Stolen kisses (require an accomplice)

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Albus observaba el reflejo del agua verdosa del lago en los ojos grises de su gran amigo. Scor tenía la mirada perdida en la inmensidad de la aguas aunque no podía distinguirse en ellas nada en absoluto. Una sonrisa boba se había mudado a los labios del rubio y si hubiera sido otro momento, Al estaría sonsacándole a qué se debía. Pero el moreno tenía sus propios problemas revolviéndole el estómago y nublándole la mente.

—¿Y si damos una vuelta?

Scor giró su cabeza con rapidez, como si le hubiera sorprendido, casi asustado de lo inmerso que estaba en sus pensamientos. Aún así, sintió con la cabeza.

Al asintió a su compañero y salió disparado a su cuarto. Allí, siempre ocultos, estaban los dos instrumentos más útiles que un estudiante pudiera desear: la Capa de Invisibilidad y el Mapa del Merodeador. Herencias familiares que Harry había regalado a James en su decimoquinto cumpleaños con la condición de que fueran pasando entre los tres hermanos cuando se fueran graduando y de que no se lo dijeran a su madre. Salió del cuarto con ambos utensilios en la mano.

Llegaron al pequeño balcón sin demasiados problemas. Peeves estaba ocupado en el tercer piso y el conserje (Oswald Fudge) se quedaba dormido escuchando la radio prácticamente todas las noches. El mayor peligro solía ser la Profesora Sinistra, que con la edad había adquirido la costumbre de dormir poco y perseguir sombras con la paranoia de que El Señor Oscuro había regresado. No obstante, ese noche estaba ocupada lidiando con el poltergeist.

En el pequeño balcón estaban a salvo. Era tan diminuto e insignificante y estaba tan escondido que apenas nadie conocía su existencia. Scor se lo había mostrado hacía ya varios años y le había hecho prometer no llevar allí a nadie que no fuera importante para él. A Scor se lo había contado su padre y hecho hacer la misma promesa: ni si quiera llevaba allí a sus conquistas.

Ambos observaron la vista un buen rato. Hogwarts de noche era una maravilla, pero la vista desde allí, en la oscuridad, no tanto. Ni si quiera estaba en la dirección de Hogsmeade y la luna creciente apenas aportaba un leve resplandor encima del agua del lago. Scor fue el primero en sentarse apoyado en la fría roca y Albus no tardó en imitarle.

Ninguno había abierto la boca.

—Scor... ¿cómo sabes cuándo te gusta alguien?

Scor volvió al mundo fuera de su mente y le dedicó una mirada confundida. Intentó levantar una ceja, pero acabó poniendo una mueca muy extraña.

—¿Qué?
—Bueno, ya sabes. ¿En qué momento dices 'sí, me gusta, somos más que amigos, tiene algo interesante'?
—¿A eso le estás dando tantas vueltas?

El mediano de los Potter asintió y el idiota de los Malfoy empezó a reírse de él.

—Sólo tú podías buscarle treinta patas al hipogrifo en un tema tan sencillo.
—Gracias, Scor, aprecio el apoyo.

Scor le devolvió una mirada de inocente corderito y se acercó a él hasta que quedaron hombro con hombro.

—No lo sé, Al, es algo que sabes. Es algo que notas en tu cuerpo o que sientes en el alma.
—Pero se sienten muchas cosas. ¿Cómo sabes qué es lo que tienes que sentir?
—Simplemente lo sabes. No sé, es... lo correcto. Lo notas. Si tienes que darle vueltas es que no es lo correcto. Cuando lo es, lo sabes.
—No lo tengo tan claro. Los sentimientos no son mi fuerte.

Scor le dio un golpe con su hombro negando con la cabeza.

—El que seas un empollón mojigato no te exime de estas cosas. Te conozco, sientes muchas cosas. Tienes mil primos que adoras, tienes hermanos que amasodias y me tienes a mí que bueno, no es por fardar, pero sé que soy el número uno de tu lista.

Al no puedo evitar una sonrisa.

—Pero, ¿cómo distingues el cariño de la amistad del de algo más...?
—Bueno, en mi caso, es simple: ¿me apetece comerle la boca a esa persona? Sí, es algo más; no, pura amistad.
—Estoy hablando en serio.
—Sabes lo que odio hablar en serio, Al.

Scor dijo esta última frase en apenas un susurro, con la mirada juguetona de su sarcasmo, apenas a unos centímetros de su cara. Y entonces Albus, por primera vez en su vida, hizo algo que si instinto le pedía aunque su mente se lo prohibiera.

Albus Severus Potter besó a su amigo.

Y no fue un pico. No fue un beso sencillo de niños curiosos o de amigos cariñoso. Albus le besó con fuerza y con tal intensidad que acabó encima de Scor, con la espalda del rubio apoyada en el suelo. El beso duró apenas cinco segundos, pero ambos necesitaron un par de minutos antes de volver a hablar. Scor se sentó de nuevo donde había estado, aunque dejando un hueco para que sus brazos no se tocasen. Abrió varias veces la boca, pero todas ellas terminó negando con la cabeza con la mirada fija en otro sitio. Finalmente encontró la palabra adecuada:

—¿Qué?

Fue entonces Albus el que se echó a reír ante la mirada perpleja del rubio.

—Primero, ¿por qué coño te ríes? Segundo, ¿QUÉ? Tercero, ¿quién te ha enseñado a besar así?

Albus intentó contestar, pero su risa no le dejaba ni respirar. Ver la cara del rubio roja por completo y sus ojos enfadados y su labio confundido era una imagen desternillante. Albus había logrado lo que ninguna mujer hasta el momento: dejar sin palabras a Scorpius Malfoy con un solo beso.

—Era un experimento. Ahora ya entiendo lo que dices. Fue diferente cuando besé a Miyu. Bueno, cuando ella me besó a mí para ser más exactos.

Scor dejó escapar un "ejem" totalmente ofendido.

—Podrías haber no sé, preguntado. Pedido permiso. Avisado.
—No sé por qué te pones así. Ni que fuera tu primer beso, ni si quiera con un chico. Te recuerdo a Lysander ¿o el primero fue Cairbre McLaggen?
—Eso no tiene nada que ver-
—Siempre me has dicho que los mejores besos se roban-
—Dah, con alguien con quién ha tensión sexual ¡no con tu mejor amigo, AL!

Ahora fue Albus el que fingió ofenderse ante sus palabras.

—¿Insinúas que no tenemos tensión sexual?
—Deja ya de tomarme el pelo.
—No durarías ni media hora teniendo hermanos.

Scor entrecerró sus ojos en una mirada amenazante.

—Sigo sin entender tu reacción.
—¡Ha sido mi primer beso con un Potter!
—Y el mío con un Malfoy—contestó imitando su tono ofendido.
—Bueno, gracias, ahora sé que no eres uno de los toyboys de mi padre, tanto tiempo en su despacho...
—Idiota.
—Capullo.

Pero una sonrisa complicidad acabó con el ambiente tenso de apenas unos segundos antes. Otro golpe de hombro terminó llenando el espacio que les distanciaba. La pregunta seguía inscrita en sus ojos.

—Bueno, eh, digamos que... esperaba que mi primer beso Potter fuera de otro miembro de la familia.
—¿Lily?—el tono de su pregunta denotaba lo peligrosa que podía ser respuesta.
—OtrO.
—¿¡Mi padre?!
—Sí, Scor, tu padre. No, imbécil, tu hermano.
—¿James?
—No, tu otro hermano, llevo años colgado por Hagrid Dobby Hedwin Potter.

Oh... oh. OH. Albus al fin lo entendió. Todas esas veces en las que Scor había observado a su hermano o le había preguntado por él, todas las tonterías que le había perdonado, cómo se dejaba tomar el pelo por él... Al siempre creyó que era admiración, que Scor deseaba ser como James. Nunca se había planteado que le gustara... Ni si quiera entendía lo que veían las chicas en él. Era superficial, las trataba fatal y tenía una necesidad de atención digna de un crío de tres años. Y a Scor le gustaba ser el interesante de la relación, el más guay, el que tuviera el control. Y le apasionaban los pechos. No entendía que le pudiera gustar James. No tenía sentido. OOOOH. Si no tenía sentido, era algo más preocupante de atracción sexual o un simple crush. Podría ser la palabra prohibida en el abecedario de Scorpius Malfoy. Podría ser a-m-o-r.

—Joder.
—A mi me lo vas a contar—respondió Scor dejando caer su cabeza en el hombro de su amigo.


 [ PD. Hay una referencia a SPN. Si alguien la ha visto, abrazo virtual a los fans de la serie ❤  ]

Si no te tengo | DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora