Era costumbre en el Mundo Mágico que los alumnos de Séptimo tuvieran al menos una vez a la semana la visita de algún sector mágico. La semana anterior habían asistido a una interesantísima charla por parte del Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas. No eran obligatorias, pero a Albus le gustaba asistir (aunque el muy idiota tuviese claro su futuro) y como Scor seguía sin tener idea de qué haría tras graduarse, le acompañaba en busca de un rayo de sol divino que le mostrase el camino.
Aquella tarde no tenía la menor de las ganas de ir a la maldita charla. Tenía un examen de Astronomía en dos días y todavía no había abierto un libro además de un trabajo extra de Pociones porque se le había quemado la Velsotit y preocuparse por el futuro era lo que menos le apetecía del mundo. Pero como de costumbre, Albus no escuchó sus quejas y le convenció para acompañarle. Era débil: la promesa de unas entradas para ver a Gales en el próximo mundial de Quidditch fue más que suficiente.
Por alguna razón, su gran amigo le llevaba estirándole de la túnica y se giraba cada dos por tres sonriéndole como si supiese un secreto y tuviese siete años. «Vamos, Scor, te prometo que te interesará», «date prisa, querrás coger primera fila», «va, va, ya me lo agradecerás más tarde». Estaba extrañamente pesado. Y el rubio se moría de sueño. No dormía bien desde hacía un par de semanas. Y no quería ir. Ni si quiera sabía qué tontería iban a exponer. Como fuese sobre leyes se dormiría allí mismo.
Cuando llegaron a la puerta del aula se sorprendió al ver críos de diferentes edades en la puerta, algunos de puntillas, otras cuchicheando, como si hubiera alguien famoso. Scor se temió que hubiera venido el padre de Albus a dar alguna charla, pero no tenía ningún sentido. Albus no estaría así de contento por ver a su padre fardar un rato. Y si la memoria no le fallaba, los Aurores habían ido a principio de curso.
Los dos chicos se hicieron paso entre lxs groupies y Albus los sentó en un hueco que había en primera fila. La clase estaba a rebosar. Scor no entendía a cuento de qué venía tanta expectación hasta que leyó la pizarra: Magos Golpeadores. Scor se giró hacia su amigo para encontrarlo con una sonrisa de oreja a oreja.
—Albus, no sé qué pretendes, pero no me veo cachas repartiendo sopapos...
Pero lo que podría haber sido una verborrea sin sentido se vio interrumpida por chillidos provenientes de la puerta. Un grupo de siete magos entró, todos vestidos con el uniforme de los Magos Golpeadores. No eran túnicas, no sería práctico. Se asemejaba al del SWAT muggle, pero con un toque más vintage y lleno de runas y objetos antimaldiciones. Tenía que admitir que era bastante guay.
Se colocaron alrededor de la pizarra y una mujer grande y acojonante de unos cincuenta años empezó a hablar. Tenía un parche y todo. A su lado otro hombre de una edad semejante, pero del tamaño de un toro, añadía detalles a su discurso. Otros dos magos llevaban el mismo uniforme, de unos treinta años. Y las otras tres personas parecían más jóvenes con un uniforme similar, que serían reclutas.
Uno de los reclutas le guiñó el ojo.
Y Scorpius casi se cae de la silla.A su lado Albus se reía en silencio. El rubio le dedicó su mejor mirada asesina.
—Así que ahora vas de casamentera.
—Pensé que te alegrarías de verle.El hombre mayor dio un manotazo en la mesa frente a los jóvenes. Sus cuchicheos no habían pasado desapercibidos.
—Lo más importante es la disciplina, jovencitos. Si os interesa este trabajo, deberías de empezar a ponerla en práctica.
Scor quiso poner su mejor cara de cordero degollado, pero tras el hombre, James intentaba no echarse a reír y entonces al rubio le sucedió lo mismo. Albus asintió ceremoniosamente por los dos y el hombre continuó con lo que estaba contando. El joven Malfoy intentó prestar atención a lo que contaban, pero las caras, gestos y reacciones de James siempre le terminaban distrayendo. Tenía claro que no era un recluta modelo, así que le habrían llevado allí para presumir de apellido.
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Si no te tengo | Drarry
Fanfiction«Como deshacerme de ti si no te tengo, como alejarme de ti si estás tan lejos» -Ricardo Arjona. Harry y Draco son ya adultos, en comenzando la cuarentena. La gran amistad entre sus hijos (Scorpius y Albus) les pone en un lugar comprometido: demasiad...