicas americanas. Pero le dio la espalda a todo y volvió con los muggles para tocar su apreciado jazz.

Draco acariciaba los pómulos, los labios, la línea de su pelo y aquellos mechones rebeldes, mientras hablaba. Sus ojos siguiendo el recorrido de sus manos, su voz dulce, casi un susurro, como si fuera un secreto entre ambos.

—Mi padre guardaba en secreto sus discos muggles, pero digamos que ocultar cosas nunca fue su fuerte.

«Stars fading but I linger on dear
Still craving your kiss»

Harry se acercó lentamente, hasta que se fundieron en un beso cálido, profundo, hermoso y dulce, al ritmo de la música. Draco habría dado todo lo que tenía para que el tiempo se detuviese en aquel instante. Pero Harry se separó, poniéndose de pie a su lado. Draco le dedicó la mejor de sus miradas-reproche, pero enmudeció al instante al ver la mano de Potter, solícito. La tomó, levantándose del sofá, y mientras Harry colocaba sus manos en su cintura, Draco las subía a sus hombros.

«Sweet dreams till sunbeams find you
Sweet dreams that leave all worries behind you»

Ambos se balanceaban al ritmo de la música, mirándose a los ojos, diciéndose tantas cosas sin palabras que el rubio sintió que todo iba a estar bien. Que aquello nunca terminaría. Que jamás amaría a alguien como al idiota que tenía delante. Se acercó más a él, convirtiendo su agarre en un abrazo, mientras sus pies seguían moviéndose al ritmo de la música. No supo cuanto estuvieron así, pero fue una eternidad y al mismo tiempo un instante.

—Creo que te querré por siempre, Potter.
—Ya somos dos, Malfoy.

Y pudo notar su sonrisa en el hombro, y Harry pudo notar las lagrimas en el suyo. Pero aquello iba a estar bien. Todo acabaría cayendo por su propio peso y los problemas que fuera de aquellas paredes esperaban para atormentarles, se arreglarían. Porque lo que sentían podía con todo, porque en ese instante se sabían invencibles.

«Sweet dreams till sunbeams find you
Leave the worries behind you»

Pero Draco volvió a su cuerpo, a su despacho, a los papeles en francés llenos de cifras y al futuro que nunca pensó que llegaría. Y notó su cuerpo frío, aquel tacto, sabor ya no estaban. Porque finalmente habían sido vencidos y todo lo que podía salir mal, había sucedido. Lo único real eran las lagrimas que aún se derramaban por sus mejillas.

«But in your dreams, whatever may beYou've gotta make me a promise, promise to meYou'll dream, dream a little dream of me»

Si no te tengo | DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora